Capítulo 5

Valentina

Hoy es viernes y tengo mi mente hecho un lío, el rechazo de mi pasantía, Prada de tutor y estrés por todo, y para cerrar con broche de oro ahora debo ir a mi departamento para alistarme para ir a comer con mi familia.

No debí haber aceptado algo me dice que esa cena no terminada bien, es que mis padres son difíciles y más que todo mi mamá, ella piensa que debo ser más responsable y formar una vida.

No, yo no quiero nada que la sociedad diga que es correcto, a mi hermana podrán manipularla por qué se deja pero a mí no.

Cuando empezaron a querer imponer y tomar decisiones por mi, compré un apartamento y me mudé.

Aunque no lo crean mi abuelo me hizo un préstamo a mis 17 años y luego de 7 años he multiplicado, triplicado por mil el capital, la empresa que construí es de transportaciones y me ha ido muy bien, mis padres no saben que es mía y es mejor, papá es muy ambicioso me obligaría a dársela por qué según el la manejaría mejor.

Amo a mis padres pero son un dolor de cabeza y me da rabia con mi hermana que deje que la manipulen y hablen por ella.

Mi hermana solo tiene 18 años y ya está comprometida con un árabe multimillonario que por lo que he investigado es un hijo de puta, esa boda no se dará, yo la voy a impedir aunque tenga que robar a la novia.

Mi hermana quiere ser médico he ir a África ayudar a los necesitamos, no tener una clínica y vivir toda su vida amargada.

Terminó de arreglarme y me miró al espejo se que cuando mi padre me vea pagará el grito al cielo, me gusta vestir sexy me hace sentir bien, nadie puede juzgar por la forma que vallas vestida.

El vestido es de tiras cruzadas atrás de color rojo, de material terciopelo y con una abertura en el muslo.

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Llegó al restaurante pero solo al entrar quiero dar la vuelta he irme a dormir, está mi supuesto cuñado que por cierto primero quería casarse conmigo y como lo rechace busco a mi hermana.

Y para completar mi mala suerte está el socio de mi padre que si soy sincera está como me lo recetó el doctor, y su muy exasperante hijo, mi padre lleva más de 4 meses con la insistencia que me dé una oportunidad con el pelele este, no entiende que me gustan con experiencia, no unos niños jugando a ser hombres, la primera vez que lo conocí quiso hacerse el interesante y pedirme acostarme con el.

Ni drogada lo hago, un hombre tiene que saber cómo seducir a una mujer.

Cuando intento dar la vuelta mi madre grita mi nombre.

Coloco la sonrisa más falsa que tengo y camino a la mesa.

— Buenas noches, pensé que solo seriamos mi familia y yo, no esperaba tantas personas—

— Valentina, son mis invitados deja de ser así y siéntate—dice mí padre

De mala gana lo hago y el bobo de franco se ríe de mí.

Luego preguntan por qué no quiero nada con el.

— Disculpen a mi hija, se me olvidó notificarle nuestros cambios de planes— Mi padre sonríe y yo lo fulminó con la mirada.

— Tranquilo Parísi, es un placer que tus hermosas hijas nos acompañen hoy, ya que estamos todos podemos empezar a ordenar— Dice el padre de franco, y dios hasta la voz la tiene sexy, si no fuera casado y tuviera un hijo menos idiota le haría ojitos.

Ordenamos, no pedí nada de otro mundo ya que me siento tan incómoda que se me quitó el apetito.

— Bueno ya que tenemos nuestro pedido y estamos casi en familia, quiero aceptar Franco tu petición de cortejar a mi tesoro mas preciado, para mi familia sería un honor que algún día fuéramos familia— Dice mi padre.

Al instante la comida que había en mi estómago se revolvió y el trozo de mi boca se atoro en mi garganta, empecé a toser como loca, tome el agua como pude y lo bebí hasta el fondo.

volteo a ver a mí padre furiosa

— Padre ya está conversación la tuvimos, estamos en la era moderna y soy mayor de edad, además tú no debes meterte en mi vida privada, yo tomo mis decisiones y primero muerta a salir con un imbécil, apostador y si me disculpan ya no me apetece estar compartiendo un lugar con ustedes—

Cuando me intento parar mi padre golpea la mesa.

— Valentina Parísi tu te sientas, soy tu padre y tengo el derecho de intervenir en tu futuro y el de tu hermana, si ordenó que te conozcas con Franco lo vas hacer—

Empiezo a reir escandalosamente— No conoces a la hija que has criado, yo no soy mi hermana que es tan inocente que no se da cuenta que la están vendiendo por un negocio, el día que me quiera casar elegiré yo con quién—

— Hija calmate, tu padre solo quiere lo mejor para ti—

— Mami lo mejor para mí, casarme con alguien que no me gusta ni quiero es lo mejor para mí, yo no soy una princesa que necesita un castillo, conmigo no cuenten para esta locura—

Me levanto.

— Parísi creí que había criado bien sus hijas, si no puede controlar a una de ella como puedo confiar en que mi inversión Será manejada correctamente— Dice el padre de franco.

— Mire señor mi padre es uno de los mejores empresarios del país, pero yo soy independiente, Si está acostumbrado a mujeres sumisas en mi no la tendrá, dígale a su hijo que se mantenga lejos de mi—

Salgo del lugar y oigo los gritos de mi padre, se que está molesto pero el debió advertirme de que se trataría la cena.

Traen mi auto y conduzco a toda velocidad, le escribo a mi mejor amiga para que me espere en una discoteca, necesito ahogar mi rabia en alcohol o voy a cometer una locura.

En 20 minutos estoy en la entrada de la discoteca mas exclusiva de la ciudad, tengo una membresía que me ayuda a entrar sin tener que hacer colas o esperar.

Entro al lugar y me guían a un apartado, pido unos chupitos de tequila y rodajas de limón.

En 10 minutos llega mi mejor amiga luciendo fabulosa.

— Me puedes decir cómo pasaste de una cena familiar a ahogarte con alcohol—

— Te resumiré las cosas, socios, compromiso, árabes y yo gritando—

— Bueno ya te entiendo, tu padre es inteligente uso muy bien las cartas para tenerte una emboscada—

— Por qué crees que mi padre a logrado todo lo que tiene por qué es una mente maestra, no me da rabia que me quiera casar lo que me molesta es que me busque niñatos que no se mandan ni solos—

— Bueno vamos ahogar las penas— Empezamos a beber, nos reímos y nos olvidamos del mundo al alrededor.

— Amara, vamos a bailar— Está disco es de 3 pisos pero concepto abierto, de cualquier piso puedes ver la pista, en el tercer piso es más reservado, la verdad no me gusta.

Bajamos al primer piso y empezamos a movernos, me encanta bailar y disfrutar de los movimientos que hace mi cuerpo.

Llevamos rato moviéndonos y siento una mirada penetrante y busco de donde viene, veo a un hombre en el tercer piso, su mirada quema mi piel, me parece conocido pero no logro descifrar quien es.

Pero le daré un espectáculo que no va a olvidar.

Tocó mi cuerpo, meneo mis caderas, se que soy sexy y me gusta serlo, todas las mujeres debemos amar lo que somos y no avergonzarnos de nada, la sociedad a etiquetado a la mujer, pero solo nosotros decidimos si queremos hacerle caso a tabús que se crearon cuando la mujer solo servía para criar hijos y atender al esposo.

Las mujeres somos una potencia, los hombres nos tienen miedo por qué somos astutas e inteligentes, somos capaz de poner al mundo a nuestros pies o hacerlo arder.

En un momento cuando cruzamos miradas, ese hombre me hace recordar a alguien, muevo la cabeza es imposible que se trate de el.

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