Por Antonella
Estábamos todos en ronda, yo tenía puestos los anteojos espejados y Fabrizio también.
Nadie sabía a quién estábamos mirando.
Noto que está demasiado serio y que casi no habla.
-¿Te quedás al final?
Me pregunta Marcelo.
-Ya te dije que sí.
-Arreglá con alguién para que te lleve, yo no tengo tiempo de volver.
-Vuelvo con Sandy.
Todos están escuchando nuestra conversación.
-Sos caprichosa.
-Cortala, porque considero que el caprichoso sos vos.
-Tengo que ir a la entrega de diploma de mi hijo.
-Me parece perfecto que vayas, es lo que corresponde.
-Entonces vení.
-Vos querés que yo vaya a casa.
-La cena es solo para los padres y hermanos.
-Entonces andá.
-Pero vos no venís.
-Marcelo, ya hablamos ese tema, es solo para los padres, vas vos y tu ex esposa, yo no estoy invitada, querés que vaya para no viajar solo, lo lamento, prefiero quedarme, llevate mi auto, solo te digo que al evento, vas en tu propio auto, esa mujer usa un perfume espantoso y ordinario, no quiero que se suba a mi auto.
-Siempre hay que hacer lo que se te ocurre.
-Perdón por disponer de mi auto, me lo compré con mi dinero, fruto de mi trabajo.
-Tampoco es que te matás trabajando.
-Eso no le importa a nadie.
Marcelo se aleja para fumar.
-Nena, con tu carácter, no te va a aguantar por mucho tiempo ese hombre.
Definitivamente no soy yo.
-A lo mejor soy yo la que no lo va a aguantar mucho tiempo a él.
Contesté de mala manera.
-Siempre fuiste celosa.
-¿De qué hablás? Se va a una cena con su ex mujer y no tengo problema, solo le digo que para salir con ella, use su auto, no el mío.
En mi cabeza es lógico lo que digo.
Sandy asiente con la cabeza.
-¿Cómo se te ocurre casarte con un hombre separado?
Pregunta mi tía Teresa, como si eso fuese un pecado.
Miro a mis primas, las dos están separadas y Fabrizio también lo está, tiene dos niñas de su primer matrimonio.
-Soy la única que no está divorciada, por ahora y tanto Luca como Fabrizio, también están separados ¿De qué hablás?
-Siempre estás contestando.
Dice Teresa.
Es injusto, todo.
-Si no querés que te conteste, no me cuestiones.
-Calmate, por favor.
Me dice Pía.
-Estoy calmada, pero los demás necesitan dejar de mirar la mugre de los otros.
Ya nadie dijo nada.
-Tía ¿Vamos a la pile?
Me pregunta Kate.
Miro a Sandy, para ver si las deja meterse a esta hora, ya estaba atardeciendo.
-Sí, hace calor.
Me contesta, sin que le haya preguntado nada.
Me paro y sentí muchos ojos estudiándome.
-Nena, qué malla más pequeña que tenés puesta.
Dice Teresa.
Conté hasta 10 antes de contestar.
-Sí, es similar a la de tu hija.
Me alejé, porque también me iban a cuestionar la respuesta.
Mya vino corriendo y me metí al agua, con una niña de cada mano.
Jugamos un rato largo.
Hacíamos rondas y cantábamos.
Salimos cuando ya se había ido la luz del día.
Mis tíos estaban preparando un asado y mis tías estaban en la cocina.
Apenas salimos, el aire fresco se hizo notar en mi cuerpo y sentí la mirada de Fabrizio, ya sin los anteojos, quemándome.
Marcelo me ignoró.
Yo me cubrí con mi toallón, las niñas tenían puesto salidas de baño y en cuanto me senté, las dos vinieron a upa mío.
-Chicas, dejen descansar a la tía.
Dice Luca.
Yo las abrazo a las dos juntas y las besuqueo muchísimo, ellas me devuelven los besos.
-¿Por qué no tenés hijos?
Me pregunta Pía.
-No sé, pero me encantan las criaturas.
Dije esquivando la mirada de mi marido.
El hijo de Pía estaba durmiendo en una reposera, posiblemente esté cansado por el viaje.
-¿Tía, podemos dormir con vos, en tu cama?
-Hoy no, pero mañana, que el tío no está, sí y hacemos noche de chicas.
-Sííí.
Gritan las dos y aplauden.
-Te quedás.
Dice Marcelo.
-Sí, te lo vengo diciendo desde esta mañana.
Se nota la aspereza que tenemos.
Fabrizio no me sacaba los ojos de encima y creo que Pía lo notó, porque se levantó de su lugar y se sentó sobre él, pasándole las manos por el cuello.
Yo miré a las niñas y les hice cosquillas, mientras sonreía, ocultando mi dolor, ese que está tan dentro mío, que nadie, absolutamente nadie lo sabe.
Cuando por segunda vez, hacía dos meses que no teníamos relaciones con Marcelo, quiso el destino que me encuentre con Fabrizio, realmente no pensé dos veces lo que hacía.
Mi historia con él viene desde que éramos adolescentes.
No salimos mucho tiempo, lo hicimos cuando tenía 17 años, éramos fuego cuando estábamos juntos, hacíamos el amor como locos y en cualquier rincón.
Pero dos meses después, lo enganché con otra chica, me pidió perdón y seguimos un mes más, hasta que nuevamente me enteré que estuvo con otra chica, me pidió perdón nuevamente, pero en esa ocasión, decidí cortar definitivamente.
Yo lo amaba, pero estaba claro que él a mí no, a cada rato me cambiaba por otra.
Recuerdo la última discusión que tuvimos.
Terminó por decir que me quería, pero que él era así.
Lloré muchísimo por él y Pía se enteró que había salido con él.
Fabrizio me decía que me amaba, pero que no podía evitar tener momentos con otras mujeres.
Nunca, nada, se comparó con lo que sentí por él.
Años después me enteré que se había casado, porque dejó embarazada a una chica.
Traté de sacarlo de mi mente.
Fue cuando comencé con unos pequeños bolos en las telenovelas.
Luego tenía papeles fijos, aunque chicos y de a poco me fui haciendo medianamente conocida.
No es que me pidan autógrafos a cada rato, pero cada tanto me reconocen y me piden sacarse fotos conmigo.
Cuando vendí la casa de mis padres, me acordé de él, a esa altura ya estaba casado y su esposa estaba esperando su segundo hijo.
No es que vivíamos muy cerca, estábamos a unas 10 cuadras de diferencia, tal vez menos.
A los pocos meses conocí a Marcelo, creo que me aferré a él, por lo mal que estaba mi corazón.
Me di cuenta, luego de dos años, que mi matrimonio no funcionaba, fue cuando me crucé con Fabrizio.
Recuerdo que lo vi y se me paró el corazón.
El mundo seguía girando a su alrededor.
Me seguía sacando el aliento.
Él estaba importando piezas de automóviles, tenía una tienda de ventas de repuestos.
Yo tenía mi primer auto importado y no conseguía el parasol interno.
Entré a preguntar y me atendió él.
Me temblaban las piernas.
Prometió importarlo a cambio de un café, que terminó siendo una cita en un hotel.
Me dijo que estaba separado, pero que estaba en una relación con una chica.
No había cambiado, seguía igual que siempre, solo que ahora, era yo, la que él elegía por unas horas.
Juro, que si me lo pedía, me divorciaba de mi marido.
Nunca me lo pidió.
Estuvimos cerca de un año viéndonos de vez en cuando.
Yo moría por él.
Realmente lo amaba.
Mi matrimonio estaba estancado, Marcelo cada vez estaba más pendiente de Bianca.
Creo que a esa altura, ellos también debían ser amantes.
Un día, Fabricio nombró a su novia, cuando dijo que se llamaba Pía, un escalofrío me recorrió por dentro.
Me contó que el padre de su novia había invertido en su negocio.
-Si necesitabas un inversionista, me hubieses dicho, yo podría…
-No tenía idea que vos hubieses podido, ahora te tengo que pedir que no pases más por mi negocio, a veces está mi suegro.
Me dolió muchísimo lo que dijo.
Indagué por el apellido de su novia.
No podía fallar.
Era mi prima segunda, ni sé qué parentesco tengo con ella.
Le dije que éramos parientes.
Creo que se asustó.
¿La querrá?
¿A mí me quería, en aquellos años, a pesar de todo?
Todo me salió mal.
Nos vimos algunas veces más y luego todo se esfumó.
Mi relación con Marcelo seguía como siempre.
El tema pasaba, que cuando estaba con Fabrizio, era como volver a la vida, con él sí había pasión.
Supongo que la relación que él tenía con Pía era seria y encima estaban los negocios que tenía con su padre.
La vida sigue dando vueltas, como una calesita, pero nunca agarro la sortija.
Me estoy ahogando en un mar de dolor.
Cenamos en el comedor, Marcelo se retiró temprano, porque tenía que madrugar.
Yo me quedé jugando un rato con las nenas, se nos unió el hijo de Pía.
En un momento, estábamos jugando a ser animalitos y yo estaba en el suelo, a la par de los chicos, estaba en cuatro patas, al pie de una escalera.
-Miau, miau, miau.
-¡Es un gatito!
Dice Kate.
Chocamos nuestras palmas y cuando me acomodo para dejar el lugar a Kate, los ojos de Fabrizio, los tenía recorriendome el cuerpo.
-No te tenía en un rol tan maternal.
-Me encantan las criaturas.
-Yo tengo dos nenas.
-Lo sé…
-Fabri…
Lo llamó Pía.
Él giró sin decir nada más y fue en busca de su novia.
Verlos juntos, es un castigo del cielo.
Estaban todos cansados y se retiraron a descansar, por suerte no se extendió demasiado la velada.
Apenas pude dormir.
Los ojos de Fabrizio estaban incrustados en mi mente.
Sus caricias llegaban a mis instintos.
Miré a Marcelo, dormía profundamente y no se había enterado de mi desesperación.
No mi desesperación por tener a Fabrizio a unas paredes de diferencia, durmiendo abrazado a mi prima, por esa m*****a jugada del destino.
Mi desesperación era porque sentía que me estaba hundiendo en el lodo.
Estaba sola.
Siempre lo estuve.
Por la mañana, bien temprano, se fue Marcelo, solo estaban levantados mis tíos, estaban tomando mate.
Yo volví a la cama luego de que se fuera mi marido.
Me sentía libre.
Hasta que recordé que a unos metros estaba Fabrizio, posiblemente abrazado a mi prima.
Una angustia se apoderó de mí.
Muchas veces me toca perder, esta es una de ellas.
Perdí con Pía, él nunca me dijo que la iba a dejar y por elegir, la eligió a ella.
Claro que Fabrizio puede decir que yo elegí a mi marido, pero no fue así, él nunca me dijo o sugirió que me separe.
Me quedé sin nada y no me refiero a Marcelo, sino a Fabrizio.
Por AntonellaÉramos muy jóvenes cuando salíamos, pero él siempre fue un mujeriego empedernido.Me doy cuenta que nunca dejé de amarlo, luego de esos encuentros en que me convertí en su amante, algo muy fuerte se formó dentro de mí, pero él eligió que nos dejemos de ver y quedarse con cierto nivel económico y con ella…Como me gustaría que solo conmigo pueda apagar su apetito sexual.Que tenga ganas de mí.El silencio de mi habitación acompaña a mi tristeza.Siento mucha impotencia.Muero por Fabrizio, tal vez Marcelo nunca supo o nunca quiso conquistarme, llenarme, adorarme…Yo solo busco amor, un amor completo, de esos por los que muchas mujeres suspiran cuando ven las telenovelas en donde trabajo.Jugué con fuego y me quemé.Jugué, sabiendo, desde un principio que iba a perder, porque con Fabrizio perdía siempre.Con él me quemaba de tanto amor.En un principio de mi matrimonio puse todo de mí, pretendí que Fabrizio no me importaba, es que estaba casado y era padre.Yo misma no lo
Por Antonella.Pasaron varios días, el evento de Jano ya pasó, pero mi marido no volvió al campo, supongo que debe estar con Bianca, en cuanto vuelva, le voy a poner un punto final a mi matrimonio.No voy a estar casada solo por no estar sola.Ya no tengo ni siquiera ansiedad de saber que pasa en su vida.Mi vida sentimental es un desastre.Me dediqué a disfrutar de mis sobrinas.Muchas veces sentía que la mirada de Fabrizio me quemaba, pero él nunca se alejaba de Pía.-¿Vamos a cenar, esta noche?Propone Luca.-Salgan ustedes cuatro, así son dos parejas.Dice Teresa.-No dejaríamos a Anto sola, ella viene con nosotros.Decreta Sandy.Nadie acotó nada, pero la forma de mi tía, de querer que yo estuviera incómoda continuamente, me está cansando, siempre fue así, busca que yo compita con Sandy o ella conmigo.Fuimos en dos autos, por un lado Pía con su novio y por otro lado, Sandy, Luca y yo.Llegamos a un restaurante bastante exclusivo, hicimos casi 45 minutos por ruta.Al llegar al
Por AntonellaEstaba preparando mi desayuno, cuando lo veo entrar a la cocina.-¿A qué estás jugando?¿Por qué seguís acá?Dice de repente.-¿Perdón? Es la casa de mi tía y vengo siempre.-Hacés todo por llegar a mis sentidos.-Estás equivocado.-No volviste con tu marido ¿Lo hiciste por mí?-No sos el ombligo del mundo, me quedé porque estoy mal con mi marido…me separo en cuanto vuelva a la ciudad.-¿Y por qué me lo decís?-¿Me estás cargando?-Andate, por favor, no quiero estar cerca tuyo.-Entonces alejate vos.Le dije de malos modos.No me quería cerca y pensaba que me quedaba por él.¿Pensaba que lo quería seducir?No sabe que lo puedo volver loco con mis coqueteos y sin embargo, piensa que ya lo estoy haciendo.Está equivocado.Me mantuve con un perfil bajo, traté de no llamar su atención, porque estaba con mi prima y con mis tíos, que son sus suegros.Se acabó, ahora sí voy a tratar de llamar su atención y después voy a ser fría.Así se comporta él.Primero seduce y luego se cub
Por AntonellaSalgo de mi habitación dejando la puerta entreabierta, para que Fabrizio pueda salir más tranquilo, prestando atención a los pequeños ruidos y a las pisadas.-¡Cómo tardaste en bajar!Dice Teresa.-Es que me estaba duchando y el agua estaba divina.Sandy me mira, queriendo adivinar si lo que digo es cierto.-Tía ¿Vamos a caminar?Me pregunta la pequeña Mya.-Si, mi princesita.-Te acompaño, Anto.Dice Sandy.Le sonrío, no voy a poder guardar mi secreto por mucho tiempo más.Aparece Fabrizio y apenas dijo un hola.-¿En dónde estabas?Escucho como le reclama Pía.-Estaba caminando por el campo, es inmenso.-Me hubieras dicho e iba con vos.Dice su novia.Sandy sonríe porque yo estoy sonriendo.-Ahora se llama caminar.Dice mi prima.-Sí mamá, estamos caminando.Contesta inocentemente Kate.Pronto las niñas se soltaron de mis manos y corrieron delante nuestro.-¿Qué pasó?Pregunta Sandy, sin perder tiempo.-Se metió en mi habitación...le dije que estaba loco, pero…terminamo
Por AntonellaCenamos tranquilos, aunque luego de cenar, nos quedamos los más jóvenes en el porche de la casa, había un par de hamacas, de esas que son sillones y también habían algunas reposeras.Pía se comía a besos a Fabrizio y él le devolvía cada uno de los besos y parecía feliz con eso.A mí me estaba agarrando un dolor de estómago, por verlos tan acaramelados.La actitud de mi prima era esperada, pero que Fabrizio le siga el juego, realmente me descomponía.La estúpida era yo, que lo recibía cuando él quería.En mi cara me gritaba que yo no le importaba y que prefería a mi prima.Gritar es una manera de decir…Hasta Luca estaba incómodo, por cómo se estaban besando ellos dos.Sandy los miraba a ellos y me miraba a mí.-Te encargo un lápiz labial importado, de esos que trae tu amiga, vení, te muestro el color.Dijo Sandy, parándose y yendo para adentro.Nos fuimos las dos y Luca nos siguió.Lo que no sabía el marido de mi prima, es que ese espectáculo, posiblemente haya sido para
Por FabrizioPor fin la puedo tener en mis brazos.Al besar sus pechos y sentir su piel, yo temblaba como una hoja, tengo en mis brazos a la mujer que es la dueña de mis sentidos.No puedo dejar de deslizar mis manos por su cuerpo.Trato de reprimir mis gemidos, que se apuran en salir de mi garganta, mi sangre está alborotada.La penetro y Anto busca mi boca con las mismas ansias que siento yo.Siento que no se puede controlar, sus caricias son las huellas que están desde siempre en mi piel.Yo la toco como sé que a ella le gusta, friccionando su clítoris en forma casi salvaje, le mordisqueo el cuello y luego voy a su boca, porque de alguna manera tengo que ahogar sus gemidos.Siento su explosión y palpita toda mi intimidad, pero quiero aguantar, quiero seguir estando dentro de ella.No lo logro hacer por mucho tiempo, necesito liberarme, mis embistes son duros y rápidos, estoy temblando y ella también lo hace, ya no soy dueño de nada.El placer que siento es potente, indescriptible,
Por AntonellaVi, cuando el auto ya había arrancado su marcha, como se acercaba Fabrizio.Se acercó al grupo que me estaba despidiendo, pero no hizo ni una sola mueca.Luego Sandy me va a contar que dijo.Aunque ya no importa demasiado.Lloré toda la noche, lo hice de impotencia y de bronca.Por poco tiene delante mío, relaciones con mi prima.Eso me dolió y no entendí su actitud.No sé qué ganó con ese comportamiento.Lo entiendo de parte de Pía, pero él…Siempre me desilusionó, no sé porqué me sorprendo.Cada jugada suya es más dolorosa que la anterior.Ya no quiero pensar en él y sin embargo no me lo puedo sacar de la cabeza.Me doy cuenta que mis lágrimas ganaron y están corriendo por mis mejillas.El chofer no hace comentarios, se lo agradezco, porque no tengo ganas de hablar ni de inventar excusas que nadie entendería.Cada vez que estoy en sus brazos, termino lastimada.Es mi verdadero amor, pero amarlo me hace mal.No me tranquilicé, pero al menos dejé de llorar.Si todo hubie
Por AntonellaTengo un vacío en mi alma, que no se va a llenar tan fácilmente.Mis lágrimas caen sin poder evitarlo y no tiene que ver con Marcelo, o tal vez sí, tal vez tiene que ver con el fracaso que fue mi matrimonio.Fracasé, aunque a lo mejor él fracasó más que yo, porque Bianca no le va a perdonar, si se arreglan y vuelven a ser una pareja, que él se haya casado conmigo, de acá a un tiempo, en cuanto se le pase la sensación de ser ganadora, por tenerlo todo para ella, los dos se van a dar la cabeza contra la pared.No es fácil la situación que van a vivir los dos, ella es inmadura y vaga y él es un sinvergüenza.No quiero pensar que estaba a mi lado solamente porque es interesado.A pesar de mis fracasos, me sigo sintiendo bella, aunque no soy una niña, soy joven.Aunque trato de ser positiva, el nudo de mi garganta no se va.Quiero tener ilusiones y finalmente ser feliz, aunque por ahora eso queda en stand bay.Me voy a concentrar en mi carrera, mañana me reuno con mi agente