Se quedaron mirándose fijamente, ninguno de los atinaba a nada, Fabio quería besarla, abrazarla, decirle cuanto la extrañó, pero de tanto que quería decir, simplemente no dijo nada. -¿Quieres…quieres cargarla?-le dijo Amelia después de unos segundos de silencio. —¿Puedo? —¡Claro! Es tu hija. Amelia caminó con su pequeña en brazos hasta estar justo delante de el. ¡Dios mío! Cuanto amaba a ese hombre, estar sin él había sido una completa tortura,, se volvieron a mirar a los ojos y dibujaron ambos una pequeña sonrisa de complicidad. —Ven, siéntate, creo que así va a resultar más fácil para ti-le dijo Amelia indicándole lo que tenía que hacer. Fabio, como buen estudiante aplicado se sentó y Amelia con sumo cuidado le puso a Fabiana en sus brazos. —Es…es tan pequeñita-dijo con los ojos aguados-tan perfecta. Fabiana estaba profundamente dormida, bien abrigada, toda vestida de rosado y blanco. —Es pequeñita como tú- rió por su propio comentario. —Es pequeña porque es una b
-Pero Fabio, no entiendo hermano, tantos meses desesperado, sufriendo y ahora que la tienes a tu lado simplemente ¿no te animas a nada?-preguntó Marcos asombrado. -Lo sé ¡lo sé! pero que quieres que te diga-gesticuló con ambas manos-hay dos cosas que me están frenando, una: está recien parida, dos-contó con sus dedos-no creo que yo le interese más. -¡En serio Fabio! ¿En serio crees eso? ¡Por Dios hombre! esa mujer te ama desde el día uno, cuanto tú ni siquieras te habias fijado en ella más allá de su tamaño-respiró profundo- en serio hermano, creo que andas poniéndote viejo, creo que... Su teléfono lo inerrumpió. -¿Si amor?-escuchó en silencio- si aquí está conmigo, ok perfecto. Marcos puso su teléfono encima del escritorio en altavoz. -¿Fabio?-se oyó la voz de Eva. -Aquí estoy-le respondió Fabio. -¿Me puedes explicar porqué carajos a estas alturas no has tenido una conversación con tu mujer? Ambos hombres se miraron con asombro, Eva nunca le había hablado en ese ton
-Espera-Amelia se apartó de él y buscó entre sus papeles un documento-toma, rómpelo por mi. Fabio leyó lo que Amelia le entregó y tuvo que sonreir. -¿En serio lo guardaste? -Ni te imaginas cuantas veces lo leí-se le humedecieron los ojos-creo que me lo sé de memoria. -Pues no más-agarró el papel y lo rompió en mil pedazos-a esto solo le debemos el habernos conocido, pero nada más, lo que sentimos el uno por el otro no tiene nada que ver con esto, ven. La llevó para el baño y como si de una ceremonia oficial se tratara arrojó los pedazos de papel al inodoro y lo descargó. -Eso es todo-le dijo Fabio a Amelia mirándola fijo-ahora somos tú, yo y nuestra pequeña chihuahua-rió. -¡Fabio!-le dió un manotazo para nada duro-no le digas así a tu hija. Fabio rió más alto-que hermoso se escucha eso, mi hija-la acorraló de manera tal que quedaban de frente al gran espejo que tenían en el baño-quieres que te recuerde como te la hice ¿eh? El estaba detrás de ella y le hablaba práct
Theo no podía creer lo que estaba escuchando, ¡como ese hombre hablaba de esa manera de su hija! y lo peor del caso es que lo estaba haciendo delante de ella y esta parecía tan cómoda con esa situación que evidentemente no era mentira lo que él estaba diciendo. -¡Que digo más 10 años! Ahorita casi que llegamos a los 20 ¡claro! con idas y venidas pero ahí vamos ¿verdad princesa? le guiñó un ojo a Claudia. -Asi mismo amor, asi mismo, pero no me vas a negar que han sido más venidas que idas-rió por su propio comentario con un evidente doble sentido. -No puedo creer lo que estoy viendo y escuchando ¡no puede ser, no puede ser!-repetía una y otra vez Theo agarrándose la cabeza con ambas manos. -No me conoces realmente, no sabes quien soy, ni que quiero ni que pienso-le decía Claudia mirándolo fijamente a los ojos y con una determinación ferroz-este hombre es el único que me conoce realmente, he vivido toda la vida fingiendo, contigo, después con Fabio, con todo el mundo, con este
-Theo Marques, ese es el nombre del padre de Amelia. Eduado cerró los ojos, los apretó y respiró profundo, era la confirmación de lo que había descubierto, no sabía los detalles del tema o sea, no sabía como habian ocurrido las cosas detalladamente pero lo que si definitivamente era un hecho es que Theo Marques habīa sido el gran amor de Ania. -Yo tenīa apenas 17 o 18 años cuando lo conocí, no te lo voy a negar-Ania sonrió- me imprecionó desde la primera vez que lo vi, alto, serio y a pesar de su juventud era un hombre muy responsable. muy centrado en lo que quería, mi padre era un hombre poderoso, alguien con muchas influencias y pues claro, todos querían estar de alguna manera ligados a él. Ania se acotejó en el asiento para continuar con la historia. -Theo no era la excepción, ni remotamente tenía el poder ni la plata que logró obtener después. -¿Fue un amor a primera vista?-preguntó Eduardo interesado en la historia. -No, no lo creo, yo más bien me imprecioné con su pe
-Creo que tienes que hablar con él-le dijo Eduardo a Ania-pienso que ambos se lo deben, hay muchos espacios vacíos entre los dos-Eduardo tomo unos segundos para continuar hablando-yo te voy a ser sincero, a mi me haría muy feliz poder tener una oportunidad contigo. Ania sonrió y se sonrojó, llevaba muchos años sin sentir lo que era ser prentendida por un hombre. -Realmente eso ahora mismo es lo que más deseo, pero a pesar de mis ansias no voy a ser capaz de manipularte, todo lo contrario, quiero que se vean, que hablen y que tú decidas que es lo que quieres y a quien quieres en tu vida. Además-hizo otra pausa Eduardo y tragó en seco, lo que tenía que decirle a Ania no era nada fácil-hay algo que tienes que saber y no es nada agradable. -¿Algo malo con Theo? -No, de hecho creo que él tampoco lo sabe, es algo que recién descubrí, la esposa de Fabio, bueno, la esposa legal, quiero decir, es...es hija de Theo, o sea, es medio hermana de Amelia. Ania abrió sus ojos y boca por ig
—No entiendo que haces aquí—le comentó Fabio a Theo al tenerlo en frente. —Sé lo de Claudia y Pablo,son amantes desde hace muchos años, incluso antes de que ustedes se casaran. —Vaya, eso si que no me lo esperaba—confesó asombrado Fabio, me imaginaba que pasaba algo entre ellos pero no sabía que la cosa era tan complicada. —Me lo acaban de confesar, tengo que admitir que me equivoqué contigo, siempre te tuve recelos por una mentira que mi hi…-Theo hizo una pausa y se limpió una lágrima, era duro, muy duro lo que estaba viviendo-perdón pero a pesar de que es algo que quiero hacer no es nada fácil para mí. —No te preocupes Theo, desde que soy padre entiendo muchas cosas que antes pasaba por alto y a pesar de que muchas veces no entendí tu comportamiento para conmigo hoy te entiendo, te entiendo y te perdono. -Gracias, te agradezco eso pero vine a contártelo todo y eso voy hacer, te lo debe y de cierta manera me lo debo a mi mismo. Theo guardó silencio por unos segundos, estab
—Lo tomas o lo dejas.—¡¿Estás loco?! Me estás vendiendo a tu propia hija. —Fabio, de toda la vida la paz se ha construido creando alianzas, eso no lo inventé yo—le dijo muy calmado— nuestras familias llevan años peleándose, por todo, hasta por lo que no fue, ya estoy viejo y cansado, necesito paz y que mejor que crear una alianza entre nosotros.—Vendiéndome a tu hija.—Yo no te estoy vendiendo a mi hija porque no te estoy pidiendo dinero por ella. Te la estoy… ofreciendo para que resuelvas tu problema, solo eso. Ambos viviremos con la tranquilidad que no nos atacaremos nunca más porque nuestra sangre estará mezclada.—Dame unos días, déjame pensarlo y consultarlo con mi abogado.—Como quieras, no estoy apurado, cuando estés listo me avisas.Eso fue todo antes de cortar la videollamada.—¿Oíste todo?—Claro y fuerte—Le respondió Marcos, su amigo y abogado.—Me parece una soberana estupidez.—Pues créeme que a mi no.—Que puta mierda se andan metiendo ustedes que yo no me he enterado