Mackeyla Stelite. Tercer día en las Vegas. Y todo es un desastre. —¡Es un hijo de puta!. — Gretta llora y suspiro acariciando su cabeza mientras abraza la almohada en mia piernas. Llevamos horas así, la noche llego hace mucho y no he logrado calmarla. —Lo se. — Murmuró sin saber que decirle para que se sienta mejor. No me gusta que la gente llore conmigo, no se tratarlas, ni que decirles.... no sé qué hacer. ¿Por qué tengo que ser terapeuta?. —¿Por que tenía que intentar besarme?.— Moquea. — ¡Es idiota! ¡Me voy a casar con su amigo!—Asiento ante todo lo que dice mientras veo a una pared perdida en mi mente. —Si...espera ¿Que? —Sorbe sus mocos sollozando. —¡Maldito mil veces!—Me ignora pero escuché perfectamente lo que dijo. —¡Para rematar la madre de Mateo nos vio!—Se echa a llorar aun más. —¡Me va a odiar y dejar! Solloza con fuerza mientras le doy palmaditas en la espada procesando todo lo que esta pasando. Así que esos sujetos son amigos de Mateo ¿Acaso están aquí para
Mackeyla Stelite. El dolor de cabeza aumenta cuando Gretta gritó al ver el montón de vestidos que eligieron para ella. Suspiro caminando, viendo el montón de vestidos blancos que se encuentran a mi al rededor. Movi mis pies dentro de las botas beige que llevaba, el vestido color arena corto sin mangas y cuello alto resaltaba mi cuerpo combinando perfectamente. Mis amigas llevaban vestidos también pero a diferencia de mi usaban tacones y sus vestidos eran más cortos y con escotes pronunciado. —¡Sara!. — Gretta dio saltitos con el vestido azul que si no se le subía se me saldrían los pechos. — Toma. Mire como le puso una tiara con un velo confundo a la rubia del vestido verde. —¿Que haces?. — Hoy es un día muy importante. — La pelinegra se seco las lágrimas falsas. — Vamos, debo llevarte al altar. Les mire un largo rato antes de que Sara chillar y se agarrara de su brazos intenté no reírme cuando empezaron a cantar tarareando la melodía del piano. — Oye, ese vestido está lindo.
Mackeyla Stelite. La bofetada que recibo me envía al suelo dejándome inmóvil unos minutos que parecen eternos. —¡Lárgate de mi casa m*****a mocosa! Cuando el shock se podría de ti es como si el cuerpo entrara en un tipo de transen y se desconectara de todo lo que te rodea. —¡Mia!—Norah se le acerca mientras parpadeo intentando recuperarme. Su bofetada no es nada comparado a lo que me han hecho de niña. —Es Suficiente., Déjala en paz, es nuestra hija.... —¡Esa m*****a desgracia! ¡Es un ser desagradable para mi, siempre lo ha sido! —Las palabras son como una navaja de doble filo pero no lastiman. Ya estoy acostumbrada a ellas y llega un punto en dónde lo que sea que te digan deja de importarte. —¡Lárgate de mi casa! ¡Olvídate que existimos! ¡Está no es tu familia! Me quejo cuando me sostienen del cabello, me intento mover pero no logro evitar que me arrastre a la calle donde tira mi maleta con un poco de mi ropa. Me siento en el asfalto mojado, está lloviendo a cantaron. Niego
Mackeyla Stelite. El ascensor no deja lugar para que Sara pueda grabar como quiere así que me veo en la obligación de moverme un poco o incluso salir en sus videos. —Sara. —Suspiro pegandome a ma pared mientras observa la pantalla de su celular. —¿Por que tienes que grabar todo? —Es que me acaban de llamar diciendo que tengo que publicar. — Explica. — Tengo que mantener a mis Fans felices, hace bastante que no les doy alguna canción nueva, eso me hace pensar. — Alza la vista del celular. — ¿Y si escribo una canción sobre follar con un desconocido en las Vegas?. — No por favor. No quiero a un montón de gente intentando averiguar con quién cogiste en mi despedida de soltera. — Gretta le mira mal y casi me río. — Es contenido cariño, cambiaré algunas cosas. — No confío, la gente esta loca. — Son capaces de hackear las cámaras de seguridad. — Observé donde estaba una y mandé un beso. —¡Hola!. La pelinegra me soltó un golpe que me hizo reír y Sara giro con el teléfono en mano y un
Mackeyla Stelite.Nos encontrábamos ahora en una discoteca. Las chicas bailaban en la pista con los chicos mientras yo tomaba un trago extraño que habían traído. Mire a Nicolás, el cual miraba su celular con el ceño fruncido. Me preguntaba cuando dejaría ese ceño fruncido para pasarla bien, llevaba horas en esa situación.— Dime por favor que no estás casado o que tienes novia. — Llamo su atención. — No puedo ni quiero ser la otra.Alza la vista del teléfono y me observa con una sonrisa divertida.— Soy mucho como para tener alguna pareja. — Suelta y ruedo los ojos.— Estúpido Británico. — Niego antes de acercarme más a él. — ¿Que te tiene tan distraído?.— No encuentro un anillo de bodas digno de ti. — Dice suspirando con pesar. — Idiota. — Sonríen como tonto. — En serio ¿Que pasa?.— Es trabajo, no se si lo sepas pero la gente hace eso. — Le veo mal. — Es para poder vivir. De ahí sale del dinero ¿Sabes que es el dinero?.— A veces me pregunto como te tolero.— Murmuró tomando mi t
Mackeyla Stelite.Al despertar, lo primero que hago es notar un brazo rodeándome. Me quejo intentando quitarlo de encima pero me apreta con fuerza pegándome a un pecho desnudo y suspiro.—Nicolás. — Llamo al hombre con él que estoy en la cama pero no reacciona. — Nick.—Hmm..—¿Puedes soltarme?. — Pregunto dándome la vuelta y noto que tiene los ojos cerrados. —Nick...—Shhh. — Me manda a callar y lo miro mal. ¿Me acaba de mandar a calmar?. Le golpeó el rostro y abre sus ojos de manera rápida. — ¿Me acabas de abofetear?— Por grosero. — Me muevo y no me sueltan — Buenos días por cierto. —Comentó y me mira mal.— Serían buenos si me hubieras dejado dormir.— Seguirías durmiendo si me hubieras soltado. — Golpeó su brazote. — Sueltame.— ¿Para que? ¿Para que te escapes?.— Para ir a maer. — Suelto de mal humor. — Me estoy orinando ¿Si comprendes lo que te digo? Mi - vejiga - está - llena.— No soy idiota.— Pues parece. — Me suelta empujándome lejos y gira en la cama. Le miro ofendida y ag
Mackeyla Stelite.Mi cabeza dolía a punzadas fuertes y me costaba abrir los ojos, mi cuerpo estaba inmovi! ¿Por qué me dolía?Olía a perfume masculino, escuche el sonido de algo lejano he intente ignorarlo pero volvió el fastidioso sonido.Maldición, abrí uno de mis ojos y deje salir un gruñido mientras me sentaba en la cama. Dolió un poco pero no presté atención, mi cuero estaba adolorido. Mire mi bolso descansando en uno de mis muebles de dónde salia el ruido. Moví mi cabeza un poco que parecía me iba a estallar.Hace mucho no me emborrachaba tanto. Me bajo de la cama moviendo las sábanas grises, mis pies tocaron el suelo frio y suspiro candasa anges fe levantarme.Lo que sonaba era mi celular, camine con pereza hacia mi bolso y lo abrí buscando mi teléfono que cuando lo sostuve dejo de sonar.La pantalla iluminada me lastimo los ojos y cuando pude acostumbrarme note que tenia 112 llamadas perdidas. ¿Pero que demonios?. Abrí mis ojos mucho y de inmediato tomé la llamada que venía de
Mackeyla Stelite.Me baje de la camioneta observando el camión de mudanza que había pedido estuviera aquí para poder movilizar los vestidos.Me hice una coleta alta viendo la puerta de la casa del hombre que no tardo en aparecer. Cesar llevaba un traje a media y el cabello perfectamente arreglado hacia atrás.Me mantuve de brazos cruzados mientras el caminaba hacia mi con una sonrisa.— Vayan abriendo el camión. — Dije cuando note a las mujeres salir de ls casa que tenía en frente con percheros. Sergio y los hombres de seguridad asintieron.Cesar se detuvo frente a mi y no tuve que echar mi cabeza hacia atrás, era casi de mi altura solo un poco más alto.— Hola hermana. — Me saludo sonriente.Solté una suspiro asintiendo, no me sentía cómoda haciendo esto pero no tenia ningun lugar donde encontrar un vestido rápido ahora mismo.— Cesar. — Observe como los vestidos eran subidos. — ¿Tienes todos?.— Toda la colección que me pediste están a su talla. — Asiento comprendido y me acaricio e