Una gran aventura
comienza.
El final del día ha llegado, los últimos rayos de sol en las cristalinas aguas del mar Caribe se han reflejado, parece tranquilo y sin altibajos, tan sólo se escucha el sonido de las gaviotas en busca de costa cercana. Un temible navío en antaño, irrumpe en estas tranquilas aguas, alterando la belleza y naturaleza de estas, formando una leve franja a su paso, haciendo que la mar se mueva de un lado a otro, molestando a los animales marinos que tan apaciguadamente bajo el mar descansan.
Sobre la popa del barco un majestuoso capitán se encuentra. Lleva puesto su particular atuendo, aunque sobre su cabellera no hay sombrero alguno, pues ha decidido sentir la agradable brisa nocturna sobre su rostro. Admira maravillado
La Bahíade las3 caídas. En las azules aguas del mar Caribe tres islas hermanas se encuentran, aún no colonizadas por hombres de letras. Las grandes tribus de indios salvajes, también llamados vulgarmente payas por los afamados piratas, las protegen. Viven en armonía, ajenos a los peligros del arma blanca.En la más pequeña de todas, la solitaria Bonacca. Sobre la arena de la playa, el agua está en calma, las olas terminan delicadamente sobre la orilla, trayendo pequeñas conchas que el mar ha arrastrado. La brisa marina mueve los árboles, mientras los coloridos pájaros toman el sol en la arena.Una pequeña barca hunde la quilla de popa sobre la blanca y suave arena, mientras s
LosPayas La tripulación había despistado al feroz tigre y acababa de volver al gran árbol justo a tiempo porque en aquel momento su capitán y Mamá Títaca pisaban suelo firme.¿Dónde está Emily? – Preguntó el capitán bastante asustado, al percatarse de que su esposa no se hallaba entre la tripulación.No lo sabemos, cuando fuimos atacados por el tigre cada uno corrió en una dirección. - Aclaraba Harry el largo, encogiéndose de hombros.¡Maldición! – Maldecía por lo bajo - Tenemos que encontrarla.***Emily caminaba por la selva,
Navegando a mar abierto Sobre las tranquilas aguas del mar caribe, no muy lejos de la isla tortuga, un viejo barco de color negro roto navegaba, de velas rojas y agrietadas. El capitán de la venganza de la reina Ana, en su camarote, inmerso en las difíciles cartas de navegación se encuentra.La estancia oscura y vieja, unas gastadas velas la iluminan. Sobre el gran escritorio de madera antigua y desgastada un hombre de larga y mal cuidada barba mira malhumorado hacia el mapa que se haya sobre su mesa. Pues llevan navegando sin cese más de dos meses y aún no han encontrado una aventura que tomar.Agarra la botella de ron que se hallaba sobre la mesa y deja caer el líquido de su interior por su garganta.Un ruid
Distanciaentre dos. La noticia de que buscaban un tesoro de los mayas se había extendido como la espuma por todas partes, a causa de que Sepia se había encargado de divulgar esta noticia, y muchos piratas los perseguían en aquellos días, con la intención de quitarles el mapa.Por otra parte, la tripulación parecía bastante contenta del regreso de su capitán, en los últimos días todo había vuelto a ser como antes, con la única excepción de que ella dormía en los aposentos del capitán, y nadie, excepto el sabio señor Smith, sabía a ciencia cierta cuál era la relación entre ambos, aunque la gran mayoría sospechaba
Como dos desconocidos. Habían pasado largas semanas desde aquello, Emily y el capitán apenas se dirigían la palabra, la muchacha parecía estar bastante disgustada con él y él no encontraba las palabras adecuadas para disculparse, así que tan sólo seguían adelante sin pensar demasiado en sus sentimientos o su relación.A pesar de la negativa de mamá Títaca, habían parado en Tortuga a reponer munición, ron y otras cosas necesarias para el viaje, incluyendo ropas comunes de la época, pues tras mucho pensarlo el capitán había decidido apoyar la idea de su mujer, aunque no sabía muy bien cómo comunicárselo.Emily se levanta
Un fatídico encuentro En el camarote del capitán Emily se probaba las ropas y la peluca que su esposo había elegido para ella: Lleva un largo traje en tono celeste, totalmente de la época que le apretaba fuertemente el pecho y apenas la dejaba respirar, y sobre su cabello una peluca de color rubio en un bonito recogido aguantado con una hermosa joya.¿Cómo pueden aguantar sin respirar las mujeres de esta época? – Preguntaba la muchacha, haciendo grandes esfuerzos por no ahogarse – ¿de verdad tengo que llevar esto?Es necesario para no ser descubiertos por nuestros enemigos – respondía William, admirando en aquel momento a su esposa, y arqueando
El valle de Toluca Sobre las frías montañas del monte de Toluca, en México, un grupo de personas avanza, una expedición que se dirige hacia el camino prohibido.Se dirigen hacia el valle de Toluca, la primera parada hacia lo desconocido, pues justo al lado de este se encuentra el volcán de la chispa perdida.En aquel justo instante, cuando ya casi habían llegado a la mitad del trayecto, el capitán se paraba delante de todos ellos, ya que era el que los guiaba. Llevaba sobre su mano una vieja brújula, que parecía estar algo escacharrada y vieja, pues la movía de un lado a otro, intentando que la manecilla indicase algún punto.El mapa – Ordenó
Cuerpo de mujer En aquella hermosa mañana dónde los pájaros canturreaban aquí y allá, donde la vegetación abarrotada, por donde pisaban, William y Emily, junto a algunos hombres de su tripulación, se encontraban.Acababan de llegar a un antiguo templo azteca, que se hallaba totalmente en ruinas.William, seguido por los demás, subía las escaleras hacia lo más alto, dónde se encontraba la puerta que daba al otro lado, esa puerta que había atravesado cuando era tan sólo un niño…“Un pequeño niño, admiraba la gran pared azteca que se hallaba frente a él, donde se encontraban dibujados algunos signos extraños que el much