[XAVI]
—¡No, por favor no sigas! — Me exclama cuando mis dedos rozan sus labios con la clara intención de volver a besarla. Me quedo con mi mano en el aire cuando ella se pone de pie. —Lo siento, debo irme. — Me dice y nuevamente huye de mí.
La observo caminar como lo he hecho antes y siento que estamos repitiendo esta escena una y otra vez. A pesar de que siento que esto ya no tiene sentido, me pongo de pie yo también y camino, pero esta vez no voy detrás de ella. Entro al hotel y tomo el elevador hasta el piso donde están nuestras habitaciones. Al llegar, voy a su puerta y golpeo. Me quedo unos minutos esperando, pero nadie responde. Supongo que no habrá llegado y me niego a moverme de aquí.
[...]
No sé cuánto tiempo ha transcurrido hasta que la veo salir del elevador, y su cara al verme es de absoluta sorpresa. —¡¿Qué haces aquí
[XAVI]El silencio en esta habitación es insostenible, tan solo son el sonido de nuestras reparaciones y suspiros los que irrumpen y yo no me atrevo ni siquiera a verla a la cara. Siento el movimiento de su cuerpo y al finalmente llevar mi mirada a ella la veo levantarse de la cama. Recoge su ropa del suelo y me mira —Cuando salga de la ducha espero que ya te hayas ido. — Sentencia.—¿Qué? — Pregunto totalmente sorprendido.—Xavi, que te vayas, y si eres un hombre, no le vayas a decir a Facundo de esto. — Me advierte.Me siento en el borde de la cama y la miro con mis ojos abiertos de par en par. —¿Te has escuchado? — Le cuestiono.—Sí, no le digas a Facundo. Solo eso te pido. — Repite.—¿Qué ha sido esto? — Me atrevo a preguntar.—No tengo la más puta idea y no me voy a poner a investigarlo. Yo tengo m
[SARA]Dos semanas despuésSigo dando vueltas en la cama sin poder conciliar el sueño. Me siento la peor mujer del mundo, he puesto mil excusas para no estar con Facundo en estas semanas, pero es que no puedo... Miro al techo, vuelvo a voltearme, y así sigo hasta que no soporto más y me pongo de pie y sin encender la luz e intentando hacer el menor ruido posible busco el pantalón corto y la camiseta blanca que deje sobre la silla y me salgo de la habitación. Me visto rápidamente, busco mis llaves, mi móvil, y salgo de la casa.Nunca le he sido infiel a ningún novio que tuve y justamente tuve que serlo con el hombre con el que me casare en menos de un mes. No sé si pueda dejar las cosas, así como se lo dije en Miami a Xavi. No sé si mi conciencia me dejara quedarme callada. Camino por las calles en esta madrugada de verano y voy rumbo a la playa, el único sitio donde creo q
[XAVI]Aquella noche después de nuestro encuentro en la playa, la lleve a su casa donde vive con mi mejor amigo y me despedí de ella. En ese mismo instante sentí que mi corazón se rompía en mil pedazos, sabía que no debía enamorarme de ella y lo hice como todo un imbécil. Hui como un cobarde al día siguiente no porque debiera viajar como se lo dije a ella, si no porque no podía estar en la misma ciudad que ella mientras no estuviera casada. Tenía pánico de lo que sería capaz de hacer si me quedaba…Mañana es su boda, y mi regreso a Málaga es solo porque le prometí a Facundo que estaría allí. Lo que él no se imagina es que desde el día que la vi en su casa quedé hechizado por ella. Lo sucedido en Miami, fue tan solo lo que me hizo comprender lo que realmente sucedía en mi interior y no un simple acto f&iac
[XAVI]No soy capaz de entrar a la iglesia aún. Se que debería de hacerlo, que debería de estar al lado de mi mejor amigo apoyándolo, pero lo único que puedo hacer es quedarme aquí afuera y esperarla. No he dormido en toda la noche a pesar de todo el alcohol que hemos consumido en nuestra reunión de amigos, tampoco he podido dormir durante todo el día de hoy. En mi pecho esta la sensación de que están a punto de quitarme algo importante de mi vida y sí, estoy perdiéndola.Han sido dos meses sintiendo está sensación de que ella y yo estábamos destinados a estar juntos. Ha sido un tiempo donde no me he podido quitar su mirada, su sonrisa, su voz de mi cabeza. Fue verla aquel día y caer rendido a sus pies, fue saber que era a ella a quien conocería y saber que el destino se había equivocado. Fue estar con ella en Miami y saber que me hab&iacu
[SARA]Conduce a toda prisa mientras que yo siento que acabo de cometer la locura más grande de toda mi vida. No puedo dejar de pensar en Facundo, en lo que le he hecho, sé que me debe de estar odiando y preguntándose qué rayos ha sucedido aquí.—Deja de pensar. — Me dice de la nada como adivinando mis pensamientos.—Es imposible. — Respondo angustiada.—¿Tu pasaporte esta en la casa? — Pregunta ignorando mis palabras.—Esta en el bolso de ropa que llevaría a la luna de miel. — Explico y otra vez esa sensación de angustia me invade.—No tenemos mucho tiempo, vamos por el bolso y te cambias de camino al aeropuerto. — Indica y no entiendo nada.—¿Qué? ¿Al aeropuerto? — Cuestiono confundida.—Sara, no nos podemos quedar aquí, al menos no por unas semanas. &mda
[XAVI]No es que la conozca tanto para saber cómo siente, pero es claro que está asustada y muy confundida acerca de las repercusiones de su decisión. Sé que debe de seguir preguntándose si ha tomado la decisión correcta o no, y yo solo soy capaz de tomar su mano entre la mía.—Todo estará bien, te lo prometo. — Le digo intentando que los pasajeros de los asientos de atrás nuestro no nos escuchen.Ella me mira fijamente —¿Cómo me puedes prometer una cosa así? —Pregunta y la angustia en su voz me cala hondo.Inclino mi cuerpo hacia ella y acaricio su rostro con devoción. —Es la locura de amor más grande que he cometido en mi vida. No hay manera de que esto salga mal, no hay manera que esto desaparezca. Sara, no sé qué es lo que has hecho conmigo, pero pasaste por mi vida sacudiendo todos mis sentimientos,
Los bellísimos paisajes de Venecia parecieran no haber podido quitar nuestros nervios. Nunca temblaron tanto mis manos como en este momento en el que abro la puerta de la habitación de hotel donde nos alojaremos. Me siento un ladrón por estar está noche aquí con una mujer que sería de otro, pero al mismo tiempo siento que he rescatado la felicidad de ella, la de él, y hasta la mía propia.Entramos sin saber si quiera que decir. Creo que ambos nos sentimos extraños y supongo que es normal. Me quedo parado en medio de la habitación mientras que ella se acerca a la venta y observa la vista.—Es hermoso. — Dice con un hilo de voz y se queda allí parada.En un acto de valentía, me acerco a ella lentamente y me detengo justo detrás de su cuerpo. Cuidadosamente apoyo mi barbilla sobre su hombro y rodeo su cintura con mis brazos. —Lo es. —
Un silencio absoluto, tan solo interrumpido por nuestras respiraciones aun agitadas, es lo único que se escucha en esta habitación de hotel. Ella está aferrada a mí como si yo fuese su balsa; esa con la que se salvara del naufragio. Su cabeza apoyada sobre mi pecho, mis manos rodeándola en un abrazo, su larga cabellera cubriendo su espalda, y sus labios dejando tiernos y pequeños besos en mi.No puedo más con este silencio, necesito saber que pasa por su mente. —¿Te encuentras bien?— Me atrevo a preguntarle finalmente.Un suspiro se escapa de su boca y ahora con su dedo índice va dibujando siluetas en mi pecho. —Tengo sentimientos encontrados... Lo que ha sucedido entre los dos ha sido increíble, me has hecho sentir tantas cosas... y todas tan bonitas... pero, a la vez siento culpa. ¿Será que algún día se nos ira este sentimiento de culpa?— Me