Capítulo 476
Juan dijo en voz baja: —¡No me he recuperado del todo!

—Quiero que cuides de mí cuando vaya al programa, estoy enfermo y no aguanto la emoción. —la miró.

Lorena se sentó y no pudo evitar levantarse.

—¿Tan frágil eres? ¿Te has hecho daño en la pierna y sigues irritada por dentro?

Los ojos tranquilos de Juan contenían un atisbo de tristeza.

—Bueno, si estoy irritado tardo en recuperarme. Me hice daño para protegerte. Temo que digas tonterías cuando llegues al programa y me hagas daño.

Lorena le miró sorprendida y sin habla, incluso Rico en sus brazos no pudo evitar poner los ojos en blanco.

—No vengas a chantajearme, aún no te he culpado de meterme en líos, ¡desvergonzado!

Juan palideció ligeramente y de repente se cubrió el pecho, jadeando.

Lorena se sobresaltó, pensando que había caído enfermo.

—¿Todavía tienes secuelas?

Se acercó corriendo, cogió el café de la mesa y se lo echó en la boca.

«Café y agua, ¡más o menos!»

Juan se escaldó la boca con el café hirviendo y miró profundamente
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