Aunque tenía la necesidad de huir de la habitación no lo hice.

Me quede no solo por la promesa de que no huiría, si no para comprender lo que acababa de pasar.

Pues después del tiempo suficiente para que todos estuviéramos tranquilos. Pude recordar su extraña platica y quería respuestas de lo que acababa de ocurrir en esta habitación.

Los tres seguíamos sentados en el suelo.

Yo más alejada de ellos y aunque los dos seguían sentados juntos Javier ya no se aferraba a su amigo como si se le fuera la vida si lo soltara.

Estuve buscando la manera correcta para iniciar la conversación. ¿pero que se dice en estas situaciones?

Cuando la energía de la habitación es tan pesada que se siente como si fuera otro ser en la habitación.

Cuando la incomodidad es tan grande que tienes la necesidad de hacer o decir algo, pero que temes que ese sea el próximo detonante.

Pero no puedes continuar con el silencio y aparentemente nadie está dispuesto a dar ese primer paso y las horas siguen corriendo, pero en