Había amanecido en Shainy, pero a pesar de eso, el cielo seguía siendo terrorífico, volvía a tener los colores naranja y morado parecidos al del ocaso. Los colores ni la luminosidad del planeta cambiaban después de la guerra. En ese momento, Èliàn se había levantado y miraba hacia el cielo.
- La cicatriz del mundo. – susurró.
- ¿Qué dijiste’? – La muchacha se sobresaltó. Neithan iba hacia ella.
Estaban en la costa donde la noche anterior se había reunido con Jessica.
- Shainy sufrió mucho.
- Es cierto. – Dijo Neithan mirando hacia el horizonte. – Pero aún tiene un aire fresco y limpio. No hay nada que lo contamine.
- Neithan – Dijo alguien corriendo y ambos muchachos se volvieron. Bog iba hacia ellos. – Esto está sonando desde hace rato. Intenté buscarte, pero no te encontré.<
Pasaron días desde la pérdida de Neithan, Élián había regresado a Noha con Jessica, al apartamento donde vivían con él. Una vez regresar, le indicó a Jessica una habitación donde podía quedarse y ella se refugió en la habitación de Neithan, estaba tan triste que dormía poco, comía poco y no salía de la habitación. Jessica no sabía que hacer o como ayudarla. También estaba preocupada pues Neithan era la única persona que podía comunicarse con Edward y no sabía nada de él. Por otro lado comprendía perfectamente a Èliàn y era el motivo por el cual no se acercaba o le hablaba. Es muy duro perder a un ser amado, y más cuando esa persona forma parte de nuestras vidas tan profundamente, que deja huellas.En ese momento Èliàn estaba sentada en el balcón de la habitación d
- ¿A dónde iremos esta vez? – Preguntó Jessica, hacía dos días que habían salido de Mila, pero la muchacha no tenía ni idea de hacia donde se dirigían. - Pues el navegador dice que en Saral aún queda la reliquia. - ¿El planeta de las hadas? – Preguntó - Si. – Dijo Èliàn, ella estaba sentada en la silla del piloto. Jessica fue hacia ella y se sentó en la del copiloto. - Hay algo que no entiendo. – Dijo la muchacha. – El navegador se dañó en ese planeta, no se pudo reparar. Tampoco encontramos ninguna reliquia. ¿Cómo sabes que aún sigue allá? - El navegador destruido es el que nos llevamos, el de la nave sigue funcionando y yo tengo uno de repuesto. – Luego susurró. – Sólo espero que funcione. - ¿Por qué lo dices? - Es muy antiguo, puedo configurarlo para obtener la señal de la nave, pero será diferente, las coordenadas demorarán en llegar. - Bueno, es mejor que nada. – Dijo Jessica. – Y cuanto falta. - Menos de u
- Qué extraño. – Dijo Jessica.Habían descendido al planeta y se encontraban a pocos pasos del trasbordador. Llegaron a un acantilado.- ¿Por donde bajaremos ahora? – Preguntó Jessica.- No lo se. – Dijo Èliàn paseando la mirada.Parecía un bosque lo que se podía ver desde el acantilado, todo estaba completamente cubierto de árboles, pero no eran normales, al menos para Jessica. No tenían muchas ramas, como los árboles de la tierra, en su defecto, tenía una sola hoja muy grande. Como eran varios árboles, las hojas se superponían unas sobre otras.- Creo que podemos bajar por allá. – Èliàn señaló hacia una parte del acantilado donde podía verse suelo firme y algo inclinado hacia abajo, como una empinada. La muchacha comenzó a caminar y Jessica la siguió. - ¿Qu&
La inmortalidad. Muchos no dudarían en dar sus vidas por ello pero, ¿Por qué morir para vivir eternamente? Todos temen a la muerte, a lo desconocido, ¿No corremos el riesgo de morir cuando damos nuestra vida por la inmortalidad? En el universo existen muchos humanos que quieren ese don, pero que sólo unos pocos lo tienen, como el Emperador.Sólo el Emperador a conseguido perdurar en el tiempo, desde antes del nacimiento de Èhlian y la desaparición del medallón en sus manos, cuando Shainy era hermoso. Pero sus métodos son desconocidos, nadie sabe lo que hizo o ha estado haciendo para continuar con vida, para seguir creando caos en el universo.***Lìhan caminaba con rapidez por los pacillos de Armond. El Emperador supo sobre la perdida de una de las reliquias que estaba custodiando. El Emperador los buscaba a él y a Mordana. Lìhan cam
Había pasado varios días desde que Èliàn y Jessica obtuvieron el espejo plateado, la reliquia de Saral. La pierna de Èliàn ya estaba curada, pero su hombro aún estaba vendado. Jessica dormía apacible en su habitación y Èliàn miraba hacia la pantalla de la nave. Estaba sentada en la silla del piloto mirando fijamente hacia el frente, pensando y dejando que su mente divagara por otros lugares, otras personas. Pensaba en Neithan, en su madre, en Shainy. Suspiró con pesar. Mordana destruyó su planeta, los shainning estaban casi extintos gracias a ella. No le importó su madre ni su hermana, simplemente los atacó y los sepultó en vida. ¿Qué ganaba Mordana con eso? ¿A caso no se daba cuenta de que las promesas del Emperador son promesas vanas? No. No lo sabe, y Lìhan tampoco lo sabía. Ambos estaban ciegos de codicia y ambición. - Me recuerdas a Neithan. – Dijo de pronto una voz Èliàn se levantó de un salto y miró a todas partes con la mano sobre el arma. - ¿
Èliàn. – Jessica tocó en la puerta de la habitación cuando dormía. Élián despertó con sobresalto por la exaltada insistencia de Jessica.Voy, voy. – Dijo levantándose con lentitud y tapándose la boca por un bostezo y caminó arrastrando los pies hacia la puerta y abrió. - ¿Qué sucede Jessica? – Le preguntó medio dormida.Hay otra reliquia en el radar.Otra… - Dijo en un susurro y se quedó en silencio mirándola sin reaccionar por un breve momento y de pronto su cerebro comenzó a trabajar con rapidez, abrió los ojos de la impresión, se estrujó la cara y las dos salieron corriendo en dirección a la sala de control. – Otra reliquia. – Susurró de nuevo mucho más despierta. Cuando llegaron, la pantalla mostraba la ubicación de la galaxia donde se en
Èliàn dormía apaciblemente sola en su habitación de Noha. Neithan abrió la puerta y se quedó de pie en la entrada observándola dormir con preocupación. Luego entró y cerró tras de sí y se sentó en un sillón que había junto a la cama. Al rato la puerta volvió a abrirse y en el umbral de la entrada se encontraba la mujer que había aparecido en Armond, la que había salvado a Èliàn de morir bajo la espada de La Emperatriz.- Aún no despierta. – Dijo Neithan en un susurro con preocupación. - Cuándo salimos de Armond estaba bien. No lo entiendo.- Ya despertará. Necesita descansar- ¿Cuándo? – Preguntó desesperado. – Ha estado inconsciente cuatro días.- Paciencia Neithan. – Le sonrió. – Y espera, – Volvió a salir de la habita
- ¿Qué se supone que haremos? – Preguntó Main algo desesperado a Edward, que caminaba a su lado. Ambos se encontraban en el refugio subterráneo, muy lejos de la ciudad. Los siebras habían llegado a toda Venezuela y ya habían invadido gran parte del mundo. Todo el planeta tierra estaba sumido en un terrible caos. Ellos se encontraban en Ciudad Bolívar. Tras la recuperación de Edward, habían ido a buscar sobrevivientes en el país y luego se propusieron buscar a Warren y a todos los demás que se encontraban fuera de Venezuela. Sólo faltaba buscar a Ely, que estaba perdida en los Estados Unidos tras la muerte de Juan. - No lo se. Si tuviera las respuestas te las daría. – Dijo Edward. Ambos caminaban por un pacillo con el suelo de mármol beige y negro. Las paredes eran de piedra y todo estaba iluminado por lámparas de gas y lámparas de gas. El pacillo no era muy ancho, pero ambos podían caminar uno junto al otro. Del lado derecho había varias puertas, eran las habitacione