Mackeyla Stelite. La bofetada que recibo me envía al suelo dejándome inmóvil unos minutos que parecen eternos. —¡Lárgate de mi casa m*****a mocosa! Cuando el shock se podría de ti es como si el cuerpo entrara en un tipo de transen y se desconectara de todo lo que te rodea. —¡Mia!—Norah se le acerca mientras parpadeo intentando recuperarme. Su bofetada no es nada comparado a lo que me han hecho de niña. —Es Suficiente., Déjala en paz, es nuestra hija.... —¡Esa m*****a desgracia! ¡Es un ser desagradable para mi, siempre lo ha sido! —Las palabras son como una navaja de doble filo pero no lastiman. Ya estoy acostumbrada a ellas y llega un punto en dónde lo que sea que te digan deja de importarte. —¡Lárgate de mi casa! ¡Olvídate que existimos! ¡Está no es tu familia! Me quejo cuando me sostienen del cabello, me intento mover pero no logro evitar que me arrastre a la calle donde tira mi maleta con un poco de mi ropa. Me siento en el asfalto mojado, está lloviendo a cantaron. Niego
Mackeyla Stelite. El ascensor no deja lugar para que Sara pueda grabar como quiere así que me veo en la obligación de moverme un poco o incluso salir en sus videos. —Sara. —Suspiro pegandome a ma pared mientras observa la pantalla de su celular. —¿Por que tienes que grabar todo? —Es que me acaban de llamar diciendo que tengo que publicar. — Explica. — Tengo que mantener a mis Fans felices, hace bastante que no les doy alguna canción nueva, eso me hace pensar. — Alza la vista del celular. — ¿Y si escribo una canción sobre follar con un desconocido en las Vegas?. — No por favor. No quiero a un montón de gente intentando averiguar con quién cogiste en mi despedida de soltera. — Gretta le mira mal y casi me río. — Es contenido cariño, cambiaré algunas cosas. — No confío, la gente esta loca. — Son capaces de hackear las cámaras de seguridad. — Observé donde estaba una y mandé un beso. —¡Hola!. La pelinegra me soltó un golpe que me hizo reír y Sara giro con el teléfono en mano y un
Mackeyla Stelite.Nos encontrábamos ahora en una discoteca. Las chicas bailaban en la pista con los chicos mientras yo tomaba un trago extraño que habían traído. Mire a Nicolás, el cual miraba su celular con el ceño fruncido. Me preguntaba cuando dejaría ese ceño fruncido para pasarla bien, llevaba horas en esa situación.— Dime por favor que no estás casado o que tienes novia. — Llamo su atención. — No puedo ni quiero ser la otra.Alza la vista del teléfono y me observa con una sonrisa divertida.— Soy mucho como para tener alguna pareja. — Suelta y ruedo los ojos.— Estúpido Británico. — Niego antes de acercarme más a él. — ¿Que te tiene tan distraído?.— No encuentro un anillo de bodas digno de ti. — Dice suspirando con pesar. — Idiota. — Sonríen como tonto. — En serio ¿Que pasa?.— Es trabajo, no se si lo sepas pero la gente hace eso. — Le veo mal. — Es para poder vivir. De ahí sale del dinero ¿Sabes que es el dinero?.— A veces me pregunto como te tolero.— Murmuró tomando mi t
Mackeyla Stelite.Al despertar, lo primero que hago es notar un brazo rodeándome. Me quejo intentando quitarlo de encima pero me apreta con fuerza pegándome a un pecho desnudo y suspiro.—Nicolás. — Llamo al hombre con él que estoy en la cama pero no reacciona. — Nick.—Hmm..—¿Puedes soltarme?. — Pregunto dándome la vuelta y noto que tiene los ojos cerrados. —Nick...—Shhh. — Me manda a callar y lo miro mal. ¿Me acaba de mandar a calmar?. Le golpeó el rostro y abre sus ojos de manera rápida. — ¿Me acabas de abofetear?— Por grosero. — Me muevo y no me sueltan — Buenos días por cierto. —Comentó y me mira mal.— Serían buenos si me hubieras dejado dormir.— Seguirías durmiendo si me hubieras soltado. — Golpeó su brazote. — Sueltame.— ¿Para que? ¿Para que te escapes?.— Para ir a maer. — Suelto de mal humor. — Me estoy orinando ¿Si comprendes lo que te digo? Mi - vejiga - está - llena.— No soy idiota.— Pues parece. — Me suelta empujándome lejos y gira en la cama. Le miro ofendida y ag
Mackeyla Stelite.Mi cabeza dolía a punzadas fuertes y me costaba abrir los ojos, mi cuerpo estaba inmovi! ¿Por qué me dolía?Olía a perfume masculino, escuche el sonido de algo lejano he intente ignorarlo pero volvió el fastidioso sonido.Maldición, abrí uno de mis ojos y deje salir un gruñido mientras me sentaba en la cama. Dolió un poco pero no presté atención, mi cuero estaba adolorido. Mire mi bolso descansando en uno de mis muebles de dónde salia el ruido. Moví mi cabeza un poco que parecía me iba a estallar.Hace mucho no me emborrachaba tanto. Me bajo de la cama moviendo las sábanas grises, mis pies tocaron el suelo frio y suspiro candasa anges fe levantarme.Lo que sonaba era mi celular, camine con pereza hacia mi bolso y lo abrí buscando mi teléfono que cuando lo sostuve dejo de sonar.La pantalla iluminada me lastimo los ojos y cuando pude acostumbrarme note que tenia 112 llamadas perdidas. ¿Pero que demonios?. Abrí mis ojos mucho y de inmediato tomé la llamada que venía de
Mackeyla Stelite.Me baje de la camioneta observando el camión de mudanza que había pedido estuviera aquí para poder movilizar los vestidos.Me hice una coleta alta viendo la puerta de la casa del hombre que no tardo en aparecer. Cesar llevaba un traje a media y el cabello perfectamente arreglado hacia atrás.Me mantuve de brazos cruzados mientras el caminaba hacia mi con una sonrisa.— Vayan abriendo el camión. — Dije cuando note a las mujeres salir de ls casa que tenía en frente con percheros. Sergio y los hombres de seguridad asintieron.Cesar se detuvo frente a mi y no tuve que echar mi cabeza hacia atrás, era casi de mi altura solo un poco más alto.— Hola hermana. — Me saludo sonriente.Solté una suspiro asintiendo, no me sentía cómoda haciendo esto pero no tenia ningun lugar donde encontrar un vestido rápido ahora mismo.— Cesar. — Observe como los vestidos eran subidos. — ¿Tienes todos?.— Toda la colección que me pediste están a su talla. — Asiento comprendido y me acaricio e
Mackeyla Stelite.El salón de fiestas era enorme y de color beige, el techo estaba decorado con un montón de globos de un rosa pálido y arena que hacía lucir el lugar elegante.Las mesas estaban cubiertas por manteles de satín blanco, los cubiertos eran dorados y la pista de baile está enorme. Perfecto para el baile de los novios.Las personas llenaban las mesas del lugar habían gritos, chillidos y uno que otro llorón.Mire a Gretta la cual estaba recibiendo las felicitaciones de alguien que yo desconocía, ella se veía muy feliz y el tonto de su ahora esposo no dejaba de verla con amor.Barri la sala con mis ojos, desde la boda estoy sintiendo como si alguien me estuviera vigilando pero por más que intento averiguar quien es no encuentro nada.— Mackeyla. — Gire cuando me llamaron. — ¿Que paso?. — La rubia me miro un rato antes de juntar su cabeza de mi hombro.— Nada.Le ví divertida y ambas observamos a Gretta ir de un lado al otro, nuestra amiga parecía una mariposa. Revoloteaba po
Mackeyla Stelite.Tomo el caucho de auto con todas mis fuerzas para darle la vuelta, cuando cae vuelvo a tomarlo hasta llegar a la pared.Unos minutos después luego de tomar un descanso le doy la vuelta a la cancha donde me encuentro, troto y mientras lo hago la vista se me distorsiona brevemente.Estuve dos semanas sin hacer los ejercicios... Supongo que me afectó.— ¡Vamos, Mackeyla. — Aidan me grita mientras bajo la velocidad. — ¡Una vuelta más y terminas!.Tengo sueño, tengo hambre.Me quiero comer un chocolate.Me obligó a mi misma a seguir haciendo caso de las palabras del pelinegro de ojos dorados. Doy la última vuelta y me detengo jadeando hacia el cielo.Estoy cansada.Un mareo me golpea haciendo que casi me caiga pero logro mantenerme de pie, parpadeo cuando se me borra la vista y me masajeo los ojos. ¿que demonios me está pasando?.— ¿Estás bien?. — Miro al pelinegro a mi lado que me ve con el ceño fruncido.— Si, solo me mareé. — Sientate un momento. — Me pide. Asiento y