Capítulo 5
Cuando desperté, me encontré acostada en una cama de hospital con dos personas a mi lado.

Pensé que eran los padres de Mateo, así que comencé a gritar,

"¡Suéltenme, suéltenme!"

"¡Marisol, por fin despertaste!" La voz de mi madre resonó con fuerza en mis oídos, y me di cuenta de que eran mi madre y mi padrastro.

"Mamá..." Mi voz sonaba débil.

Ella se inclinó para acariciar mi rostro, con los ojos rojos e hinchados.

"Marisol, necesitas descansar. ¡Haré que esas personas paguen por lo que han hecho!", gruñó mi padrastro, el hombre de mediana edad, que la acompañaba.

Fue entonces cuando empecé a recordar lo que había pasado antes de perder el conocimiento.

Asustada, grité, "¡Mi bebé! ¿Dónde está mi bebé?"

Toqué mi vientre; el lugar que una vez había estado hinchado ahora se sentía vacío, como un terreno arrasado tras un saqueo.

"¡Mataron a mi bebé! ¡Lo mataron! ¡Era tan pequeño!", exclamé con voz ronca, luchando por sentarme en la cama.

"¡No hagas esto, Marisol! ¡Por favor! ¡Necesitas desc
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