Neferet después de ese día, no me dejaba sola ningún momento, a pasado una semana y me comienza a poner nerviosa, sus ojos carmín siempre me observaban sin expresión alguna.
—¿el siempre es así? —pregunto curiosa.
—¿como? —Responde Esmeralda mirándome con una sonrisa. —no lose, ¿sobre protector? —digo encogiendome de hombros.Esmeralda suelta una pequeña risa y niega rápido.
—el jamás a tenido una sirvienta, tu serias la primera —susurra mirando a los lados.
La azafata me sonrió con cortesía mientras me guiaba a mi asiento, observe la ventana y no podía evitar sentir un nudo en el estómago, esto no estaba bien pero no podía evitarlo solo necesitaba saber que Leo estaba bien, que Regina estaba bien. Seguro Neferet lo entendería, no era la sirvienta ideal.El avión aterrizó horas después, pedí un taxi y me dirigí a casa pues es sábado por la mañana, las ansias recorría cada poro de mi piel, de camino a casa vi un pequeño grupo caminar con pequeño ánimo por su vestimenta diría que estuvieron en una fiesta pues eran dos chicas con vestidos muy cortos y tres chicos con ropa casual, al mirar el rostro de ellos me quede helada.—espere, deténgase un momento —pedí de golpe.
Mis ojos pesaban pero tenía una extraña sensación así que los abrí con dificultad mientras me sentaba con poco ánimo, frote mis ojos para aclarar mi visión y solté un grito ahogado mientras me sujetaba a mi cama, la adrenalina y el miedo comenzaron a hacerse presentes tan solo milésimas de segundos después.Neferet estaba frente a mí con cara de pocos amigos, su rostro denotaba furia... ¿Odio? ¿Decepción? Era una mezcla completa y sus ojos rojos no dejaban de mirarme como si quisiera matarme en un chasquido. Eran de un rojo intenso que nunca había visto en el, sus manos estaban convertidas en puño y yo solo podía escuchar mi respiración entre cortada, estaba aterrada, el miedo no dejaba que articulará ninguna palabra.—Nefer
Neferet se encontraba sentado junto a mí en el avión y yo solo podía mirarlo de reojo, su vista estaba fija en la ventana absorto en sus pensamiento y Dios sabe lo que está pensando pues nunca demuestra emoción alguna.—dime algo Anne —dijo con voz suave casi en susurro.—¿si? —respondí nerviosa.—¿porque escapaste? ¿Porque volviste aquí? —su gesto era frío, parecía molesto y dolido.—yo... Me sentía atrapada, nunca quise ser una sirvienta, me gustaba mi vida como una humana y solo quería ver... —&iqu
Esmeralda esta conmigo todo el tiempo posible, seguramente Neferet le pidió que me tuviera vigilada, pero no me incomoda, Esmeralda es amable y siento como si fuera mi amiga.—¿enserio lo crees? —me pregunto esmeralda por quinta ves mirándose al espejo.—¡claro! Tienes un cabello muy hermoso, suelto se ve mejor —respondí con una sonrisa.—gracias Anne —dijo con pena y yo hice un guiño en respuesta.—mañana el señor Vintag tendrá visitas de las familias gobernantes, me ordenó que estuvieras lejos del castillo mientras están aquí —Esme
Quería desaparecer, tenía deseos de golpear a Neferet con todas mis fuerzas y gritarle hasta que mis cuerdas vocales ardieran, deseaba desaparecer, olvidar lo que había pasado y empezar de nuevo lejos de este maldito lugar, ¡¿porque?! Esa pregunta me hacía a mi misma en repetidas ocasiones, ¿no le gustó? ¿Solo soy su juguete? ¿tiene esposa? ¿Novia?Neferet no se a aparecido por 3 días completos, lo cual agradezco pues no deseaba verlo, pero también quería irme de aquí, ¿porque estaría aquí? El había dicho que no podía dejarme ir, él dijo.... Que mi sangre era especial para el, pero no iba a morir sin mi ¡Dios había hecho el bochorno de mi vida! Lo bese y... Me rechazo.—¿estas bien? Te e nota
Sentía algo por Neferet era inútil negarlo, y ahora entendía porque me había rechazado, no le interesó de esa forma y ahora tiene un compromiso, Esmeralda me había mentido Neferet no podía sentir lo mismo que yo.—¿Anne? —era esmeralda tocando la puerta.No respondí, no tenía ánimos de conversar con nadie.—vamos Anne, lo siento mucho —se escuchaba apenada.—no quiero hablar ahora —respondí fríamente.Esmeralda se fue y yo me quedé mirando por la ventana pensando que pasaría ahora, ¿Neferet se casaría? Me dolería no había d
Me encontraba en la habitación de Neferet, estaba recostada en su pecho, me resultaba extraño no escuchar su corazón, su piel fría tocaba la mía haciéndome estremecer por dentro.—¿tienes frío? —preguntó en susurro mientras acariciaba mi cabello.—un poco —respondí con los ojos cerrados.Con un movimiento Neferet hizo que su sabana estuviera sobre mi, su aroma resultaba agradable pues era su aroma, sonreí sin poder evitarlo, finalmente me sentía tranquila.—duerme, dulce Anne —acarició mi rostro y al escuchar sus palabras caí en un profundo sueño.
Corrí a mi habitación y me senté en mi cama, ¿Neferet estuvo observándome siempre? ¿Porque? Quizás todo es por mi sangre, me negaba a creerlo el siempre fue muy atento conmigo y no me a dado razones para pensar lo contrario.—Anne, el desayuno está listo —Esmeralda tocaba mi puerta sacándome de mis pensamientos.—ahora voy —no deseaba salir, pero Neferet vendría personalmente si no aparecía.Camine a la cocina y ahí estaba el sentado frente a mi sin expresión alguna como si nada pasara, ¿como podía hacerlo?—estaré todo el día fuera, tengo reuniones importantes pero volveré en la n