Daisie insistió en mover el paraguas. "No, no me siento cómoda con eso".

Nollace sonrió al ver lo terca que era. Él la acercó y besó su cabello. “Supongo que entonces tendrás que quedarte conmigo”.

Daisie no supo qué responderle. Parecía que cayó en una trampa.

Cuando llegaron al dormitorio, Daisie se paró bajo el techo, se giró hacia él y apretó los labios. "Vuelve y cámbiate rápido".

Él tenía la mitad del hombro empapado.

Nollace asintió pero no se movió.

Daisie inclinó la cabeza. "¿Por qué no te vas?".

Nollace la miró e iba a decirle algo cuando Daisie se inclinó, se puso de puntillas y besó la comisura de sus labios. Él se quedó inmóvil.

Después de que Daisie hiciera eso, subió corriendo las escaleras.

Nollace se pasó el dedo por el lugar que ella le besó y soltó una risita. Aquella cobarde huyó después de besarlo.

Daisie entró corriendo a su habitación y presionó su espalda contra la puerta mientras su corazón latía con fuerza.

Ella... lo besó.

"Daisie Vanderbilt".