Capituló 2 Parte 3

Cuando al fin llegué, abrí la puerta de un empujón, rompiendo la llave lo cual no me importo, me fui directo al closet donde escondía una maleta de acampar con todo el equipo completo. Empaque un par de botas de montaña, porque a veces emprendemos búsquedas de rescate o casería, en mi caso para atrapar a alguien.

Los equipos de campaña siempre me han funcionado, el cuchillo de cacería que colgaba en mi cinturón, los arneses que llevaba para escalar, aunque no les necesitará porque podía escalar un árbol, una montaña sin equipo con mis propias manos y correr sin cansarme por un largo periodo. Aguarde mi lona y casa de campaña en la mochila. me cambié mis zapatos de vestir por unas militares negras, me di una ducha, para ponerme unos jeans azul marino, una camisa con gorro, empaque unas chamarras para el frio, comida enlatada, cecina, todo lo indispensable para un viaje de 4 días, pues haría una parada en el mar de Ohio.

Me había alejado de mis hermanos por nuestras diferencias y ahora me veía obligada a regresar. Aunque he de admitir que los extrañaba.

En las praderas de Idaho, se encuentra un campo con flores silvestres, de diferentes colores, siempre dándole un toque mágico durante todo el día, cuando amanece el arcoíris se dispersa por todo el cielo, mezclados con la entrada al sol, mágicos colores florecen por todo el cielo, y cuando el sol se esconde es una gama de colores, rosados, rojizos, anaranjados llenan de poder el cielo hasta que las estrellas forman parte del mismo, de dos mares distintos durante el día y la noche, es como una galaxia o una nebulosa mezclada por infinidad de tesoros y gemas.

                                                                              

Corrí y corrí alejándome de la ciudad hasta llegar a campo abierto, mi velocidad era sorprendente, era como ir en moto, pero mil veces más fuerte, mis pies sonaban en el suelo, haciendo crujir las ramas, la noche me dio alcance y encendí una fogata con facilidad. 

Ahí estaba. Recostada viendo como las estrellas acompañan mi soledad. Llenando de magia el mundo ya que el mismo está lleno de esa vida, algunos no pueden ver lo que yo veía, me sumí en esos pensamientos hasta alcanzar un sueño profundo, para descansar el cuerpo, necesitaba dormir, ir a donde los sueños eran recuerdos muy reales.

..........

Me deje caer sigilosamente desde la ventana hasta que mis dedos tocaron el suelo, estaba de cacería, José y Charlie necesitaban pruebas para arrestar a este violador enserie y solo yo podía conseguirlas y para eso debía ser un señuelo. Me deslice en mis cuatro extremidades por el almacén usando los pilares y las paredes en medio de la noche. Mi corazón latía con fuerza, pero mi respiración era suave. 

Una mano tapó mi boca dándome un susto de muerte, estaba apunto de usar mis dotes marciales cuando los ojos Israel se encontraron con los míos.

– ¡¿Qué haces aquí!?... Vas a echarlo a perder todo – susurré lo más bajo posible, en cuanto apartó su mano de mi boca. En solo me sonrió como el gato que va a comerse al ratón, pero no me soltó. Mi cuerpo estaba atrapado por él suyo, con nuestras piernas enredadas. Intente apartarlo pero solo lo hizo sonreír más y se acercó reduciendo el espacio que nos separaba. Mis manos se quedaron sobre su pecho.

– Hay que hacer esto juntos – susurro contra mi boca, tuve que tragar saliva antes de negar – Por favor.

" Bueno. Dijo por favor " 

– No te necesito – su mano acarició la mía contra su pecho, y se la llevó a los labios dándole un beso a la yema de mis dedos, y después un dulce y caliente mordisco que mandó una señal eléctrica por todo mi brazo erizando el vello de mi piel. 

– Esta bien, pero harás lo que yo diga – su sonrisa gatuna regreso y se inclinó más cerca, mi corazón no podría estar más desesperado, su boca tocó mi mejilla y me dio espacio.  

……….

Para cuando desperté el sudor corría mi frente y no a causa de sol, mi garganta estaba seca, con plena luz del día regrese a mi hogar, donde había deseado no volver, cerca de la gran montañas de Idaho está la cabaña construida por la naturaleza, echa de madera de caoba y roca de granito de la misma montaña que fue transportada con el paso del tiempo por nuestras propias manos y rodeada de árboles caídos, como enredaderas, con su naturaleza viva detrás de ella, un bosque espeso grisáceo, neblinoso, donde el sol aparece entre las montañas, donde se reflejan sobre el lago y cuando se ensombrece la cabaña de dos pisos, desaparece como si no existiera, ahora dejando una magnífica vista, con el patio abierto de área boscosa y césped húmedo, donde las gotitas de fulgor resplandecen con la luz de día o nocturna, cerca del lago había una hilera de abetos y abedules fuertes y firmes, que daban hasta el cielo con sus troncos gruesos, aun lado de esa hilera donde cuelga mi hamaca hay un puente de madera flotando que da al lago. Solía pasar mis horas leyendo mis libros favoritos que ahora deben estar cubiertos de polvo en el mueble de mi cuarto, exactamente donde los dejé la última vez. 

Cuatro días después de un viaje cansado, entro a la casa iluminada por sus candelabros de bronce. No quiero hablar mucho de mi hogar, al principio era una cabaña construida por troncos paja y roca, conforme se fue reformando se convirtió en una cabaña de dos pisos de roble, bambú, granito y loseta.

Con un picaporte de seis escalones, una terraza con un piso donde había una hamaca de madera colgada, donde solíamos leer mi hermana y yo. La primera vista es de unas puertas corredizas y divididas con madera de caoba, cortinas ondeando hacia la estancia principal, donde se veía al fondo la chimenea rodeada por un librero en todo su arco, ala izquierda su cocina y su comedor, junto a ellos subiendo las escaleras de cristal al mini bar de Mitkel mi hermano que dan a las 8 habitaciones, 4 dormitorios con sus respectivos baño, un cuarto de cine, una biblioteca y almacén para guardar objetos de temporadas de estaciones. El cuarto de música de mis hermanos con un piano y mesa de billar.

Subí las escaleras de vidrio rumbo a mi cuarto que ahora estaba deshabitado, me imagino que nadie entró desde que yo no estuve, las cuatro recamaras estaban vacías, pero al ingresar, descubrí 2 mas para cuando teníamos visitas, pero eso ya hace tiempo. Entre en el último cuarto esperando encontrar un caos lleno de polvo, como una casa embrujada, al abrir la puerta me lleve una sorpresa, todo la cama era blanca, los cajones eran nuevos, la ventanas abiertas eran correderas que daban al balcón, con las cortinas ondeando hacia afuera, el balcón daba la vista al patio trasero, solo bastaba con asomar la cabeza y se podía ver el puente, era como si me estuvieran esperando. Deje mis cosas sobre la cama, después de un baño me vestí con shorts cortos azules y una blusa rosa de tirantes a pesar de que hiciera frío o no, el clima no me afectaba, la temperatura de mi cuerpo se alzaba fuera de lo normal para un cuerpo humano, pero como he dicho yo no lo soy, me solté el cabello y lo deje caer contra mi espalda, era plateado en forma de capas, con algunas tonos más oscuros y algunas puntas se venían hacia al frente de mi rostro por más que los apartara.

 El día era cálido y no hacía frío, al menos para mí no, ¿Dónde estaban mis hermanos? No los vi desde que llegué. ¿Sabrán que ya he llegado? ¿Les importara? ¿Mitkel se alegrará de verme? ¿Qué habrá cambiado desde que me fui?.

“Olvídalo, solo me estoy torturando” 

Deje esos pensamientos a un lado y camine hacia el lago, para dirigirme al puente a escarbar sus tesoros, algo que Mitkel me enseñó desde niña , Salí al patio de la casa sin mirar atrás, y sobre una mesa de piedra estaba un cedazo, para colar la arena y sobre un clavo aún seguía la bolsita donde echaba las espitas de oro, este lago jamás ha sido tocado por los humanos, y jamás se acercarán a este lugar. Todo gracias a las leyendas falsas que hemos creado y aunque no existieran no dejaríamos jamás que se acercaran a este sitio, es sagrado, aquí hace mucho tiempo se inició la evolución de nuestra especie. 

Recogí el cedazo y me senté al borde del agua, dejando que el agua humedeciera mi trasero, lo enterré en lo más profundo que pude, y comencé a colar mientras recordaba como mi hermana Keila y yo pasábamos nuestros días junto a él y como me narraba la cantidad de historias que sabía sobre él, como muchos intentaron hacerse de sus tesoros y siempre pasaban cosas extrañas, por ejemplo, la gente se perdía o se volvía loca, cosas confusas y que nadie volvería a mencionar. 

Este lago oculta inmensidad de tesoros, como flechas de plata, siempre se me ha dado bien encontrar los tesoros, se podría decir que es un don especial, además de otras cualidades, después de unas cuantas espitas decidí pasar el día en el puente contemplando la vista, esperando que mis hermanos aparecieran, ya deberían de haber llegado.

Me recosté para llenarme de vitamina e, dejé caer mis pies dentro del agua, meciéndolos hacia atrás y hacia adelante, me sentí incómoda, después de unos minutos, me erguí de nuevo sosteniéndome con una mano, clave mi vista en el agua cristalina, los pequeños peces se escondieron bajo el puente, casi pude ver una sombra oscura pasar por debajo, pero estaba tan hipnotizada por el lugar. Hacía ya tanto tiempo que no disfrutaba tanto, la sombra volvió a pasar “Tal vez algún pez grande” pensé. Pero antes de poder reaccionar y darme cuenta de quién era, Keila saltó sobre mí y me arrastró al agua, logré zafarme de su abrazo y Salí a la superficie, pero ella volvió a hundirme para salir junto conmigo.

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