JoséHabía sido rouge por muchos muchos años, luego de que encontrar a mi compañera con mi Alfa en la cama, ese día rompió el vínculo y fui desterrado de la mañana a la cual pertenecía.Fue hasta que vi a un lobo tratando de arrojarse por un acantilado que me interesé por alguien, así conocí a Cristian.-si te vas a tirar ¿puedes sacarte los zapatos? me gustan mucho-le dije al lobo que estaba por suicidarse.-los zapatos se vienen conmigo, si los quieres los vas a ir a buscar abajo-respondío.-lo veo difícil, yo lo he intentado pero cada vez que estoy al borde, mi lobo lo impide, así que, si tu lobo no está de acuerdo vas a seguir parado en ese acantilado, es mejor darme los zapatos, me sirven más a mí-le dije sonriendo al lobo que me miraba con molestia.-y a ti qué te importa-dijo lobo suspirando resignadamente.-no me importa, solo quiero tus zapatos, voy a comer algo, tengo algo de la caza de anoche, así que si quieres te vienes conmigo, te prometo no cobrarte-dije sonriendo me di
MaraEstamos en tiempos de cambio, cuando apareció Cristian, trajo una docena de rouges con él, los ubicamos momentáneamente en la residencia, que se le da a todos los que llegan por primera vez a nuestra manada, para que puedan adaptarse. La sorpresa fue que un par de días antes, había llegado a un contingente con un montón de hembras de todo tipo, fue lo más sorprendente, nunca habíamos tenido puras hembras, ellas vivían aisladas, habían sido rechazadas o habían sido desterradas. O no querían estar en una manada ya que habían escapado. Cuando salimos a la luz ellas decidieron incorporarse a una manada, recorriendo muchos kilómetros por incorporarse a la nuestra. Eran muchas, alrededor de 25, muchas de ellas con hijos.Luego de intervenir, cuando se desato el caos por los rouges y para que no destruyeran nada más de lo que ya habían destruido, se decidió de que cada pareja sería alojada en una cabaña para que solucionaran sus problemas, no estaba bien visto rechazar a tu pareja, muc
Amanda Había ido al aquelarre para tratar de buscar una solución, no deseaba tener un compañero, no lo quería rechazar porque sabía que iba en contra de todas las normas de la diosa luna, pero no quería un compañero, por lo tanto quería un supresor para mi celo o algo que elimine mi olor. Y sabía que las brujas lo tenian. Pero cuando estaba en la entrada del aquelarre alguien me intercepto.-Amanda, espera que necesito hablar contigo-decía luna Mara, venía con unos guerreros a cuesta.-Luna, por favor, no me detengas, no necesito más problemas de lo que tengo, estaba bien sola-dije apresuradamente.-Amanda, dime qué pasa, si no me dices no podría ayudarte-explicaba luna Mara con sinceridad.-lo que sucede luna, es que no necesito un compañero, no quiero un compañero, me niego a eso-le dije con temor a que me prohibiera hacer lo que había planeado, por lo que agregue- Y lo pude sentir luna, sentí su olor, solo quiero un supresor para mi celo, mi olor lo llama y él tiene que recuperar
AmmosEstába entrenando con mis hijos como todos los días, sabía que estaban listos, pero aun no los quería dejar ir. Su entrenamiento era muy riguroso, al igual que los mellizos tarde o temprano tenían que ir a la manada real, para terminar su entrenamiento para alfas. Era un tema que estábamos dilatando, porque una vez que lo terminaran, se deberían ir a donde ellos decidieran quedarse, en el caso de mis hermanos se deberían de quedar en la manada del Rey. Y en el caso de mis hijos sólo dos regresarían a nuestra manada, a uno lo perdería para siempre y no había nada que pudiera hacer.-¿qué pasa papá por qué estás triste?-preguntaba Vlad.-nada, es solo preocupaciones, cosas en mi cabeza no te preocupes, es algo que debo de solucionar-le respondía a mi hijo que me miraba fijo.-no mientas, siento que es por mi decisión de ir a la manada del alfa Matteo-decía Alexei, él siempre fue el más frío, metodico y analitico, a la hora de hablar o actuar. De mis tres hijos era el menos propens
CristianRecién al cuarto día de que llegué pude ver a Amanda, la encontré mientras llevaba las niñas para que jueguen, las seguí de lejos cuando pude ver que las niñas estaban jugando con otros niños y ella se sentaba, me ubiqué a su lado, trate de contactar con su loba, fue imposible, tampoco tenía ese aroma que había tenido el día que la vi, algo había cambiado mi lobo estaba inquieto, la reconoció, sabía que ella era su compañera pero algo había pasado, ella me miró nerviosa no dijo nada.-te he buscado por días Amanda, ¿por qué te escapas?-pregunte.-no me escapo, solo te estaba dando tiempo para que estuvieras con tus hijas-respondió a la defensiva.-bueno ahora estamos acá, necesito hablar contigo, darte las gracias por todo lo que has hecho, gracias por llevar el diario sobre mis hijas, las fotos, los he leído todo, gracias realmente valoro todo lo que has hecho no solamente por mis hijas, por mi padre y en el fondo por mí-explique.-fue un placer poder estar con las niñas, tu
MaraEstaban pasando muchas cosas raras en la manada, como que de repente apareciera un grupo de mujeres que estaban acostumbradas a estar solas a solicitar pertenecer a nuestra manada, luego a los días llegaran un montón de rouges que casualmete fueran sus compañeros. Fue muy sospechoso la cantidad de aparamientos que habían o segundas oportunidades. Otra cosa sorprendente fue hablarlo con las brujas, ellas nos dijeron que la Diosa tiene un plan para todo, se supone, que cuando los tiempos apremian y se pongan difíciles, para asegurar el linaje y la continuidad de la raza, se formarian muchos apareamientos y así iban a venir muchos bebés, esto era histórico, siempre pasaba, cada tantos generaciones, así que después de reírnos continuamos con nuestra labor en el hospital. Las brujas nos estaban ayudando a catalogar sus hierbas, una de ellas, que tenía una especie de pajaro muerto como sombrero, me toca el estómago y dice:-se vienen más guerreros luna- quede helada, solo tenia un par
AmandaLas brujas me lo advirtieron, traía consecuencias suprimir mi celo, no les hice caso, pensé que cosas como no tener el olfato o no sentir a mi loba, eran cosas normales, que iba a cambiar, pero debía siempre estar tomando las pociones. Y eso adormecia mi loba.Según la explicación de Cristian al tomar mucho un supresor de celo la loba iba a dormir y jamás despertar, era como matarla de a poco. Llevó cinco días con el supresor de celo, hacía cinco días que no sentía mi loba, el vacío era insoportable, me había puesto irritable, pero aún así no tenía la fuerza ni la velocidad como para sacar este mastodonte de encima mío.-¿por qué no quieres tener celo, por qué no quieres tener un compañero?-pregunto.-los machos son un problema y no necesito tener un compañero, muchos menos uno que viene con una mochila a cuestas-dije sabiendo que lo lastimaba con mi actitud.-no te estoy pidiendo que seas la que lleve mi carga, solo estoy diciendo que no tiene por qué ser malo-dijo de manera s
AmmosLos días continuaron, nuestras defensas se fortalecieron, la mayoría de los guerreros de elite, que fueron enviados desde la manada real, terminaron formando pequeños escuadrones para fortalecer a nuestros guerreros, cómo era de esperarse la tensión iba en aumento. Se sabía de casos, dónde manadas fueron atacadas por grupos de vampiros, la lucha fue cruel y hubieron muchas bajas.A nuestro alrededor todo parecía en calma, las brujas y su aquelarre estaban preparadas, nosotros más preparados no podríamos estar y aún así, sentía que algo se nos escapaba.Mara ya con un par de meses de embarazo se veía más bella que nunca, cada vez que la veo no puedo dejar de sentir el agradecimiento hacia la diosa luna por la segunda oportunidad que me dio con mi compañera. Mis hijos cuando cumplieran 12 años irían a la manada del Rey, para su entrenamiento como a futuros alfas, este entrenamiento duraría hasta que el Rey como los adiestradores los encontraran listos, a algunos les tomaba más a o