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En el norte de Wyllimsbirk se encontraba huyendo una omega de tan solo 80 primaveras. Asustada de su alrededor y temiendo de cada día, ya que una omega cuenta con precio para grandes de poder. Y si alguien se enteraba de que ella era una omega, sufriría de esa horrorosa trata de omegas que existía.
Adara tenía en cuenta que el mundo era horrible si se trataba de omega, con escasez en las manadas principales y sin muchas especies, se trataba de mantener a omegas en un harem de algún poderoso en donde ellas concedieran camadas grandes para extender las especies.
Adara odiaba la idea de que alguien le hiciera lo mismo, odiaba el hecho de formar parte de algún harem ofreciendo su cuerpo a la fuerza.
Ella quería amar a alguien y que esa persona la amara de igual forma.
Aun así, estaba insegura de lo que quería, ya que pensar en su futuro o su presente le daba jaqueca. Su peor pesadilla era ser pareja de alguien con poder, porque no la amaría y solo la vendería.
Deseaba tener un Alfa fuerte que la defendiera de otros, y si era celosa por quererlo solo para ella, no le importaba que la llamaran así. Tan solamente quería tener la atención de alguien que estuviera interesado en ella.
Su mundo cada día daba una vuelta de 180 grados. Y ese día, donde pensó en huir cuando sintió aquel aroma a hogar, se encontró atrapada entre la nieve, temblaba de miedo por ese Alfa de ojos grises que la pedía para él.
Porque ambos eran pareja, destinados por la diosa luna para vivir en puro amor.
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𝘼𝙙𝙖𝙧𝙖▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂Observo mi cuerpo repetidas veces mirando la ropa que tengo puesta, con esto puedo ocultar que soy una omega, entre grandes telas y un vestido pesado con el que puedo pasar como una beta. Cubro mi aroma dulce, uno que siempre hace que todos se den cuenta de que soy una omega.Ser una omega parecía una maldición, sería secuestrada y llevada a cualquier lugar donde pagaran por mí. Mi mamá lo sabía, de pequeña era fácil ocultar lo que era, pero cuando cumplí la mayoría de edad requerida solo me saco.No quería lidiar con problemas por mantener oculta a una omega de altos mandos, muchos cuestionarían el porqué nunca me vendió al ser pobres y de poco dinero dentro de una sociedad. Solo una plebeya con apenas algo para comer.Me quedo conmocionada al sentir esa testosterona de un Alpha puro, muerdo mis labios nerviosa, no quiero que alguien me atrape y solo me use para cosas que no me gustan. Abro la puerta un poco temblorosa e inspecciono el área para ver si no
AdaraUnos ojos grisáceos llegan a mi sueño y es cuando despierto, miro asustada el auto en el que estoy sin rastro alguno de esos hermosos ojos. Ni siquiera sé su nombre, creo debo de regañarme por no preguntar algo fundamental.¿Todo fue un sueño?, escuchó un ruido y un frío aire pasa por mi espalda helándome. Ajusto mis lentes notando que están rotos, me los quito y me doy un leve regaño por mi descuido. Cuestan demasiado como para que este a cada rato comprando unos nuevos. Suelto un cansado suspiro.Escuchó un fuerte ruido nuevamente y giro mi rostro hacia la ventana del coche, noto que estoy en medio de la carretera junto a más autos negros, demasiado modernos, veo a dos lobos peleando y me alarmo, están peleando y no es un sueño, uno de los lobos termina tirado. Mi corazón se va a mi garganta, ¿y si él es el que ha caído? Oh, no.Abro la puerta del automóvil, el fuerte olor a sangre me hace vomitar, miró sobre el rabillo de mi ojo a un lobo negro grande caminar y suspiro alivia
AdaraParpadeo lentamente mirando hacia el techo, siento que estoy encima de alguien y rápidamente me alarmo, ¿camine dormida?, trato alejarme, pero alguien me detiene. Me tranquilizo y miro mejor en donde estoy, recorro con mi mirada a Kellen y bajo hasta ver como sus brazos abrazan mi cintura.Recargo mi cabeza de nuevo sobre él y suelto un suspiro cansado, todo ha llevado un cambio en este momento. Y en toda mi vida, desde el día de mi revelación, ser omega no fue como lo que soñé, huir y tener miedo toda mi vida no era algo de lo que tenía en cuenta. Ocultarme de todo y mantenerme escapando del peligro, por lobos morbosos. Mi vida solo se resumió en adaptarme a la mi estado.Queriendo sentirme a salvo, y durmiendo intranquila. Y ahora estoy sintiéndome a salvo, durmiendo con tranquilidad. Es algo irreal, nunca soñé encontrar a mi pareja, no quería ilusionarme con nada. Prefería no ilusionarme y dañarme a mi misma.— ¿En qué piensas pequeña? —.Recargo mi mentón sobre su hombro, lo
AdaraMantenía mi cabeza en alto, estaba aprendiendo sobre distintos protocolos para mantener una apariencia en donde solo obedezco a Kellen, ya que a ojos de muchos esa es mi función. Solo soy una omega en un mundo vació en donde solo los deseos de gente codiciosa se cumplen.Pero hay algo distinto, Kellen parece ser distinto a todos y espero que él sea diferente. Mi omega sufriría demasiado si me entero de que seré parte de sus otras mujeres, aunque no sé si hay otras mujeres me duele el hecho de que puede ser cierto.No verlo en tres días y que Amelia repita tantas cosas me sofoca y llena mi mente de distintos pensamientos sobre lo que ocurre a mi alrededor. ¿Podría ser tarde para negarme?, quisiera sentir su aroma más cerca.Su aroma es rico y relajante, algo que quiero sentir cerca de mí.Pero él no está, por un momento miro la ventana donde quisiera ver si él está cerca. Tengo miedo mientras estoy aquí esperando, hago mi mayor intento para que Kellen este orgulloso de mí mientra
AdaraLa Señorita Amelia vuelve a acomodar mi postura mientras niega por lo mal preparada que estoy, suspira un momento antes de mirarme por el espejo y una pequeña sonrisa aparece en sus labios. Se gira mirando a su hijo y yo solo me quedo quieta sin querer mirar a Kellen, sigo confundida por cosas que no comprendo muy bien.— Ahora camina hacia enfrente, conservando la postura adecuada —asiento antes de empezar a caminar—. Respira con tranquilidad, muestra tu confianza y mantén una postura recta. Muévete con elegancia y finaliza con una sutil sonrisa. Perfecto —.— ¿Podemos tomar un descanso ahora? —. Compartimos miradas.— El Rey debe de aceptar esa petición —.— ¿Podemos, Majestad? —. Murmuro nerviosa al mirarlo por primera vez después de las largas 2 h de clases de etiqueta por parte de la Señorita Amelia.— Está bien, un descanso es necesario. Orzil, pide que traigan la comida —.Su mayordomo asintió dando una reverencia antes de salir del salón de baile de Amelia, suspiro dejan
AdaraLa señorita Amelia acomoda la bandeja mientras las sirvientas le pasan la comida preparada, observo con curiosidad la cocina, miro por las ventanas que la oscuridad ha gobernado fuera de la casa y eso solo me hace sentir más sueño. Con una sonrisa me mira la señorita Amelia mientras pone en mis manos la bandeja asegurándose de que mi postura sea la correcta.— Recuerda no hablar hasta que él te lo permita, dejar todo acomodado y esperar paciente hasta que termine de comer, entendido —. Alza su ceja esperando mi respuesta.— Entendido —. Sonríe, me da paso y comienzo a caminar fuera de la cocina.Mi mente se pierde mientra
AdaraObservo desde la ventana el clima nublado, el aroma a tierra mojada me indica que lloverá y una ligera preocupación por el bien de Kellen me preocupa. Niego al pensar en Kellen, sigo molesta por la forma en que fue conmigo.Procedo a seguir leyendo mi libro para no prestar atención al día que es hoy, hubo muchos preparativos en los que me incluyeron, pero no estaba interesada. Kellen no había mostrado algo de interés en mí y de nuevo me confundía, no sabía como debería expresarme, por lo que en estos días he leído muchos libros sobre romance.De tan solo pensar en Kellen y en mí de esa forma sentí un cosquilleo en mi corazón que hacía per
AdaraCuando siento en mi cara el primer rayo de sol, me tapo con las cobijas para dormir un poco más, inhalo el aroma de Kellen con fuerza al sentirlo en mis cobijas y sonrío. Siento una calidez momentánea envolver mi cintura y la fuerza de unos brazos que me atraen al cuerpo de mi alfa, que por sorpresa hoy parece estar en mi habitación, aun cuando la señorita Amelia le ha prohibido visitar mi alcoba.— Buenos días, Rey —. Murmuro dormida.— Sentía la necesidad de cuidar a mi Omega en sus sueños, no sabía que tenías sonambulismo—. Dice con un susurro que me hiela al sentir su aliento tan cerca de mi oreja.— ¿Otra vez caminé dormida? — Pregunto en un bostezo.Me giro sobre mi eje y cuando lo miro me sonrojo, su cabello desordenado cae por su frente, dejándome ver algo de imperfección en él. Bajo mi mirada cuando la de él se encuentra con la mía, su mano sostiene mi mentón llamando de nuevo mi mirada, me siento ansiosa en este momento y llena de energía al tenerlo aquí a primera hora