"Sigues despierta”. Su voz era un poco áspera pero sonaba sensual.

Maisie hizo una pausa y apretó la mandíbula. "¿Quién te dijo eso? Estaba dormida”.

Nolan se quedó callado por un momento antes de decir en voz baja: "Tus luces siguen encendidas".

Maisie se levantó y caminó hacia su ventana. Un coche negro estaba estacionado frente a sus puertas, y Nolan estaba parado frente al coche, luciendo elegante y alto con una gabardina color marrón. La luz que lo iluminaba le daba un aspecto solitario.

Maisie se frotó el centro de las cejas porque le dolía la cabeza. “Nolan, ¿necesitas algo?”.

"No”. Él miró hacia la ventana. “Solo estaba de paso”.

Maisie se rio. “¿Condujiste hasta aquí solo por estar de paso? Señor Goldmann, tu excusa es terrible”.

“Roger envió a alguien a verte”. Nolan sacó un cigarrillo del paquete.

Maisie entrecerró los ojos. "¿Cómo te enteraste?”.

Nolan sostuvo el cigarrillo en su mano pero no se lo llevó a los labios. “Él no se daría por vencido con el territorio d