Aun era temprano, pero en la casa del alfa la guerra había estallado. ¿Bando ganador? Ninguno hasta el momento.–¿Gana la luna? –Patrick le susurro a Mateo.–Difícil. Gabriel esta furioso. –Los dos aun escuchan los gritos desde el estudio.–¿Apostamos?–¿Qué apostamos?–El que gane hace el trabajo del otro por un mes.–Mucho. Solo por una semana.–¿Miedo de perder? –Patrick se burló.–No, pero esta no será la última pelea de esos dos.–Verdad, sirve para seguir apostando por ellos.Ambos estaban parados afuera del estudio esperando que la tormenta pasara. Patrick disfrutando de su helado, mientras que Mateo revisando su celular.–¿Qué hora es?–7:48 a.m.–Debería de llegar pronto.–¿Quién? –Preguntó Mateo.–Sorpresa.Antes de que Mateo pudiera seguir preguntando algo se escucho un portazo y pasos que corrían hacia su dirección.–¡Hermanita! –Patrick dijo con una alegría fingida. –Un gusto verte. ¿Te levantaste rápido solo para ver a tu querido hermano?Se notaba que Sandra había llega
–3, 2, 1…–¡ANDREAAA! –Y ahí estaba. Justo el grito que estaba esperando. En cuanto sintió su mirada en ella sabía que ese grito vendría. Suprimió su sonrisa de triunfo para poner un rostro sin expresión. Luego se dio vuelta para mirar hacia el campo de entrenamiento donde se acercaba un alfa furioso hacia ella.–¿Qué?–¿Qué haces aquí? ¡Y vestida así! –A Gabriel apenas se le entendía al hablar con lo enfadado que estaba.–¿Qué pasa con mi ropa? Es el uniforme que tu querias que me pusiera. –Lisa mostraba un rostro inocente en todo momento.–¡No aquí donde todos pueden verte! –¿Cómo ella no podía entender que ese era un uniforme para que solo sus ojos lo observaran? Ella no podía mostrarse vestida así delante de otros hombres.–¿Ah? Pero tu querias que te lavara tu ropa. Eso estoy haciendo.–Pero no a mano. Y menos que estes agachada mostrando todo. –Gabriel dijo entre dientes –Hay lavadora para eso.–Eso no lo sabía.Lisa hizo eso a propósito. Desde su dormitorio había visto el campo
Sin saber lo que estaba ocurriendo, Lisa al fin se había cambiado de ropa y decidió dar una vuelta por la villa con Theo. El niño ya la estaba esperando con los ojitos brillando de emoción.–¿Listo cariño?–Si mami.Tomando al niño de la mano salieron de la habitación, bajando las escaleras y abriendo la puerta principal.–¿Luna? –Lisa se detuvo y miró al hombre que estaba fuera de la mansión y se dio cuenta que era Marcus.–No me digas así. –Al mirar a su alrededor vio que no había nadie en las calles, ningún niño jugando, ningún adulto. Nada. Esto hizo que se alertara. –¿Qué sucede?–Intrusos. Por su seguridad tiene que permanecer adentro de la casa.Lisa se dio cuenta que por las calles corrían lobos vigilando a todos. ¿Podría ser esta su oportunidad para irse? Estaban todos pendientes de los intrusos, a ella no la mirarían. Una pequeña esperanza se empezó a formar en su corazón.–¿Intrusos? –La voz de Theo se hizo escuchar. – ¿Son los hombres malos?–Aun no sabemos nada cachorro.
–¡Corre Camila! ¡Corre!El corazón de Lisa estaba a mil. La adrenalina corría por todo su cuerpo.“Falta tan poco…”–¡Vamos Camila! –Lisa miró hacia atrás a su mejor amiga.–¡No puedo más! –Camila se detuvo mientras abrazaba su abultado vientre.–¡Auuuu!Lisa maldijo y volvió sobre sus pasos. Estaban siendo cazadas y así como estaban las cosas las iban a encontrar y ahí no sabría que sería de ellas.Volverían a su antigua vida…no, eso no. A ella la convertirían en esclava y eso pasaría solo si es que la dejaran con vida, en cambio a Camila… ella volvería a pasar por lo mismo, siendo golpeada y violada por su propio marido, el alfa de la manada.–Vamos, vamos. –Camila negó con la cabeza.–Lisa sigue tú, yo no puedo más.–¡No! Esto lo estamos haciendo por ti. No te voy a dejar. –“A situaciones desesperadas se requieren medidas desesperadas”. Después de pensar eso le entregó la pequeña mochila con todas sus pertenencias a Camila y se transformó.Camila se subió a su lomo y empezó a corre
Seis años después –Maaamiiii –La voz que cantaba esa palabra era la de un pequeño pelinegro que se acercaba riendo a su madre – te encontré.–Mamá es pésima para jugar a las escondidas, siempre la encuentras. No es justo. –Lisa hizo un puchero mientras miraba los ojos azules que le recordaban a su mejor amiga. El pequeño Theo era lo único que tenía para recordar a su amiga. Camila había muerto en el parto.Theo se rió cuando Lisa lo tomo en brazos y corrió había la pequeña cabaña que arrendaba. Vivía cerca del bosque lo que era un beneficio para ellos, de vez en cuando tenían que dejar al lobo salir.–¿Podré ayudarte mami?–No cariño, hoy no puedes. Pero te prometo que haremos la cena juntos, ¿sí?–Sí.Lisa dejo a Theo jugando en el comedor mientras ella lo miraba desde la cocina y sacaba todos sus utensilios para empezar a trabajar.Temprano había tenido que recorrer las cafeterías para las que trabajaba entregando sus productos del día y ahora tenía que empezar con el encargo para
Gabriel sentía más confusión que dolor. ¿Por qué su caperucita había escapado toda asustada de él? ¿Acaso ella no sintió la conexión que tenían? ¿Y quién era ese niño? No era su hijo, de eso estaba seguro.Era humana, de algún modo la Diosa Luna había decidido que su compañera seria una humana. Nunca se habría esperado estar en ese tipo de situación. Él siempre había supuesto que cuando encontrara a la indicada esta seria de su misma especie, no una de los humanos.–Por eso no la encontraba nunca, no estaba entre los nuestros.Volvió sobre sus pasos y se dirigió había la cafetería donde esperaba que le pudieran dar información sobre su futura Luna.–Lo siento señor, pero esa información no se la puedo entregar.–¿Qué? –Él lo había pedido de manera muy amable, solo quería saber dónde vivía su compañera, pero esa idiota no quería decirle. Ya sentía que su temperamento estaba sufriendo. – ¿Se puede saber por qué NO? –El “no” lo había terminado gritando, ocasionando que varios de los clie
¿Qué hacer? ¿Qué hacer?Lisa estaba bloqueada, al ver a su pequeño convertirse les mostró a esos dos hombres lobos que era uno de ellos y estos lo estaban mirando con cara de sorpresa.–Es un Alfa. –Gabriel, solo con verlo, pudo decirlo. La manera en que estaba delante de su madre tratando de protegerla de ellos lo demostraba. –¿Qué hace una humana criando a un cachorro Alfa? –Ellos no se habían dado cuenta de nada. No olía como hombre lobo, hasta hace unos momentos tenía un olor a humano y con esto fue que le surgió otra duda –¿Acaso eres humana?Los dos la miraron y vieron cómo se sorprendió con esa pregunta.–Eres una de los nuestros. –Patrick miró a Gabriel. –Y tú sin saber que hacer porque nuestra luna era una humana.–¿Luna? –Lisa reaccionó con eso. Esto estaba cada vez peor. –Yo no seré tu luna.–¿Me estas rechazando? –Gabriel eso no se lo esperaba.–Si. –Lisa lo miró a los ojos cuando dijo esto. –No tengo ganas de tener compañero y mucho menos un Alfa.–¿Ah? ¿Te molesta que se
–Eres un maldito bastardo sin corazón. –Lisa se encontraba furiosa. Ese idiota le había quitado a su hijo. –Secuestraste a mi hijo.–Primero, no soy un bastardo, mis padres estaban emparejados cuando me tuvieron y segundo… ese cachorro no es tu hijo. –Gabriel no se iba a dar por vencido con respecto a ese tema. Él necesitaba saber de quien era ese niño. Su luna iba a estar bien ocupada atendiendo a sus cachorros para que se hiciera cargo de otro que no le pertenecía.–Es mi hijo. –Lisa quería golpearlo. Ese hombre lobo era un cabeza dura, no entendía a razones. –Yo soy la que lo cría, yo soy la que se queda despierta cuando esta enfermo. ¡ES MIO!–Esta bien, esta bien. Es tuyo Andrea.Lisa se calló un momento. Ellos solo tenían el nombre que le habían dado en el café, en realidad no tenía idea de cual era su verdadero nombre y se aseguraría de que eso siguiera así.–Bien. Tienes que devolvérmelo. ¡Ahora!–Él te va a estar esperando en la manada. Tenemos tiempo. Necesito que me cuentes