Angela se tomó la semana libre para ayudar a Bruna con los preparativos de la boda, ya que tenían poco más de 2 semanas para organizar la boda perfecta. Bruna ya había hecho muchas cosas, pero Ángela sabía que en las últimas semanas estaría nerviosa. La fecha fijada fue el 3 de diciembre.
Bruna ni siquiera vio pasar el tiempo de tantas cosas que tenía que hacer en la última semana. Y cuando se dio cuenta estaba a días del evento que sería el más importante de su vida. Ese día, mientras se ponía las pulseras, mirando especialmente la última que le había ganado a Adrián, recordó cuánto le había dado la invitación de boda a Maiquel y Catita. Tenía la impresión de que los dos se casarían algún día, ya que eran muy cercanos. Había dado a luz en la universidad. Él había insistido en que ella hiciera el parto y que no fueran los dos juntos, como habían hecho con los demás invitados. Adrian ni siquiera se había dado cuenta de sus malas intenciones con su amigo y su ex novia .
- Bueno, Catita, al parecer logré sujetarlo. – dijo Bruna con aire de superioridad.
- Adrián nunca fue un trofeo, Bruna.
- ¿Será? Para mí, ciertamente no... Pero creo que siempre lo fue para ti. Al menos siempre parecía tratarlo de esa manera. Yo estaría devastado en tu lugar.
- No estoy y no estaré devastado, Bruna. Voy a la boda de mi amiga, mi exnovio, y me sentaré en primera fila, eso seguro. Nunca quise destruir tu relación. Confieso que siempre me atrajo Adrián, pero estoy seguro que nunca fue amor. Nuestra relación siempre ha sido mucho más física que emocional, si sabes a lo que me refiero. Nunca tuve su corazón... Pero el cuerpo lo tuve todo... Y qué cuerpo, ¿no? – se burló ella. – Nuestra relación siempre ha sido muy … cálida , digamos. ¿Y sabes lo que pienso de la relación entre ustedes dos? Patético... Esta es la verdad. Conozco a un Adrian que te sorprendería saber. Hemos hecho cosas en el pasado que él ciertamente no ha hecho contigo ni con ninguna otra chica. Pasamos momentos fervorosos que el tiempo seguramente no borrará de su mente. - Ella rió. – Qué tonta eres, Bruna. Muy joven y... Inmaduro. El amor no lo es todo, querida. Recuerda siempre esto : el amor no lo es todo.
Bruna estaba tan enojada que abofeteó a Catita frente a todos los que pasaban. Ella misma se sorprendió por su reacción agresiva hacia la ex novia de Adrian. ¿Qué pensaría cuando se enterara? Esperaba que Catita reaccionara, pero no hubo ninguna. La niña simplemente dijo, con una mirada firme:
- Puede que haya perdido, Bruna. Pero has ganado y ni siquiera estás seguro de que el trofeo sea tuyo. Me compadeces. - Dijo yéndose sin mostrar nada más que desdén.
Maiquel soltó a Catita y se quedó allí, confundido, nervioso, pasándose los dedos por su cabello despeinado:
- Catita no es como tú crees, Bruna. Ella realmente no ama a Adrian. Son amigos, eso es todo. Lo que pasó entre ellos fue solo sexual... Y ha pasado mucho tiempo... Muchos años para ser precisos . Él siempre te amó... Nadie lo duda. No entiendo el porque de tanta rudeza y agresión contra ella...
- No debería haberlo hecho. No se que decir. – Confesó Bruna arrepentida, con algunas miradas curiosas del exterior aún sobre ella.
- Ella no te ve con tanto odio... Créeme. Ella nunca te deseó mal.
- No estoy seguro de eso... Las bromas, las ironías...
- Es irónica... Siempre ha sido así. Cualquiera que la conozca sabe que Catita hasta se burla de sí misma.
- Perdí el control. No se lo que pasó. Por favor, dile que lo siento.
- No... No haré eso. Tú que le debes una disculpa y necesitas hacerlo en persona. Cuando no sé, pero sabes que tienes que hacerlo.
-Maiquel...
- No digas mi nombre así... - Dijo mirándola a los ojos, confundido. – Cuando hablas así, me fastidia, créeme.
- No estoy entendiendo.
- Desprotegido... Siempre tengo este sentimiento cuando estoy contigo. Siempre parece desprotegida, sensible... Y eso es diferente a lo que estoy acostumbrado con las mujeres. Por eso la encuentro tan... Especial. Siempre le digo a Adrian que tiene suerte de tener una mujer como tú. La mujer ideal para vivir el resto de su vida.
- La mujer ideal... - Rió confundida y nerviosa. “Aquí hay algo que nunca antes había escuchado en mi vida.
- Sé que tenemos nuestras diferencias, pero siempre te he admirado mucho. Se pasó las manos por el pelo lacio. - Tu eres muy especial. Y como soy muy amigo de Adrian, nunca traté de robársela, aunque sentí todo lo que siempre sentí dentro de mí...
Bruna apartó la mano de su cabello y dio un paso atrás, sobresaltada.
- Maiquel, por favor no sigas...
- ¿Por qué tienes que ser tan dulce y dulce? Y hoy vi una cara nueva: la agresiva Bruna, que no siempre acepta todo pasivamente. Te las arreglaste para enojarte aún más hermosa.
- Maiquel, ya te lo dije... No quiero saber nada más.
- Y aunque sé que quieres este matrimonio más que nada, aún veo tristeza en esos grandes ojos azules. Y no puedo entender por qué . Eres un gran misterio, Bruna. Y no creo que Adrian sea el hombre para desentrañarlo.
Bruna rió irónicamente:
- Y tú eres el hombre para desenredarme, ¿no?
- No, no soy yo. – dijo con firmeza.
Una vez más estaba confundida. ¿Qué estaba tratando de decir o hacer? Si bien estaba un poco asustada, sus palabras sobre ella le trajeron cierto encanto. Tal vez el hecho de que otro hombre además de Adrian la admirara la hizo un poco segura y feliz.
- ¿Y quién es este hombre? – preguntó sonriendo mostrando sus hermosos dientes blancos.
- No lo sé... Pero seguro que no soy yo, tu fiel admirador, ni Adrián, tu gran amor.
- ¿Ahora estás prediciendo el futuro? – se burló de nuevo. “O tratando de asustarme de alguna manera sobre mi matrimonio.
- No soy el hombre adecuado... Pero puedo intentar serlo.
- Creí que eras amigo de Adrián, Maiquel. Ella sonrió nerviosa. 'Tu eslogan no funcionó. Amo a Adrian y siempre ha sido y siempre será el único hombre en mi vida, ideal o no.
- ¿Cómo puedes estar tan seguro? Él era su único novio.
- Estoy seguro... Suficiente.
- ¿Alguna vez has sentido curiosidad por probar otro beso?
esa pregunta petulante de su parte :
- No... Mucho menos la tuya, Maiquel. ¿Qué clase de amigo eres, que ligas con la prometida de tu amigo semanas antes de la boda?
- Nunca dudes de mi amistad por Adrian, Bruna. Siempre fuimos buenos amigos... Hasta que te conoció.
- No entiendo a donde vas...
- Tal vez la parte donde trataste de terminar con todas sus amistades.
- ¿Cómo puedes decir eso?
- Siempre estuvimos juntos... Siempre hicimos todo juntos. Hasta que apareces en su vida y poco a poco lo alejas de nosotros.
- Nunca lo obligué a romper amistades.
- Todo el mundo sabe que nunca aguantas a sus amigos. Eres celosa, insegura de él y posesiva. Nos conquistaste al principio para que te aceptáramos. Entonces todo lo que hizo fue tratar de evitar las reuniones, incluso las banales, como un almuerzo grupal. Puedes confesarme, solo estamos nosotros dos aquí.
- No me culpes por que Adrian prefiera estar conmigo que contigo. ¿Cristiano ama a Cassiane y yo también tengo la culpa de esto? Solo quedaréis tú y Catita, esa es la verdad.
- Adrián no nos dejó porque quisiera y lo sabes. Entonces, ¿por qué debería deberle lealtad?
- No puedo creer lo que estoy escuchando...
- ¿Sabes lo que pienso? Supongo que no sabes lo que es la amistad, ¿verdad? Su pequeño mundo se reduce a su madre y Cassiane y siempre ha sido así. Nunca has tenido un amigo en tu vida . Esto es lo que pienso. Vive en su mundo cerrado y no deja que nadie sea parte de él. Y decidió que Adrian también sería parte del mundo que creó, sin interferencias... Perfecto. Ahora tendrás planeada la boda de tu vida... Y además será perfecta, como todo está contigo. Nosotros, los amigos de Adrian, somos los únicos imperfectos en su mundo.
Dejó que una lágrima resbalara por su mejilla y tiró de las pulseras que cubrían sus muñecas, dejando a la vista las marcas que llevaba consigo del pasado:
- Entonces mira mi pasado perfecto. - ella dijo. - Soberbio y presuntuoso.
Miró las cicatrices con asombro y después de un rato dijo:
- Nunca supe...
- No juzgues, Maiquel. No intentes saber por lo que he pasado.
- Lo siento mucho.
- No tienes que sentir. Ha pasado. Es solo un pasado imperfecto con el que vivo todos los días.
- Entiendo mucho ahora...
- ¿Qué cambia, Maiquel? Nada cambia... Solo quería probar que yo también tengo mis problemas, ¿sabes? Si accidentalmente te quité a Adrian, lo siento. Tampoco pensé que pudieran extrañarlo tanto.
- Éramos amigos desde la infancia...
- Como tu mismo dijiste, no se mucho de amigos...
- Perdon...
- Esta todo bien. Dijo encogiéndose de hombros. - No tiene por qué pedir disculpas. Estás diciendo lo que piensas... Aunque duele un poco saber la verdad de esta manera.
- Bruna, sé cuánto amas a Adrian... Pero no puedes asfixiarlo con este amor. Necesitas tener seguridad o la perderás. Hoy son los amigos, mañana pueden ser los compañeros de trabajo o incluso el propio trabajo... Te lo digo por tu bien. - dijo en un tono tranquilo y gentil.
- Gracias por los consejos. Necesito ir ahora. Digamos que entregarles las invitaciones a usted ya Catita no fue fácil. - Dijo secándose las lágrimas. - Y... Si no puedes contarle a nadie lo que te enseñé, te lo agradecería. Es muy personal, créeme.
- Yo no haría eso. - él dijo. - Yo respeto su decisión.
Vio sus ojos azules reflejados en el espejo, volviendo de entregar las invitaciones hace semanas. Notó una lágrima cayendo. Había pasado un tiempo desde que todo había sucedido, pero cada vez que recordaba le dolía un poco. Todavía se sentía un poco molesta por haber interferido en las amistades de Adrian sin darse cuenta de que varias personas estaban involucradas. Realmente no tenía amigos, por lo que no entendía realmente el afecto y cómo se desarrollaban las relaciones en ese sentido. Y se arrepintió de haber arruinado sin querer amistades prometedoras de personas que se querían mucho . Y sobre todo por haberle hecho daño a su amado Adrian. Nunca había sido su intención. Ella solo quería que él pasara más tiempo con ella... Y por eso lo alejó de otras personas.
Y había llegado el gran día para que Bruna hiciera realidad su sueño. Había pasado la semana emocionada con los preparativos, muy entregada a cada detalle y también inmensamente feliz por todo lo que estaba pasando. Sin darse cuenta, estaba sonriendo sobre la cama cuando despertó.Fue a darse una ducha fría. Ya hacía calor temprano en el día. Llega el verano con temperaturas abrasadoras. Mientras el agua corría por su cuerpo, pensó en Adrian. No había llamado la noche anterior, como hacía siempre. Ella se rió de sí misma ante su insistencia diaria en tratar de convencerla de que le hiciera el amor. Y había llegado su gran día, así como la noche que él había estado esperando. Bruna no estaba nerviosa por lo que sucedería en su noche de bodas. Había estado preparado durante mucho tiempo para todo lo que estaba sucediendo. Y ansiaba estar en los brazos de su esposo. Había pensado que era un poco extraño que él no hubiera llamado la noche anterior a la boda, pero supuso que él también que
- ¿Quién eres tú? – preguntó Ángela con lágrimas en los ojos al ver a su hija.- Yo, mamá... O mi versión sexy, creo. - Dijo Bruno sonriendo.- Te las arreglaste para ponerte aún más hermosa. - dijo Dani.- Hija, estoy muy orgullosa de ti. - dijo Ángela.- Mamá, gracias por todo... Siempre lo hiciste por mí. – dijo Bruna con lágrimas en los ojos, tratando de no dejarlas correr para no arruinar su maquillaje.- No hace falta que me lo agradezcas, hija mía... Siempre lo he hecho de corazón y cuando se hace de corazón no hay que agradecer.- Sé que es realmente deslumbrante, pero tenemos que irnos, de lo contrario, llegará tarde, como de costumbre. Hoy no hay tiempo para demoras... Tenemos tiempo para todo lo que tenemos que hacer. - dijo Casiano.Cuando llegaron al estudio, el propio fotógrafo quedó impresionado por su belleza. Entre una fotografía y otra, decía:- ¿Estás seguro de que nunca pensaste en ser modelo?- Certeza absoluta. – dijo Bruno. - No me importa.Poco a poco se volvió
Bruna se acercó a Maiquel y Catita, segura de que no estaban allí para animarla.- Bueno... - dijo Catita. – Vine a entregarte algo... Sé que debí haberlo entregado antes, pero tuve un problema grave y no pude.- ¿Qué es? – preguntó Bruna con desconfianza.Catita sacó un pequeño billete arrugado del bolsillo de su chaqueta de cuero negro.- Adrian me pidió que te diera esto.Antes de abrir la nota, Bruna ya se imaginaba lo que estaba pasando. Sabía lo que le esperaba y no sabía si tendría el coraje de enfrentarlo. En la nota, en letras firmes y decisivas:brunaLo siento, pero no puedo hacer eso. Sé que soy un cobarde y que ahora mismo me estás odiando. Aun te amo. Nunca lo dudes. Siempre la amaré y nunca dejaré de amarla. No espero que entiendas las razones que me llevaron a hacer esto, porque ni yo misma me entiendo. Pero espero que algún día puedas perdonarme... Porque no me lo perdonaré.Adrián.Al leer la nota, Bruna se quedó allí, mirando las letras barajadas frente a ella. No s
Angela abrazó fuertemente a Bruna y todos entraron a la casa en silencio. Bruna fue a la habitación de su madre y se quedó mirando el techo, como si en ese momento eso fuera lo más importante del mundo. Mientras tanto, Angela rápidamente se quitó las joyas, la ropa y el maquillaje. Todavía no habían hablado. Y Bruna lo prefería así. Ese tiempo era importante para ella... Mirando hacia arriba sin pensar en nada. Las lágrimas de vez en cuando corrían por sus mejillas ardientes. Ángela se puso la pijama y apoyó la cabeza de su hija en su regazo, secándose con amor las lágrimas que caían.- Creo que en este momento nada que decir te hará sentir menos triste, Bruna. Esto es algo que nadie es consciente de cómo te sientes... Y aunque me duele el corazón inmensamente verte así, solo tú podrás curarte de lo que sientes por dentro. - Dijo colocando su mano sobre el corazón de su hija. - Sé que debajo de esta niña frágil y sensible, siempre hubo una mujer fuerte, que algún día tendría que irse
Bruna pensó en los chismes que surgirían sobre lo sucedido y no sabía si tendría fuerzas para soportarlo en ese momento. Sabía que tarde o temprano tendría que enfrentarse a todos, incluso a Adrian, pero aún no había llegado el momento. Necesitaba ser fuerte y segura cuando esto sucediera. Sabía que no necesitaba dar satisfacción a la gente. Sin embargo, esa situación había sido desconcertante, no solo para ella, sino también para su madre y su hermana. También tendrían que enfrentarse a todos y dar respuestas. Respuestas que nadie tenía excepto Adrian. Así que sí, era mejor estar lejos por un tiempo. Necesitaba prepararse para enfrentar todo cuando regresara. Todavía necesitaba aclarar sus sentimientos por Adrian, ya que todavía sentía odio mezclado con amor. Lo que había pasado esa noche, nada ni nadie lo borraría de su mente. Y no sabía si el mayor problema era la humillación, la falta de respuestas, la culpa que cargaba, los sentimientos encontrados... Pero sabía que ser dejada en
El camino al aeropuerto estaba vacío y el camino estaba oscuro.- Ustedes tres están muy conectados, ¿no es así? - dijo Dani.- Sí... Cuando uno sufre, todos sufren. – dijo Bruno.Dani colocó cariñosamente su mano en la pierna de su sobrina:- Ángela tuvo tanta suerte...- ¿Porque? preguntó Bruno.- Tuvo dos hijas... Dos amores.- Pero ella perdió a su esposo... Así que no fue muy afortunado. – respondió Bruno.- Yo también perdí la mía... Y no tenía hijos que me hicieran compañía y me dieran una razón para seguir adelante.- Lo siento mucho. – dijo Bruno.- No te sientas... Está bien. - dijo Dani. – Todo el mundo se arrepiente cuando te pasa algo malo... Pero en realidad nadie siente... Solo tú lo sientes. ¿No está de acuerdo?- Tía Dani, lo siento si yo...- Está bien querida... No quise decir lo que dijiste... Recordé cuando murió Ralf. Esta fue la frase que todos dijeron: Lo siento. No quería que sintieran... Quería que lo trajeran de vuelta, que me dijeran que todo esto era una p
Bruna pensó que entendía sobre el amor. Pero en ese momento, escuchar a su tía y la forma en que enfrentó la muerte de su esposo, hizo que se cuestionara qué sabía sobre este sentimiento. Era el amor de renuncia, de dolor, de entrega, de sacrificio... Ella no entendía de este amor. El amor que habían perdido Dani y Ángela... Estaban felizmente casados, pero ambos perdieron a sus compañeros demasiado pronto y de una manera muy triste. Desde entonces vivieron solos, aferrados a los recuerdos del pasado. Tal vez quedarse en la puerta de la iglesia, por muy malo que fuera, no era tan horrible como perder al amor de tu vida. Sí, había perdido a Adrian... Pero él estaba vivo. Ciertamente no volverían a estar juntos, pero ella lo vería o al menos se aseguraría de que estaba bien. Lidiar con la pérdida debería ser algo muy doloroso... Y Bruna pensó que la pérdida de su padre era algo horrible en su vida. Principalmente el hecho de que no lo conocía. Sin embargo, el dolor de esas mujeres era i
Y fue genial estar en Praia do Porto. Al menos durante la primera semana. Dani era una persona muy agradable y siempre hacía sentir muy bien a Bruna. En la segunda semana Dani pareció cansarse un poco de hacer cosas con su sobrina y se encerró un poco en su mundo. Prefería quedarse en casa, pero animó a Bruna a salir. Pero Bruna no sabía nada y salir sola a la playa a explorar no le interesaba mucho.Sin nada que hacer, con la añoranza por su familia muy fuerte, empezó a recordar de nuevo el pasado, lo que había pasado ya Adrian. Se preguntó cómo estaba él. Y se culpaba a sí misma por preocuparse por él. Durante las noches empezó a tener pesadillas constantes y repetitivas. Soñó con un matrimonio que no se llevó a cabo y en el altar había un novio cuyo rostro no podía ver. Las primeras veces pensó que era normal por lo que le había pasado. Pero luego empezó a tener un poco de miedo a los sueños y tenía miedo de dormir. Luego me acostaba y me quedaba despierto mucho tiempo pensando en