By Any

Fuimos a cenar afuera, primero dejamos mi auto en la fabrica y después terminamos en un restaurante bastante elegante, yo estaba bien vestida, aunque informal, tenía tacos altísimos, como siempre, una minifalda negra bastante corta y un top negro con dorado.

Agustín seguía con el traje de la mañana, la corbata suelta y dos botones de su camisa desabrochados.

No parecía de 30, cuando se vestía formal aparentaba más de 26 o 27 años.

Estaba hermoso, es hermoso y usa esa colita que se hace en el pelo, que le queda fenomenal.

La chica que nos atendía, lo miraba embobada.

Con lo que sucedió ésta mañana, no quería hacer más problema, pero cuando ella se estaba acercando con las bebidas, me estiré a propósito para besarlo y él enseguida se estiró más y se adueñó de mi boca.

Ahí tenés babosa, pensé.

No creo que Agustín se haya dado cuenta de mi jugada y como le refregué a ella, a mi novio, en su cara.

Cuando se fue la camarera, me miró sonriendo.

-Cielo te amo, no tenés que estar celosa