Capítulo 631
Parecía una fuga accidental de un estado de ánimo reprimido durante mucho tiempo en los ojos.

Lorena frunció los labios y explicó: —¿Qué dices? Profesor Urso, eres mi amigo.

—¿Llamas a tus amigos de forma tan oficial?

Urso arrugó el entrecejo y la miró, al parecer sin intención de pasarlo tan fácilmente.

«Profesor Urso... ¡Qué educado!»

Lorena frunció los labios y dijo: —Si no, ¿me llamas "profesora Lorena"?

Urso se puso ligeramente rígido y no pudo evitar reírse.

—¿Todavía tienes ese sueño?

—No, solo estoy bromeando.

Lorena también se sintió incómoda y se encogió de hombros.

—¡Entonces olvídalo!

—Llamame por mi nombre. —Urso le miró con seriedad.

Sus ojos oscuros, como de tinta, parecían contener un charco de agua nocturna, reflejando la luz de la luna, y brillaban tranquilamente con una quietud primaveral.

—Sí, Urso.

—Gracias, Lorena.

Los dos se sonrieron, la incomodidad de antes desapareció.

Habiendo cambiado su título, Urso estaba obviamente mucho más entusiasmado.

Llevó a Lorena a
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