Cassandra se llevó las manos a los labios, estaba demasiado impresionada, la familia Mancini tenía también una bella joya familiar, un anillo de compromiso que había pasado de generación en generación, pero... el que un heredero le quisiera poner en su dedo su reliquia familiar, era todo un honor

— ¡Por dios, Andrés! ¿qué haces? ese anillo debes dárselo a la mujer que vaya a compartir el resto de su vida contigo, no es un juego, nosotros aún somos muy jóvenes

— Sé muy bien lo que significa, estoy muy consciente de ello, para mí esa mujer eres tú, lo eres ahora, te quiero, Cassandra, y quiero pasar el resto de mi vida a tu lado

— Aunque me encantaría aceptar, no puedo hacerlo, Andrés, el tío Danilo pensaría que te estoy utilizando para arreglar mi situación, guarda el anillo, quisiera que... en un futuro estemos en un momento diferente, deseo de verdad portar el anillo que significó la unión de tus padres

— Lo usarás, te prometo que así será, escucha, hoy mismo por la noche hablaré con