Espero les este gustando la historia.
—Emily estas escuchando—. Me dice mi abuelo sacándome de mis pensamientos. —Lo siento que decías—. Lo miro. —Te decía que Diego vive con nosotros, hace meses él perdió todo en un incendio—. Miro a Diego. —Así es, si algún día necesitas algo no dudes en pedirlo—. Solo asiento. —¿Y cuantos años tienes? —. La pregunta se me salió. —Lo siento no quiero ser entrometida, suelo ser muy curiosa—. Me excusó. —Descuida tengo veinticuatro, y ¿tu? —. Pregunta de vuelta. —Tengo diecisiete—. Vuelvo a mirar mi plato y continuó comiendo. —Espero y me muestre algún lugar donde pueda disfrutar—. Le digo. —Como ves todo esto es bosque no te gustaría estar en la noche por ahí—. Se que lo dice con intenciones de asustarme. —Eh visto muchas cosas en mi corta vida—. Me mira con asombro. —¿Crees que existan los licántropos, vampiros, demonios, y demás seres sobrenaturales? —. Le pregunto con algo de intriga. —No creo, pero todo es posible, y ¿tú crees? —. Suspiro. —Emily por favor, una cosa son tus
Narra Roberto. Hoy será el día que traigo a esa escoria a mi casa, esto me causa repelús las especies no deberían mezclarse, pero tengo que hacerlo para que la descendencia Olary siga, si por mi fuese no tendría un hijo con esa humana, pero tendré que ceder el mando algún día. —Es esta—. Me dice Samuel señalando la casa, yo no sabía dónde ella vivía. —Que vas hacer secuestrarla, no deberías hablar con ella primero o sus padres al menos—. Ruedo los ojos no sé porque Samuel es tan amigable y considerado. —¿Ya hablaste con sus padres no es así? —. Pregunta Daniel, niego. —No mi papá se iba encargar de ello—. Les digo bajamos del auto, tocamos la puerta. Nadie contesta Samuel mira por la ventana. —Creo que no hay nadie—. Dice él. —Además su olor no se siente—. Lo miro como él sabe a qué ella huele. —¿Como sabes de su olor? —. Pregunta Daniel. —Tenía una clase con ella—. Es cierto. —Debe estar escondida como la rata que es—. Digo enojado. Tomo la perilla y la giro, la puerta habré,
Narra Emily. Dos días después de mi cita prenatal fue que hable con Diego, le dije que él no tenía por qué tomar parte de mi estado, pero él señor dijo que daría la cara por mí a donde sea. flashback. —Diego podemos hablar—. Le dije ya que no estaba ocupado, me senté en un heno. —Si dime—. Se sentó a mi lado. —Espero esta sea la última vez que quieras tomar responsabilidades que no te corresponda, es muy lindo de tu parte, pero no mereces que te señalen por haberte metido con una chica de mi edad—. El frunce el ceño. —De que habla Emily—. Ruedo los ojos. —Te escuché hablando con esa doctora y escuché todo lo que te dijo, no sé qué es tuyo y no me importa—. Dije tajante. —Que no sabes que es de mala educación escuchar conversaciones ajenas—. —Si y a ti no te enseñaron a no tomar responsabilidades que no te corresponden—. Lo mire inquisitiva. —No sabía que te molestaba, solo quiero ayudarte en esto—. —No lo hagas si no te lo pido vale—. —Yo creo que Diego debería tomar parte—
Al día siguiente me ducho y me coloco un traje y unos tenis y voy a desayunar. —Buenos días—. Saludos a los abuelos. —¿Y Diego? —. Preguntó ya que él siempre está aquí. —Salió temprano—. Se limita decir mi abuelo, hace días son muy misteriosos. —Idiota por qué no me dijo que iba a la ciudad, aún me hace falta comprar algunas cosas para el monstruo—. Masculló. —No malas palabras Emily—. Me regaña la abuela. —Podemos ir mañana—. Hago una mueca y la miro. —Abuela la oferta es tentadora, pero te quejas demasiado—. El abuelo sonríe, pero al mirar a la abuela se le borra la sonrisa. —No tengo culpa que no te decidas—. Se defiende. —Por ello prefiero ir con Diego, él no se queja, es más me da su opinión—. Ambos se dan una mirada cómplice, ya sé lo que se están imaginando, ruedo los ojos. —Por más que quieran emparejarme con Diego eso no sucederá—. Les digo, al único hombre que quiero en mi vida es a mi hijo y ya. Al terminar el desayuno lavó todo ya que es lo único que me dejan hacer,
Bienvenido monstruito (parte 2) —Hola Diego, Joseph gracias si no fuera por ti quizás siguiera en el bosque agonizando o muerta—. Niega y sonríe. —No, estoy seguro que lo hubieras hecho bien, eres muy fuerte, vaya que se necesita fuerza para traer a un bebé tan grande como él—. Si la verdad es que los doctores se sorprendieron al ver a Maikel por su tamaño. —Si, pero aun así gracias—. Hace un asentamiento de cabeza. —Adiós Emily—. Se gira y sale. —¿Se puede saber que fue todo eso? —. Le pregunto a Diego. —¿Quién era ese Emily? —. Pero que mal educado. —No me contestes con otra pregunta—. Lo miro mal, pero recuerdo que él ha estado conmigo todos estos meses. —Lo siento Diego estoy cansada y quiero dormir, pero tengo miedo, pienso que si me duermo podrían arrebatármelo y yo...—. Siento un nudo en mi garganta. —Yo también lo siento preciosa—. Acaricia mi mejilla. —Él está bien ya pregunté por él y está bien cuidado—. Escuchar eso me tranquiliza. —Pero dime ¿dónde estuviste a Maike
Narra Emily. Ya han pasado varios años les hago un resumen de todo lo que ha pasado en este tiempo. Después de tener a Maikel y que a los tres días de nacido le saliera una luna llena en la espalda me lleno de mucha curiosidad, pero no tenía donde investigar, hasta que recordé lo que me dijeron Briana y Raúl una vez, ellos decían que cada alpha tenía una marca que los distinguía de cada manada, yo no entendía hasta ese momento y resulta ser que la familia del sarnoso desgraciado son descendientes de los Alphas de Alphas, supongo que a eso se debe la marca de mi hijo, con el tiempo esta fue creciendo y fue tomando una especie de color rojizo, hasta que quedó una luna roja y una rosa del mismo color, era hermosa, pero me daba terror si ellos se daban cuenta de que tenían un nieto o peor aún si él se enteraba que tenía un hijo y me lo quitaban, creo que ni prueba de ADN pedirían ya que el maldito tenía esa misma marca en la espalda, pensé que era un tatuaje ya veo que no lo era, pero ad
La graduación será esta semana y estoy súper ansiosa, aunque ya soy una profesional como dice él abuelo, dejo todo en mi habitación tomo mi mochila y voy a mi caminata y luego iré a la cascada. (**) Según mi reloj e caminado hora y media, me falta poco para llegar a la cascada... en cuanto llegó reposo un rato, el sol está en su máximo punto ya que es la una de la tarde hoy salí temprano de la Universidad al igual que Maikel de la escuelita. Cuando ya he reposado lo suficiente me deshago de mi ropa y me tiro desde lo más alto, he traído a Maikel, pero a él le gusta andar con el abuelo viendo los animales, yo no me voy a oponer a eso. Nado como si fuera una sirena y así me la pasó por horas, es mi manera de relajarme. Además, vengo seguido para ver si me encuentro a Joseph, que desde que se despidió de mi en el centro médico no lo he vuelto a ver, y no piensen que me gusta o algo, solo quiero saber si es licántropo para que me ayude con mi lobito yo no tengo idea como hacerle cuan
Narra Emily. —Todos estuvimos de acuerdo con aquello, pero es hora de que sepas la verdad de tu origen, y como se dio todo—. Los miro no quiero imaginarme de que trata esto. No puede ser posible lo que me estoy imaginando que no sea eso. —Tu madre era joven aun cuando conoció a tu padre por más que le prohibimos verlo siempre lo hacía a escondidas, hasta que un día nos dijo de su estado—. Dice él abuelo con los ojos acuosos, miro a mi madre ella niega sé que no están hablando de ella. —Ella te amo desde el momento que lo supo—. Dice la abuela en un sollozo, me parte el alma verlos así. —Si se van a poner así no sigan por favor—. Les pido, no los quiero ver así y mucho menos a mamá en su estado. —No Emily tienes derecho a saber le prometimos a tu madre que lo haríamos nosotros a su tiempo, o lo hará tu padre—. Comenta el abuelo con voz autoritaria. —Está bien, pero si es dolorosa para ustedes hablar de esto mejor olvidemos este tema—. Les digo. —No amor, es doloroso, pero debes s