—¿Quién te lo ha dicho? —Antonella pensó que heredaría la fortuna de su amante, menuda sorpresa se llevó cuando el heredero absoluto fue el hermano del hombre, ella sólo cobró el dinero de un millonario seguro que estaba a su nombre, ese hombre la ha estado buscando, desea vengarse. Donatello no podía creer tal maldad de la mujer, estaba a punto de decirle a la esposa de su primo lo que estaba pasando, que localizara a ese hombre, que en él tendría a un gran aliado, pero Antonella regresó en ese momento. —Amor, ¿Qué crees? Tú prima me ayudará a elegir el vestido de novia, se ha portado muy linda. —Muy a su pesar, el italiano tuvo que fingir una sonrisa. En ese momento la esposa del primo de Donatello se dio cuenta de que algo no estaba bien, después de lo que le había dicho, él sonreía como si nada ocurriera, tendría que hablar con la familia, no era normal su reacción ante las fechorías de la mala mujer. —Quiero que todas las mujeres jóvenes de la familia sean mis damas de honor
Antonella daba saltitos de alegría,mientras Donatello aún tenía su mirada fija sobre ella, le dio un rápido beso y salió para dirigirse hacia la casa de la abuela, la anciana mujer estaba esperando resignada a que la loca pasara a buscarla, no le agradaba ni un poco. Cuando llegó, la anciana se negó a subir al auto con ella, iría en su propio auto, el chofer estaba listo para llevarla. —¡Maldita mujer! —Exclamó con furia para sí misma Antonella, ya vería la forma de deshacerse de ella después de casarse con Donatello, le hubiera encantado hacerlo ese día, pero sabía que sí lo hacía la boda se suspendería hasta terminar el luto. Donatello trataba de concentrar su atención en su trabajo, así los días se le hacían más tolerables, sacó de su cartera la fotografía que tenía de Karoline, la observó con detenimiento, la extrañaba demasiado. En la isla, Karo pasaba horas con la vista clavada sobre la urna, recordaba todo lo vivido junto a Doantello, se arrepentía del tiempo que había perd
Ahora Donatello temería la reacción de Antonella si su padre le decía, afortunadamente Cedric no se había dado cuenta cuando puso en su lugar a su suegro, el hombre esperaba fuera de la oficina.Más tarde ya había terminado todas sus reuniones, el padre de Antonella al enterarse de que no podría estar al mando, decidió no entrar a las reuniones, sentía que no tenía caso, se aburriría, así que se quedó intentando enamorar a la secretaría de su yerno, la chica era bonita y le parecía divertida.Cuando ya estaban por salir para regresar a la casa de Donatello, una eufórica Antonella entró seguida de su madre, la mujer llevaba una gran sonrisa en el rostro, aún más grande que la de su hija, si es que eso era posible.—¿Qué pasa mujer? Veo que les ha ido bien.—Mucho mejor de lo que imaginamos.Antonella abrazó fuertemente a Donatello, mientras le entregaba una pequeña caja cubierta por un enorme moño.—¿Esto qué es? —Preguntó malhumorado, se sentía agotado, no estaba para las tonterías de
Los días pasaban y la pesadez de Antonella iba en aumento, ni siquiera toleraba tener a su hija al lado, era increíble que su frío corazón no sintiera calidez cuando estaba cerca de su pequeña, Donatello la acercó ese día para que la alimentara.—Está preciosa bebé busca a su madre, no ha querido tomar la botella, así que será mejor que la alimentes.—Estás mal, cómo te atreves a pedir que eche a perder mi cuerpo, suficiente con lo deforme que estoy, llévatela de aquí, sí cuando menos hubiera sido niño, alejala de mi vista, no me sirve para nada, será tan solo un estorbo.—No puedo creer que trates así a tu propia hija, ni siquiera has intentado sostenerla entre tus brazos. —Esa mujer era una hiena, no había otra palabra que la describiera de mejor manera.Cuando Donatello salió de la habitación con la pequeña, Cedric entró por la ventana, tenía una duda sobre la pequeña.—¿Qué demonios haces aquí? Sal inmediatamente, no puedes ser tan atrevido, no te pago para que me molestes.—¿Está
La familia Carusso contrató un investigador privado para intentar localizar el lugar donde Antonella tenía prisionera a Karoline, pero era como buscar una aguja dentro de un pajar, por más que buscaban, no encontraban una sola pista, mientras tanto, hacían creer a la loca mujer que era bien recibida en la familia, la esposa del primo de Donatello le pidió perdón, la engañó haciéndole creer que quería ser de nuevo su mejor amiga.—Claro que te perdono, sabes que solíamos ser las mejores amigas. —A Antonella le convenía tener a una espía dentro de la familia.En la isla, Alessandro trataba de ganarse el amor de Karo, fingía tener por el bebé un amor que no sentía.—Tienes un hijo maravilloso, me hubiera gustado que lo hubiera podido conocer mi primo. —Sabía que con aquellas palabras debilitaba los sentimientos de Karoline.—Deseo regresar a la ciudad, a cualquiera, debo trabajar para sacar adelante a mi hijo, no puedo seguir todo el tiempo en esta isla.—Solo te pido que me des un tiemp
Karoline se sentía muy decepcionada de la familia Carusso, ¿Cómo se atrevían a señalarla de esa forma cuando ellos eran los que la habían engañado vilmente?La abuela llamó a Alessandro para hablar con él, estaba molesta por verlo en compañía de Karoline, ¿Acaso esa mala mujer quería relacionarse con todos sus nietos?Karoline se alejó un momento necesitaba respirar, trataba de tranquilizarse, había regresado a un lugar muy diferente, tanto como las personas que amaba, todo había cambiado en pocos meses.Cerró los ojos por un momento, quería despertar de ese mal sueño, sintió de pronto que alguien la tomaba por la cintura, abrió los ojos e intentó voltear, en ese momento la presión del brazo sobre ella fue muy fuerte.—¿Por qué? —Donatello pegó su cara a su cabeza para respirar el suave aroma que se desprendía de su pelo.Karo iba a contestar, la voz de una furiosa Antonella no le permitió hacerlo, llevaba a su hija entre sus brazos, claramente la utilizaba para chantajearlo.—¿Qué si
Alessandro entró en su habitación sin darse cuenta de que estaba siendo observado por Karoline, mientras tanto la chica pensaba que por lo visto todos los Carusso eran iguales, lo cierto es que por él no sentía más que agradecimiento por lo que había hecho en ese tiempo por ella, no tenía ni idea de que estaba coludido con Antonella.Regresó a su habitación, después de preparar la botella de su hijo se acostó a su lado, tenía que alejarse de toda esa gente, buscaría un trabajo, sobre todo alguna guardería que fuera de total confianza, no dejaría a su pequeño en cualquier lado.—Pondré mi mayor esfuerzo para sacarte adelante hijo, eso te lo prometo, se que siempre necesitarás a tu padre, eso no podré suplirlo, pero cuando menos haré que su ausencia no te provoque carencias.Le dio un tierno beso en la frente antes de quedarse dormida, se sentía terriblemente cansada, habían sido demasiadas emociones para un solo día, por la mañana, Alessandro llamó a su puerta.—Buenos días preciosa, t
Había algo que Karo quería hacer desde que había regresado a Londres, le pidió a Alessandro que la acompañara a ver a su padre, aunque no le agradaba dejar a su hijo solo con la niñera, lo hizo porque en verdad necesitaba ir a la cárcel a verlo, sabía que le había hecho mucho daño, pero necesitaba respuestas.Cuando pasó a ver al mal hombre, el policía le pidió esperar fuera, su padre estaba catalogado como reo peligroso, así que solo podía pasar una sola persona, cuando Karo entró, pudo ver a su padre, los separaba un grueso cristal , por lo que tuvo que descolgar un auricular para poder hablar con él, observó que vestía un uniforme en color naranja.—¿Qué demonios quieres aquí? —No podía creer que se atreviera a buscarlo.—Necesito hablar contigo, necesito respuestas.—Déjame en paz, no puede ser que ni en la maldita cárcel pueda deshacerme de ti Karoline.—¿Por qué?—¿Por qué, qué?—¿Por qué nunca me amaste?—Yo nunca quise hijos, para qué podrían servirme en la vida, solo serían u