Daniel la estranguló con su gran mano. "¿Ah? ¿De verdad crees que alguien vendrá a salvarte?”.

Maisie tenía la cara enrojecida por el estrangulamiento y le costaba respirar, pero aun así forzó una sonrisa. "El sótano está escondido en un lugar tan apartado, creo que no solo tienen el virus durmiente guardado aquí, ¿verdad? También tiene que haber otros virus”.

"¿La gente de aquí podrá escapar si hay una fuga?”.

Daniel seguía sin responder.

De repente, Maisie levantó el pie y le dio una patada en la entrepierna. Él tenía un dolor insoportable, pero su expresión no transmitía mucho de cómo se sentía en ese momento. Su mirada aguda parecía como si estuviera a punto de comérsela viva.

Ella se liberó rápidamente de la cuerda que la ataba mientras el personal médico que estaba detrás de Daniel sacaba inmediatamente sus armas, pero no se atrevía a jalar el gatillo.

Aunque llevaban ropa protectora, no llevaban máscaras protectoras. Si inhalaban alguno de los otros virus, ¡se acabaría el