Por Antonella

Llegan al estudio Fabrizio con las niñas, quienes me saludan cariñosamente, como siempre.

Noté que Fabrizio tenía cinco dedos marcados, se había ligado un cachetazo, su piel era muy blanca, más en este momento que estábamos en otoño y no tomaba sol, aunque él nunca tomó demasiado, pero el verano pasado, en el campo y al estar bastante tiempo en la piscina, tenía un bronceado que le quedaba fenomenal.

Vuelvo a mirar su cara, posiblemente haya sido mi prima, quisiera saber que pasó.

Nahiara me sacó de mis pensamientos cuando me preguntó si ella y Kiara podían quedarse conmigo.

Pensé a mil por hora sobre las escenas que se hacían hoy, las hacía con la otra protagonista femenina.

No había grandes problemas, solo hablaría con Kiara, porque iba a ver una pelea dentro de la novela.

Fabrizio se fue, me pareció que él no sabía que Nahira me iba a pedir quedarse conmigo.

-Kiara, en la novela me voy a pelear con la otra actriz, no pasa nada, las lágrimas no son de verdad y el cache