Después de las dos horas del partido, Daisie siguió a Zephir afuera de la cancha de baloncesto.

Daisie se dio vuelta y lo miró. "Hermano Zephir, ¿tú también quieres jugar baloncesto?".

Zephir sonrió. "No me importa si no juego”.

"¿No te curaste de tu enfermedad hace mucho? Si quieres jugar, ve". Daisie puso sus manos detrás de ella como si estuviera aconsejando a Zephir.

Los dos estudiantes de último año, que jugaron en el partido, se quitaron sus camisetas. Se acercaron a ellos y rodearon los hombros de Zephir con sus brazos. “Tu hermano Zephir es un demasiado estudioso, lo único que hace es concentrarse en sus estudios. El baloncesto no es lo suyo".

Zephir frunció los labios y luego sonrió.

Daisie se cruzó de brazos y los miró a los dos. “¿Por qué no es lo suyo?”.

Los dos estudiantes intercambiaron miradas y se rieron a carcajadas. "Si tu hermano Zephir pudiera hacer todo lo que le pidas, ¿cómo esperas que los chicos normales como nosotros sobrevivamos a la secundaria?".

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