Capítulo 26
“Pasada de Copas”
Como de costumbre no esperé explicaciones, traté de empujarlo en la puerta, pero ni se movió. Entonces le grité:
–¿A quién acabas de traer aquí, Harry? –echaba fuego por la boca, mis mejillas eran lava ardiente saliendo de un volcán. Él me seguía mirando con curiosidad. Se oía música romántica dentro de la habitación. La comisura de sus labios me mostró que ocultaba una de sus risas picaras mientras iba abriendo la puerta de a poco, entonces vi a Eve y Aiora con gorros y pitos y una torta en las manos cantándome el cumpleaños feliz. Me tambaleé al soltar el manojo de nervios que aquél momento de suspenso me había provocado. Luego me embargó la vergüenza de haberle hecho s
Capítulo 27“La tía Katherine”Pasamos toda la mañana y parte de la tarde en ese lugar, era una casa de reposo para ancianos. Fue una experiencia maravillosa estar allí, además, saber que tanto Etiqueta como Viñedos Winter eran los fundadores y principales donantes de ese hogar de ancianos, me complació sobremanera conocer esa faceta de Harry.Cuando casi terminábamos de visitar a los pacientes y entré a la última habitación de esa ala, vi que estaba arreglada y perfumada y había un ramo de rosas blancas, me acerqué y en la tarjeta se leía “Para el más tierno de mis pétalos blancos, Tía Katherine. De: Harry”. Oí ruidos en el baño y salí afuera, apenada, esperé un poco y para mi sorpresa quien salió cabizbajo y tropez&aacut
Capítulo 28¡La Mentira de Diana!Al día siguiente cuando bajé para desayunar, la abuela Cecil me esperaba en el salón, estaba muy seria y con unos aires de tristeza que me arrugó el corazón. La abracé como cada mañana y le di un beso en la mejilla.–No me dijiste que Katherine se había ido ayer –miraba al vacio y sus ojos vivaces estaban apagados y cristalizados –. ¿No merezco tu confianza, María Eugenia?Mis ojos se cristalizaron ante las palabras de la abuela Cecil, ella significaba mucho para mí –: No es por eso abuela, es que no creí ser la más indicada para decírtelo. Eso le correspondía a Harry –le dije lagrimeando.La abuela, sin importarle si alguien la veía, se levantó de la silla y tomó mi rostro entre sus manos
Capítulo 29“La voz”Esa mañana llegué a Etiquetas y Aby me estaba esperando. La abracé al llegar y entré con ella a mi oficina.–María Eugenia estás muy linda, quizás un poco apagada esa mirada, pero bella –dijo al saludarme.Mi teléfono sonó y al atender era Harry.–¿Cómo te sientes?–Mejor Harry. Gracias por preocuparte –dije en tono bajo.–Está bien. María Eugenia, Aby está ahora en Etiquetas. Ella necesita trabajar, quiero darle la oportunidad en Viñedos. Ella trabajó antes conmigo. Conoce casi todo el manejo allí. Necesito que por favor hoy la orientes y le presentes el personal del tercer piso. No tendrá nada que ver contigo.–Está bien. Ya está aquí frente a mí.–Okey. Por favor María Eugenia, ella necesita de mi apoyo ahora.–Está bien. No tienes que decir más. Hablamos –Colgué y a decir verdad sentí celos de que a mí no me presentó a nadie. A mí no me enseñó nada. Todo lo he ido aprendiendo yo sola. Me dio algo de mo
Capítulo 30“Preguntas y respuesta”Tomé el teléfono de Aiora y marqué aquél número, repicó incontables veces. Remarqué con los nervios acelerados y cuando al fin alguien lo contestó la voz que oí del otro lado del auricular era la voz inconfundible… De Harry Winter.–Diga, Diga –un tiempo de espera y se oían pasos y ruidos de personas conversando como en una reunión y luego otra vez –. ¿Sí? Diga…Colgué con las manos temblorosas. Busqué a ver si en algún momento Harry me había llamado de ese número, pero no, no estaba jamás marcado en mi teléfono.–¿Qué sucede Mariú? Estas pálida. Siéntate –me dijo Aiora. Y en realidad tenía que sentarme porque quedé en shock. En ese instant
Capítulo 31 “Nuestros cuerpos se entienden…” Después de decirme bruja y hasta hechicera, apenas abrí mi boca para decir algo y él no me dejó continuar. –Me sentí atraído por ti desde el primer día que entré a tu casa y me gritaste a la cara que tú no te prestabas para mis negocios de engaño y en poco tiempo llenaste una parte de mí que estaba vacía –continuó diciendo–. Antes de casarnos te deseaba, entonces pensé que todo lo que estaba sintiendo era sólo atracción sexual, llegué a creer que en un tiempo eso pasaría, pero ahora es diferente, te deseo, sí, eso es innegable, pero más allá de eso… Es querer verte, verte sonreír… El dormir aquí tan cerca y no poder tocarte es un castigo, un martirio. A veces paso horas pegado de esa puerta en el vestier, con ganas de entrar y pegarme a tu cuerpo sólo para dormir a tu lado y sentir tu olor… María Eugenia, sé que te necesito. –terminó y b
Capítulo 32“Un niño grande”María Eugenia llegó a la oficina para encontrar a una Aiora que no encontraba donde meter sus manos, se las sobaba y las miraba a cada instante cuando la alcanzó en el pasillo.–Mariu, ponte algo de maquillaje, mira como estas de ojerosa. ¡¿No te dejó dormir el inglés?! –le preguntó con una risilla tapada con sus manos.–Harry y yo no dormimos juntos… –le dije en tono bajo. Mis intimidades siempre las he guardado para mí.–¡Ah! Como me dijiste esta mañana que Harry había estado contigo toda la noche…Me volví a mirarla y casi le saco una de mis domingueras, pero me aguanté.–Aiora… Me refería al mismo cuarto, pero dime ¿Qué me tienes?–Bueno, disculpa, pero insisto duerme de vez en cuand
Capítulo 33“¿Fuera de la ley?”Aiora había revisado todas las grabaciones que tenía de Wilson, encontradas en el anclaje de seguridad de su PC. Motivado a que las había borrado recién, aún se mantenían allí.–Dime Aiora. ¿Encontraste algo más? –le pregunté ansiosa.–Hay un personaje que no te va a gustar nada cuando sepas de quién se trata.–¿Quién es?–Nada más y nada menos que de Ernest Winter. El primito de Harry Winter.–¿Erenest? ¿Y en qué forma esta allí metido?–Ernest ha estado también en comunicación con Wilson antes. Oye esto.Le puso las grabaciónes:“¿Qué más Wilson? ¿Cómo te terminó de
Capítulo 34“Hoy no quiero saber”Wilson visiblemente nervioso se sobaba las manos, ante mi presencia.–Señora, de verdad le agradezco su gesto, pero creo que esta suma es muy alta, no podemos aceptarla –me dijo sin siquiera mirarme a la cara.–Usted no tiene derecho a decir nada, esa suma de dinero no es para usted. El cheque dice claramente al dorso que es para la apertura de una cuenta para Melanie Wilson, menor de edad. No puede ser cobrado en efectivo, ni hacer usufructo de él. Es netamente para los gastos de la niña a futuro.–Gracias –fueron sus palabras –. No sé como agradecerle.–Necesito que me acompañé, vamos a almorzar. Es hora ¿No? –mi doble intención de la palabra fue captado por el mordaz Wilson.Fuimos a un restaurante cercano.–Y bien Wilson. Tengo en mis manos todas las herramientas necesarias para hundirte en la cárcel. Mientras que tú tienes en tus manos todas las herramientas para evitarlo.–Yo, no teng