Minutos después…

Hemos llegado a la central de autobuses, por lo que bajo de ese taxi para después esperar al señor taxista quien me entregara mis maletas, así mismo le pago su tarifa y me dirijo hacia adentro de esa enorme central.

Camino por un momento hasta que ya no puedo más, necesito descansar un poco si quiero seguir, Lucia tienes que aguantar no puedes nacer ahora si no hasta que estés lista, perdóname, perdona a mamá por hacer esto, pero si no lo hago todo se descubrirá ahora y eso no puede pasar.

A una pequeña distancia veo como hay una banca así que dejo esas maletas a medio camino y voy a sentarme.

—Señorita ¿Son de usted las maletas? —pregunta un joven amable quien espera mi respuesta.

—Sí, ahora iré por ellas lo siento—intento pararme.

—Tranquila yo las traigo por usted señorita—él me regala una sonrisa de confianza y después va por esas maletas para enseguida volver con ellas y dejarlas a lado de mí.

—Gracias joven—sonrío con amabilidad.

—Algo más en que la pueda ayudar