Abandoné la escuela sin un destino claro en mente. Llegué al bosque y una vez allí, no me molesté en transformarme. Corrí entre la vegetación, notando que las ramas me golpeaban el rostro y me desgarraban los tobillos.

Vi dónde había ocurrido la pelea y todavía había mucha gente rondando por allí limpiando el desastre y tratando de determinar qué diablos había pasado. Así que comencé a correr en la otra dirección, pero lo vi: Isaac permaneció inmóvil al percibir mi presencia.

Las lágrimas se deslizaban por mis mejillas, pero no me detuve. A pesar de que me llamó, seguí adelante. Era consciente de que su primer pensamiento sería contactar a mi madre, y eso me impulsó a alejarme. Necesitaba alejarme más de él, para que no pudiera lograr su objetivo.

Estaba convencida de que podría seguirme por mi olor, pero esperaba por la diosa no lo hiciera. Simplemente quería estar en paz, sin nadie a mi lado en este momento, sin importar cuántos se inquieten por mí o cuántos testigos vieron mi salid