Sin embargo, al pensar que ni siquiera el padre de la niña la estaba consolando, Thomas aguantó sus ganas de hacerlo.

Los llantos de Daisie eran tan fuertes que incluso se podían escuchar desde fuera de la mansión. Nolan se pellizcó el puente de la nariz, se calmó y quiso decir algo.

Sin embargo, Daisie le apartó la mano, se dio la vuelta y salió corriendo. "¡No quiero volver a verte! ¡Te odio!".

“Daisie…”. Nolan estiró el brazo pero no la alcanzó.

Quincy le dirigió una mirada. "Señor Goldmann, iré con ella para vigilarla".

Luego la siguió.

Thomas dejó la taza de té sobre la mesa con una expresión avergonzada. "Ya que la niña se niega a volver contigo, no me molesta que te quedes unos días más en Octavia, Señor Goldmann".

Nolan entrecerró ligeramente los ojos y luego se giró para mirar a Thomas después de una larga pausa. "¿Qué está planeando, Viejo Amo Clifford?".

Thomas se rio. “Ustedes siguen siendo nuestros invitados de honor, y sin duda los trataré como tal. Así que no se