Capítulo 607
Carmen asintió solemnemente.

Así que Lorena y su grupo abandonaron por fin el hospital.

Fernando los acompañó abajo y arrugó el entrecejo.

—Lorena, me he enterado de todo lo de Majara, ¿eres muy amiga de la familia Nieves?

Lorena frunció los labios y sonrió.

—¡Urso me ayudó mucho!

—Lorena, no es que esté causando problemas, date prisa y vete cuando termines, la familia Nieves no es tan fácil de aprovechar, si no tienes valor, ¿cómo van a dejar que te aproveches de ellos?

Fernando tenía un poco de razón.

Pero Lorena se limitó a sonreír suavemente, «¿Cómo puedo irme?»

—Sr. Tamayo, no tengo prisa, pero gracias a que ha estado hoy aquí, le invitaré a cenar la próxima vez.

Fernando sonrió y agitó la mano.

—Ya, aquí la gente hace negocios en la oscuridad, no digas que no te lo advertí, ¡huye si pasa algo!

Lorena sonrió y asintió: —Vale, lo recordaré.

Lorena y los demás se marcharon.

En el camino de vuelta, Alfreda dijo con un suspiro de alivio: —¡Qué suerte esta vez! ¡La Srta. Tamayo es tu f
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