El estómago hambriento de Maisie sonó un poco fuerte en el ambiente silencioso.

El hombre que estaba encima de ella sonrió de repente. “Por fin tienes hambre. Pensé que podrías dormir hasta el amanecer”.

Maisie entrecerró los ojos y dijo: "Me alegro de que lo sepas, así que ya levántate”.

Nolan se quitó de encima y se frotó la cabeza. "Te prepararé algo de cenar".

Maisie se quedó asombrada.

'¿¡Qué!?'.

Maisie bajó las escaleras. Al principio pensó que también podría dormir hasta la mañana siguiente, pero solo eran las dos de la mañana.

Esta tarde había estado tan cansada que ni siquiera sabía cómo había vuelto a casa.

Nolan le sirvió la cena en la cocina, y Maisie echó un vistazo a la cocina con una expresión ligeramente sorprendida.

El hombre alto estaba de pie en la cocina con su pijama de casa que parecía holgado y acogedor, lo cual hacía que fuera un poco menos elegante que cuando vestía su traje habitual y zapatos de cuero.

¿¡Pero quién creería que el hombre en pijama que