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Capítulo 2: ¿Quién necesita un hermano tan despreciable?

A Simona ya no le importaban en lo más mínimo sus padres y hermanos, los trataba como si no tuvieran ninguna relación de sangre con ella.

Cuando era pequeña, Aron la perdió, y traficantes de personas intentaron venderla como una novia infantil en las montañas. Gracias a que su maestro la salvó y la adoptó, su vida no fue tan miserable como podría haber sido.

Sus palabras cambiaron con éxito las expresiones de los Galván. Nunca esperaron que sella decidiera cortar lazos con ellos y dejarlos.

Judea, apoyándose en Salma, miró a Simona con una expresión sutil. La observo mientras su rostro mostraba una expresión de pena y culpa.

—No, la que debería de irse soy yo. Lo siento; no pretendía arrebatarte tu oportunidad. Solo me gusta ese programa, así que Tito fue a hablar contigo. Ya no quiero participar en ese programa. Ya no tienes que sentirte infeliz; no quiero enfadarte ni preocuparte.

Por fuera parecía culpable, pero en realidad era una retirada estratégica. De esta manera, podia distanciarse de las acusaciones de competir a propósito con Simona por recursos y al mismo tiempo mostraba su naturaleza considerada y generosa. Estaba interpretando un papel frente a los Galván, insinuando de manera sutil que Simona estaba usando como pura amenaza el cortar los lazos y dejar a la familia.

Como era de esperar, las expresiones de los miembros de la familia se volvieron desagradables.

Simona miró a Judea y le respondió sin reservas:

—No intentes actuar inocente y compasiva frente a mí con esa mirada falsa. No caeré en eso. Habló sin reservas, después de renunciar por completo al afecto familiar.

—Dices que quieres irte y lo has estado diciendo durante un año, pero aún estás aquí. Hace mucho que me canse de tu acto de retirada estratégica. Solo los tontos lo creerían.

Expuso la verdad de manera intencional. 

—Por supuesto que no me pedirías recursos de manera directa. Mientras lo digas, estos lacayos te presentarán lo que quieras. No necesitas hacer un espectáculo para ellos. No me importan tus pensamientos, ya que dejé de preocuparme por lo que ustedes puedan pensar.

Estas palabras oscurecieron con éxito los rostros de toda la familia Galván.

La expresión de Judea cambió con ligereza. Suprimió la ira en su corazón y abrazó a Salma con un toque de pesar.

—No estaba haciendo eso. No digas esas cosas sobre nuestra familia.

Se preguntaba si Simona se habría vuelto loca al elegir enfrentarla y hablar de esa manera tan severa. Aunque ser reprendida por Simona la dejo bastante disgustada, el hecho de que ésta hubiera creado tal escena hoy, solo haría que todos la despreciaran aún más. Así que aguantó su sarcasmo.

Como era de esperar, Salma estaba furiosa.

—¿Qué estás diciendo?¿Dónde están tus modales?

Simona encogió los hombros.

—Nací de mis padres, pero no fui criada por ellos. Seguro mis modales desaparecieron hace mucho tiempo.

La familia entera de quedó sin palabras. Salma miró a Simona con decepción.

—¿Todavía nos culpas? Parece que cometimos un error al traerte a casa. Te hemos estado compensando mucho este año. ¿Qué mas quieres? ¿Por qué tienes que competir con Ju? ¿No pueden tan solo ser hermanas y estar en paz? — Enfatizó. — Aunque eres nuestra hija biológica, Ju ha estado a nuestro lado todos estos años en tu lugar. En nuestro corazón ella es una parte importante de la familia Galván; ella es mi hija.

Simona solía encontrar estas palabras punzantes y desgarradoras, pero en realidad, ya no le importaba en absoluto.

—¿Por qué competiría? Desde que regresé a la familia, ustedes se han aferrado a mí. Todo lo que hago se interpreta como una lucha por ganar su favor y querer cosas que no me pertenece; si tienen delirios paranoicos, busquen terapia. No jugare mas a ese juego.— Tomó la tarjeta bancaria de su bolso y la lanzó sobre la mesa frente a ellos.— Esta es la compensación que me dieron y no he usado ni un centavo.— Había 150 mil en esta tarjeta, apenas la asignación mensual de Judea, pero esa era la compensación que le daban a Simona después de tantos años.— No me llevaré las cosas que el ama de llaves compró para mí, pero por las cosas que usado, les pagare en efectivo.

Luego, colocó el papel escrito sobre la mesa y continuo:

—En el año que eh estado aquí, he gastado menos de 15 mil incluyendo los gastos de vida, aquí tienes la lista; Acabo de transferir los 15 mil a esta tarjeta. A partir de ahora, nuestras cuentas están saldadas.

Lo que se puede resolver con dinero, no era un problema; por lo que ella y los Galván estaban a mano en temas de dinero, pero lo que le debían siempre estaría pendiente.

Las acciones de Simona hicieron que los Galván sintieran como si ella estuviera hablando en serio, dejándolos algo avergonzados. Salma no podía aceptar que su hija, que había sido obediente todo este tiempo, hiciera algo tan rebelde y desobediente.

Golpeó la mesa con la mano, con su rostro lleno de ira.

—Bien, adelante; pero una vez que salgas por nuestra puerta, no pienses en volver.

Ella creía que Simona no loo haría. Tal como Judea había dicho, esto era una táctica de retirada estratégica, amenazándolos con irse. Si Simona tenía éxito esta vez, ¿quién sabía cómo agitaría las cosas en el futuro?

Salma dejó que Simona se fuera, no porque quisiera, sino para advertirle que no causara problemas de nuevo. Los demás permanecieron callados; compartiendo de manera unánime los mismos pensamientos.

Por supuesto, Simona sabía lo que estaban pensando.

«Parece que estoy bromeando ¿no?»

—Me voy para siempre.

Después de decir eso, agarró su maleta sin mostrar ningún apego, y se dio l;a vuelta para irse.

Viendo esto, Esteban Galván, su padre, habló:

—Deja de hacer un escándalo. Ju ya no querrá esa oportunidad en el programa. A partir de ahora, haré que Tito luche por algunos buenos trabajos para ti.

Independiente de las circunstancias, ella seguía siendo su hija biológica y no podia dejarla ir así como así. Además, irse de casa después de poco más de un año desde su regreso, haría que su familia fuera objeto de burlas.

Simona se dio la vuelta y miró a su padre con indiferencia.

¿Crees que me quedaría por tus supuestos trabajos? ¡Qué insultante!

Su padre Frunció el ceño al oír sus palabras y contestó.

—No me refería a eso. Todo lo que estoy diciendo es que ahora eres parte de la familia; así que por supuesto te compensaremos.

Ella al oír estas palabras le resultó ridículo.

—Gracias por tu compensación. Durante el ultimo año, he experimentado de manera profunda el abuso emocional, sus quejas y su desprecio. Así que mejor pasaré de eso.

Esteban se sorprendió al mirar a Simona que parecía inflexible e inaccesible.

—Entonces, ¿qué quieres?. — Por lo general Esteban estaba ocupado trabajando y había descuidado a su hija biológica durante mas de un año.

Ella afirmo:

—Quiero cortar lazos contigo. Tan simple como eso; no hay necesidad de contactarnos en el futuro. Adiós.

Estaba furioso por la actitud de Simona, mientras que los hermanos Galván también parecían llenos de desprecio. En especial Arón, quien la miraba con una expresión compleja e indignada.

—¿Todavía me estás culpando?¿Estás tratando de hacernos competir y comprometer, por el favor de Ju?

Simona solo pudo verlo con frialdad y dijo:

—¿Estás sugiriendo que no debería hacerte responsable? En aquel entonces, cuando me perdí, permitiste que traficantes de personas me secuestraran. Casi me vendieron en las montañas como una novia infantil. ¿Debería expresar gratitud por haberme perdido en aquel entonces?

La cara de Arón se puso roja y en seguida palideció.

No fue mi intención hacer eso, ni siquiera sabía que casi te vendieron en las montañas.

Ella levanto una ceja.

—¿Decir eso borra el hecho de que me perdiste y cambiaste el rumbo de mi vida?

Tras su regreso a la familia Galván, él mostraba más amabilidad y preocupación en comparación con sus otros cuatro hermanos y sus padres, pero todo parecía ser un intento de compensar sus errores pasados.

«Cada vez que tenía conflictos con Judea, él siempre se ponía del lado de esta última. Así que, no necesito un hermano que no me ame de verdad».

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