Capítulo 382
Juan tenía vigilada a Lorena desde que entabló una relación amorosa con él.

Tenía que asegurarse de que rompía con Eulogio como le había prometido.

Pero cuando vio la foto, entrecerró los ojos, «Ni siquiera la he abrazado así, ¿por qué Polo lo puede?»

El agudo dolor punzante de su pecho le recordó una vez más que su relación con ella, su relación con otro hombre, ¡era tan increíble!

Una enorme oleada de emoción lo envolvió como una ola y estuvo a punto de asfixiarse.

Rafael vio que no se veía bien y se apresuró a entregarle la medicina, —Jefe, cálmate, la señorita Suárez ahora está casada con Polo después de todo, aún no están divorciados. Aunque te enojas, ¡solo puedes aguantarlo!

Juan, cuyas emociones ya se habían calmado, se levantó al instante, con el rostro adusto, y golpeó los papeles que tenía delante con tal fuerza que se esparcieron por la mesa y el suelo.

«¡Joder! ¿Casada?»

Rafael se quedó inmóvil, con dos pastillas en la mano, pasmado, —Jefe, toma las pastillas prime
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