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Casa del gobernador

Durante 23 años que he vivido en el país, no había puesto los ojos en la famosa casa del gobernador excepto en libros de texto y postales, lo irónico es que estuvo fácilmente a mi alcance, era solo otra de esas cosas que daba por sentando porque sabía que siempre estaría allí.

— Wow — decimos Diego y yo con asombro.

Travis y Luis simplemente sonríen en un agradable silencio lo que indica que como mínimo han estado aquí antes. Dejaron que nosotros nos quedemos boquiabiertos por un par de minutos más antes de que nos hicieran avanzar una vez más.

En las puertas del palacio porque una casa normal no es, nos saludan los guardias, de alguna manera parecen mucho más imponentes que nosotros y sin embargo somos los agentes élite del país. Tal vez sea el palo de 10 pies que sostienen en sus manos el que parece estar listo para arrancarnos la cabeza o tal vez es su casco lo que me recuerda a una cobra cuando su cuello se abre para morder o todas esas almohadillas que usan, su ropa me recuerda a los jugadores de futbol americano listos para mandarnos al suelo, de cualquier manera se ven listos para patear traseros. Dichos guardias entrecruzan sus palos frente a nosotros y nos impiden seguir.

— Declaren su visita.

— Somos los agentes enviados por la jefa del departamento de operaciones especiales, hemos sido contratados para escoltar a la hija del gobernador hacia Japon.

— ¿Documentos?

Travis le presenta al guardia el papeleo adecuado.

— Entren.

Diego y yo nos miramos desconcertados, luego nos abrimos paso a través de las puertas detrás de Travis y Luis.

— ¿Porque nuestros guardias no puedes ser así? Isaia y Alfred son lindos cachorritos en comparación con esos dos— murmura Diego.

— Shh solo sigue caminando, quiero alejarme lo más posible de ellos— le susurro de nuevo a él.

Ambos nos sacudimos los escalofríos que corren por nuestras espaldas y aceleramos nuestros pasos. Mas adentro en las paredes de aquel palacio Diego y yo volvemos a mirar asombrados la belleza de nuestro entorno, a pesar de lo hermoso que es todo también nos damos cuenta de que todo se ha hecho con algún tipo de propósito, el gobernador no es idiota, ha tomado todas las precauciones posibles para mantenerse a salvo dentro de los muros de su casa.

Como antes, Travis declara nuestra visita, presenta su documento y finalmente llegamos. Para ser algo lujoso el interior es bastante modesto con sus pisos de madera, alfombras de tatami y paneles de puertas corredizas, de hecho los propios paneles de pared pintados con imágenes de montañas, flores y animales son la cosa más extravagante, pero una vez más las apariencias engañan.

Cuando una joven sirvienta nos acompaña a la sala de recepción vemos que esta escalonada para imponer estatus social, el nivel más alto para la persona de más alto rango que es el gobernador, el segundo nivel destinado a los siguientes rangos después de él, en este caso Travis y Luis, el último nivel es un pequeño estudio adjunto a la sala principal y destinado a las personas de menor rango lo que significa que Diego y yo debemos sentarnos allí a esperar que el gobernador tome su lugar al frente de la sala.

No hemos estado sentados por más de 2 minutos cuando un chillido desconcertante llega a nuestros oídos.

— Que... — grita Diego mientras salta del camino una borrosa mancha marrón justo delante de el.

— ¿No es ese?

— ¡Tora! ¡Ven aquí viejo gato tonto!

Diego y yo intercambiamos miradas.

— ¡De ninguna manera! — dijimos al unísono.

— ¿Sigue vivo? — Travis pregunta con un rasguño en la nuca.

— ¿De que hablas? — pregunta Luis.

— Ese gato fue una de nuestras primeras misiones asignadas cuando se formo nuestro equipo— responde Travis

— Ya veo— responde Luis con complicidad.

— ¿Ustedes me van a ayudar? — nos mira suplicante la joven.

— Esta bien— decimos todos y luchamos por capturar a la molestia de los chillidos.

Media hora más tarde con todos nosotros arañados en cualquier parte de nuestro cuerpo la joven esta abrazando a Tora.

— ¡Ahí está! ¿Porque siempre debes huir así Tora? ¡Le das tanto miedo a mama si lo haces! — madame Shiji dice mientras continua frotando al felino con fuerza contra su mejilla hasta que la cinta roja atada alrededor de su oreja derecha está a punto de caerse.

— Madre, si dejaras de asfixiarla como siempre haces, entonces tal vez ella dejaría de intentar alejarse de ti.

— Tonterías Gabriela, Tora ama cuando la abrazo así, ¿no es verdad lindurita?

La gata chilla enojada en protesta.

La señora Shiji ignora la obvia contradicción de sus palabras y toma nota de nuestra presencia por primera vez.

— ¿Quienes son ustedes?

— Somos agentes especiales señora, su esposo nos contrato para acompañar a su hija a Japon — explica Travis por tercera vez.

— Esta bien, maravilloso, me alegro tanto de que estén aquí, no puedo decirles lo emocionados que estamos todos por el matrimonio de nuestra pequeña Gabriela.

— ¡Madre!

— Oh cariño pero es verdad.

— Eres... olvídalo, estaré muy feliz de estar fuera de este lugar— dice Gabriela con un resoplido cruzando sus brazos enojada sobre el pecho.

Una vez más la señora Shiji ignora lo que no quiere escuchar y vuelve su atención a Travis.

— Si esperaban encontrarse con el gobernador lamento decepcionarlos, está fuera por motivos de negocios y me han puesto a cargo en su lugar. De hecho, tampoco los esperábamos hasta mañana así que no tendrán la caravana lista, hasta entonces nuestra doncella les mostrará sus habitaciones en la noche cuando estén listas, mientras tanto pueden pasear por los terrenos del castillo como les plazca.

— Gracias — decimos todos con una reverencia respetuosa.

Ella nos reconoce con una sonrisa y comienza a girar sobre sus talones cuando la interrumpo.

— Um disculpe… ¿Esto significa que cada uno de nosotros tiene su propia habitación? — pregunto con un rubor calentando toda mi cara.

— Por supuesto querida, ¡es un castillo después de todo! — dice con una risa.

— Cierto, gracias — digo incapaz de ocultar el abatimiento en mi voz.

— ¿Pasa algo para que suenes triste? — me mira preocupada.

Todos los demás en la habitación me están mirando interrogativamente a excepción de Travis, el solo está mirando de forma engreída el lugar.

— ¡Nada en absoluto! — digo con una risa falsa.

— Recuerda, si necesitas algo solo díselo a la criada ¿de acuerdo? — me dice amablemente.

— Si, gracias— respondo y doy otra reverencia respetuosa.

Ella me sonríe y sale de la habitación con la pobre Tora gritando en sus brazos todo el tiempo, pero cuando me doy vuelta tengo 4 pares de cejas levantadas hacia mí.

— Jeje... entonces ¿dónde está esa doncella? — me río rascándome la nuca de una manera muy parecida a Travis.

XXX

De alguna manera, explorar el mundo y experimentar cosas nuevas parece más especial cuando finalmente tienes a alguien con quien compartirlo.

Cuando Albert se fue y luego Diego, tuve que aprender a ser autosuficiente, estar en la tutela de Blanca solo reforzó esa necesidad. Ella después de todo, tiene que ver con el poder femenino y eso implica ser capaz de cuidarse a sí misma por lo que no tengo reparos en hacer las cosas por mi cuenta. Vivo  sola, gano mi propio dinero, voy donde me plazca y no necesito a nadie más que a mí misma y sin embargo, con toda mi independencia no puedo evitar unir mi brazo a través del de Travis ahora e inclinar mi cabeza contra su hombro y sentirme agradecida por su compañía mientras caminamos perezosamente por los terrenos del castillo.

Como ves, hay algo más poderoso que la independencia y se llama amor. No se trata solo de que el cielo se vea mas azul, la hierba se vea más verde y las canciones de los pájaros suenen más dulces que nunca.  Finalmente, estar con alguien con quien sabes que estás destinado a hacerlo te hace olvidar como se siente la soledad, te hace preguntarte como alguna vez pasaste la vida sin la persona con la que estas ahora, todos necesitamos a alguien, ya sean amigos, familiares o amantes, es lo que nos hace humanos y nos hace más fuertes de lo que seriamos por nosotros mismos.

Después de guardar nuestros paquetes en nuestras habitaciones individuales y de ser alimentados con un almuerzo abundante, todos nos vamos por caminos separados para explorar el lugar y sus terrenos, lo que se está convirtiendo en una segunda cita para nosotros.

Al ser el lugar tan amplio y con tantos sitios para estar, decidimos que iríamos de compras y a pesar de creer que Travis se opondría se encuentra a mi lado disfrutando del tiempo que estamos juntos.

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