A la mañana siguiente Sofía y Daniéll no despertaron abrazados como siempre en medio de ellos estaba el pequeño Santiago que volvía a llorar, los había mantenido despiertos la mayor parte de la noche; 

-Nunca pensé que un bebé llorara tanto- Daniéll tomaba al pequeño para arrullarlo,- hoy le compro una hermosa cuna

-Amor los bebés, son así, nos espera varias noches sin dormir por delante- Sofía lo veía con amor y con una sonrisa- también necesitamos ropita, una bañera para bebés,- se acerca y le da un beso- me encanta cómo te ves como papá

-Así,- sonríe coquetamente- a mí me encantas cómo te ves como mamá, espero pronto ver esta pancita- mira el vientre de Sofía- crecer con un hijo mío, un hermanito para Santiago- y se funden en un beso

-A mi también me encantará llevar una semilla tuya creciendo aquí- se acaricia el vientre- por que sería fruto de nuestro amor- el pequeño Santiago vuelve a llorar- creo que necesita que lo cambies amor

-Mejor cámbial