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Misión como pareja

— Tienes una oportunidad todavía, te advierto que es mejor que mantengas la cabeza en alto, no quiero que se cometan errores en esta misión ni en ninguna otra simplemente porque no puedes dejar de comerte con la mirada a tu antigua alumna y no quiero escuchar sobre como abusaste de tu autoridad como capitán solo porque eres un novio celoso y otra cosa, no quiero saber de ningún accidente.

— ¿Que? ¡Claro que no! ¡Todavía no estamos cerca de ese escenario!

— Espero que no, pero no puedo estar tan segura con esos libros que siempre estás leyendo y el tipo de pensamientos que ponen en esa cabeza pervertida tuya.

— Cuando llegue ese momento prometo que tendremos cuidado.

— Será mejor que lo hagan, ahora fuera de mi vista, estoy segura de que ella no puede esperar para verte ¿no es así Jane?

— Uh... ¡Si jefa! — grite a través de la puerta. 

¡Mierda! Me descubrió.

— ¡Lárgate Travis!

La puerta se abre y de repente me encuentro cara a cara con él.

— ¿Entonces te sientes de la misma manera verdad? — Travis sonríe con sus ojos brillando hacia mí.

— ¿Como sabes?

— Mi sentido del olfato es mejor que el de un perro pero también lo es mi sentido del oído. Ahora vamos, tenemos un largo viaje por delante y muchas cosas por hacer — dice mientras desliza su mano por mi brazo para tomar mi mano en la suya entrelazando sus dedos con los míos.

No puedo evitar sonreír e inclinar mi cabeza contra su hombro mientras salimos del edificio y salimos al sol.

Hay algo hermoso e irresistible sobre un hombre que defiende tu honor y su relación...

XXX

Los cuatro nos abrimos paso por las concurridas calles hacía las puertas principales de la villa. Diego siempre mostrando su entusiasmo camina a varios pasos por delante de nosotros. Luis, Travis y yo tomamos un ritmo más pausado disfrutando del cielo y el aire fresco de enero.

Nada supera la emoción de salir de aventura, puedes amar tu hogar y considerarlo el lugar en el que siempre querrás estar, extrañarlo y anhelarlo una vez que te hayas ido, pero hay algo sobre salir en una aventura que hace que la adrenalina corra por tus venas, animándote y haciendo que te sientas eufórico y vivo, por eso entiendo el sentimiento de Diego por lo que decido disfrutar de la emoción un poco más.

No me malinterpreten, me encanta mi trabajo en el hospital como médico, pero nada es mejor que el trabajo por el que nací y me crié que es ser una agente, salir a misiones y viajes por el mundo, cierto es que esta la posibilidad de ser eliminado en el campo de batalla o en el camino... ¿pero no puedes tenerlo todo verdad?

En medio de toda la actividad que sucede a nuestro alrededor, algo completamente diferente me llama la atención y me hace preguntarme si alguna de las palabras de mi maestra realmente fueron escuchadas por Travis ya que está usando su cuerpo como una barrera entre Luis y yo.

Probemos esa teoría... solo un poco más lento, retrocedo un poco y corro hacia la izquierda... ¡Vaya que es rápido! No hay duda de que solía ser el estudiante del relámpago amarillo, antes de que tuviera la oportunidad de acercarme a Luis, Travis usó su forma no tan pequeña para mantenerme al margen.

— ¿Que están haciendo? — pregunta Luis en calma pero con confusión entre los dos.

— ¿Haciendo qué? — responde Travis fríamente mirando a la distancia.

— ¡Esto! — digo haciendo otro intento de correr cerca del lado de Luis antes que Travis rápidamente y casualmente me bloquee.

— ¿Pero qué demonios pasa?

Genial, ahora incluso Diego no sabe qué diablos está pasando.

— Travis — intento mantener mi voz tranquila.

— ¿Que?

— Escuchaste lo que Blanca dijo.

— Por supuesto que sí, ¿Que estás tratando de insinuar?

— En serio, esto es ridículo— intento correr al lado de Luis antes de que me corte el paso de nuevo.

— Bueno, ¿que hay de malo por donde estas caminando ahora?

— ¿Que pasa conmigo tratando de caminar junto a el?

— ¿Que tiene de malo caminar junto a mi?

— ¿Que hay de malo en que quiera caminar junto a ustedes dos si voy en el medio?

— ¿Que está mal con ustedes dos en primer lugar? — grita Diego hacia nosotros.

— ¡Nada! — decimos al unisonó.

Luis simplemente sostiene ambas manos delante de él y se aleja de nosotros.

— ¡No estoy caminando de la mano con el, Travis! Solo estoy tratando de caminar a su lado.

— ¿Por qué? ¿Que tiene de malo caminar a mi lado?

— ¡No otra vez! — golpeo la palma de mi mano en mi frente, pero dos voces masculinas a la distancia atrapan mi audición.

— ¿Problemas en el paraíso ya?

— ¿Que quieres decir?

— ¿No lo oíste?

— No, ¿qué?

— ¡La beso en año nuevo delante de todos!

— De ninguna manera ¿enserio? ¡Maldita sea! ¿Por que tuvimos que estar de guardia ese día?

— Estamos de guardia todos los días.

— Pero espera no es él...

— Diez años mayor para ser exactos y solía ser su maestro.

— ¡Wow! eso es solo pedir problemas, no es de extrañar que ya están peleando.

Por un segundo Travis y yo olvidamos nuestra pequeña pelea y ambos giramos la cabeza para mirar a los dos guardianes chismosos Isaia y Alfred, pero antes de que cualquiera de nosotros pueda decir una palabra, Diego y Luis ya han intervenido por nosotros.

— Si ¿Y saben qué? Estaba allí, lo vi todo por mí mismo y fue increíble, ¡lo mejor que Travis pudo haber hecho! Si, al principio me sorprendí pero deberían verlos juntos a parte de cómo están ahora ¡Y si solo supieran el porque estaban peleando! De todos modos nunca los he visto tan felices, son tan.... ¡Blandos y cursis! están felices y bien juntos, así que déjenlos en paz ¿de acuerdo? — Escupe Diego con sus ojos estrechados y mirándolos con rabia.

— Y yo también estuve allí, nunca he sabido que Travis haya hecho algo precipitado desde que lo conozco, dudo mucho que lo que sucedió en año nuevo haya sido diferente, por eso lo respeto, sus decisiones y acciones incluso sobre esto. Así que ustedes 2 podrían hacer bien en mantener sus lenguas viperinas encerradas cuando están hablando a unos pocos pies de distancia— dice Luis con voz calmada pero con un tono claro de enojo en su voz.

Ambos guardias parecen haberse encogido en sus asientos dentro de su cabina.

— Lo siento Luis no quisimos...

— No soy yo a quien deben pedir disculpas — y para efecto adicional, les da su famosa cara de miedo.

Ambos se hunden aun más abajo en sus sillas.

— Lo sentimos capitán… Jane… no quisimos faltarle al respeto.

— Gracias— respondimos rígidamente.

Los cuatro nos turnamos para firmar la hoja de registro y nos sentimos aliviados de pasar por las puertas y dejar atrás el aire tenso.

Una sonrisa se desliza por mi cara y cuando miro a Travis veo que también lo está, parece contento con el resultado.

Nuestra pelea tonta está olvidada, coloco mi brazo a través del de él mientras observamos a nuestros dos amigos caminar un poco por delante de nosotros, ambos estamos de acuerdo en silencio: tenemos amigos de calidad.

Cuando cae la noche todos nos quedamos atrás y observamos como una casa digna de una gran familia se presenta en nuestro camino. De verdad me pregunto porque Luis no abandona el negocio de ser agente y entra en el sector inmobiliario, ¡seria rico! Tiene un excelente gusto para escoger lugares en nuestras misiones.

Como un baile bien ensayado todos entramos a la casa, dejamos nuestros zapatos al pie de las escaleras, subimos al gran dormitorio vacío y colocamos nuestras bolsas de dormir en nuestras respectivas esquinas: Diego en la esquina inferior izquierda a un lado de la puerta, Luis en la esquina inferior derecha al otro lado, yo en la esquina superior izquierda aún lado de la ventana de la habitación y Travis... bueno se suponía que debía ir a la esquina directamente frente a la mía pero en lugar de eso todos miramos en silencio asombrados mientras el pone su saco de dormir justo al lado mío y lo deja caer de esta manera, como si lo hubiera hecho antes.

Realmente no había considerado esto cuando acepte venir a esta misión...

Una cosa es cuando eres pareja y no están durmiendo juntos pero otra cosa es cuando eres pareja y están durmiendo juntos pero sin hacerlo aún, quiero decir, ¿como funciona eso exactamente? Especialmente cuando hay otras personas en la sala que son tus amigos y saben que esta es la primera vez que duermen juntos pero sin hacerlo, es solo raro y algo incómodo.

Y es aún más raro cuando no puedes pedirle a tu pareja que se traslade al otro lado de la habitación cuando está actuando como si este nuevo arreglo para dormir fuera perfectamente normal y contrario al consenso popular en absoluto extraño o incómodo.

Sin querer atraer más atención a la situación me arrastro silenciosamente hacía mi propio saco de dormir y me pongo de costado alejándome de él, desafortunadamente esto significa que ahora estoy frente a las miradas boquiabiertas de Diego y Luis, los miro de reojo y cada uno de ellos hizo un gesto aclarando su garganta antes de volver a dejar sus propios sacos de dormir y acomodarse para la noche. Es un alivio cuando Luis finalmente apaga la lámpara de aceite y todo cae en la oscuridad. Después de todo no pueden mirar lo que no quieren ver.

Escucho un crujido detrás de mi e inmediatamente me pongo rígida y contengo la respiración, siento que el calor del cuerpo de Travis se intensifica cuando el levanta su saco de dormir y se acerca más a mí. Siento que el peso de su brazo cae sobre mi estómago, la dureza de su pecho se presiona contra mi espalda y el calor de su aliento se desliza sobre la piel de mi cuello mientras acaricia su cara con la mía, para nuestra primera noche durmiendo juntos el elige hacer cucharita.

— Relájate Jane, vete a dormir— susurra suavemente en mi oído antes de oler suavemente mi cabello.

En cambio, aguanto más la respiración y mi cuerpo se pone rígido aun más. De acuerdo… ¡ponte en mi posición e intenta relajarte con semejante hombre detrás de ti!

Pero a medida que pasan los minutos y ya no intenta hacer más movimientos, no puedo evitar relajarme y comenzar a caer dormida en su abrazo, quiero decir que es bastante agradable, después de 23 años años de dormir sola en mi cama es un cambio placentero sentir el calor y la comodidad de otro ser humano que duerme a mi lado contra mí y abrazándome, realmente es bueno y algo a lo que podría acostumbrarme.

La luz se vuelve más brillante en el otro lado de mis parpados cerrados. Un pájaro canta en algún lugar desde afuera y por un segundo fugaz mi cerebro drogado me hace creer que todavía estoy en mi casa, pero a medida que mis ojos se aclaran sé que estoy en cualquier lugar menos en mi cuarto.

En el otro lado de la habitación Diego se extiende sobre su saco de dormir como una estrella de mar seca y todavía esta roncando profundamente, cerca de él esta Luis de espaldas a mí, no está roncando pero puedo decir que todavía está dormido por la relajación de su cuerpo y el ritmo de su respiración, Travis todavía esta abrazándome sin embargo no está dormido, siento que su nariz se desliza lentamente por el lado de mi cuello hasta el lóbulo de mi oreja, mis ojos lentamente se vuelven a cerrar y siento la piel de gallina.

— Buenos días Jane — murmura suavemente en mi oído.

— Buenos días Travis — murmuro de vuelta.

Siento que se mueve detrás de mí, se apoya sobre su codo y me da nuestro primer beso matutino. Mientras nos separamos lentamente veo sus ojos brillando hacia mí con un toque de deseo y su sonrisa adornando sus suaves labios expuestos con sus dientes blancos y rectos. No puedo evitar sonreír, después de tantos años conocerlo y ahora verlo de esta forma me hace dar cuenta de que es un hombre pecaminosamente guapo.

— ¡Maldita sea! Si solo me hubiera despertado un minuto antes finalmente hubiera visto su lado cursi.

Travis y yo nos reímos, al menos Diego esta más preocupado por eso que por habernos visto besarnos, Luis también ha despertado y ya está guardando su saco de dormir.

— ¿Listos para ir a desayunar e irnos? — pregunta alegremente.

— ¡Si!

— Um... Denme un segundo — es la respuesta vacilante de Travis.

— ¿Porque? ¿Te sientes mal? — pregunto con preocupación.

— Estoy tratando de obtener la imagen de Wilson en una minifalda y tacones de aguja en mi cabeza.

— Porque querrías pensar en algo tan perturbador como... ¡oh! — digo colocando una mano en mi boca cuando capto y veo lo que sucede.

No soy la única que se da cuenta.

— ¡Ew! ¡Profesor se pasa! Eso es algo que no quiero ver — Diego dice con disgusto evitando mirarlo y haciendo una salida rápida por la puerta.

Luis simplemente se pone rojo intenso, agacha la cabeza con vergüenza y se va rápidamente después de Diego.

— Um... estaré esperándote — digo señalando hacia la puerta.

Travis rápidamente asiente con la cabeza con los ojos cerrados para que siga adelante. Apresuradamente salgo corriendo por la puerta después de ellos.

¡Nunca espere esto cuando acepte venir a esta misión!

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