Los ojos de Nolan eran difíciles de interpretar. "Así que crees que los beneficios son importantes, ¿verdad?".

Cecile sonrió y dijo. "A cualquiera que dirija un imperio le interesarían los beneficios". Caminó hacia delante y se inclinó hacia él. "Si mi esposo fuera un empresario, apoyaría sus decisiones. Una mujer que no puede resolver un conflicto tan sencillo no es una buena esposa".

La expresión de Nolan era difícil de descifrar y se quedó callado.

Cecile metió un pintalabios en el bolsillo de su abrigo y le sonrió seductoramente. "Si confía en mí, puedo ser como el Señor Lawson y ayudarlo".

Nolan se rio. "Claro, si tienes tanta confianza, puedo darte una oportunidad".

Cecile se enderezó y sonrió. "No lo decepcionaré".

Cuando ella se fue, Nolan sacó el pintalabios de su abrigo, lo tiró a la basura y luego se limpió la mano con una servilleta.

Quincy entró. “Señor Goldmann, ¿qué quería ella?”.

"Ella no solo está detrás de Zee". Nolan se levantó, se acercó a Quincy y le dio u