'¡Soy Sue Reynolds!'.

Sue seguía pronunciando el nombre en su corazón, una y otra vez, diciéndose a sí misma que era Sue Reynolds.

Sue giró la cabeza y se encontró con la mirada de Maisie. Ella dijo con una sonrisa en su rostro: “Lo siento, pero no tengo idea de quién es. Aunque no sé qué prejuicio tienes contra mí, ¿cuál es el propósito de que me hagas esto? Solo quiero decirte que quiero lo mejor para el Señor Goldmann…”.

Una bofetada aterrizó en la cara de Sue, lo que la hizo girar la cabeza hacia un lado. Ella se quedó atónita por un momento, y luego siseó con enojo. “¿¡Cómo te atreves a abofetearme!?”.

“¿Quieres lo mejor para él? ¡Ja, por favor no me hagas reír!”, dijo Maisie mientras se frotaba la muñeca. Luego, miró a Sue, cuyo rostro estaba nublado por un ataque de ira, conmoción y crueldad. "¿Qué? ¿Tienes algo que decir?”.

Sue levantó el brazo para devolverle la bofetada a Maisie. Maisie se quedó allí parada mirándola fijamente. Antes de que la mano de Sue pudiera llegar