Cuando recuperé la conciencia, estaba bañada en sudor, las manos me temblaban y el corazón me latía tan deprisa que quise meter mi mano y detenerlo por un par de segundos.
Sí, quería recuperar mis recuerdos. Quería tener el poder de mí misma, pero el precio fue demasiado alto. El velo que cubría mis ojos se cayó al suelo, junto con mi alma y mi corazón.
Aquella noche, cuando Leo supo lo que hice con la droga en la fiesta de Peter, se transformó en un ser desconocido para mí, en un demonio de carne y hueso que me llevó al mismo infierno.
Lo que él me hizo me enajenó el alma, la llenó de oscuridad y me hizo desear la muerte. Clamaba por ella, la anhelaba más que a cualquier cosa. Fueron noches eternas sumidas en la oscuridad. Leo me torturó, mancilló mi cuerpo todas las veces que quiso.
No supe que pasó despu&eac
—Si no sale en cinco minutos, entras a ese baño. No me importa lo que dicten las normas del aeropuerto —le ordené a Kurt. Ella llevaba mucho tiempo dentro y comenzaba a sentirme paranoico.—Creo que debería entrar ahora, señor —sugirió él.—¡Hazlo!Esperé impaciente mientras la buscaba. Ese baño no podía ser tan grande como para que tardara tanto en volver con ella.—¡Se ha ido! —gritó Kurt al salir.—¡Lo sabía! Sentía que algo no iba bien.—Encontré su ropa en un bolso. Debió salir usando un disfraz. Lo siento, señor.—¿Qué esperas? ¡Encuéntrala! —grité con frustración. Saqué el teléfono del bolsillo de mis vaqueros y llamé a Chris, necesitaba que viniera por mí mientras Kurt, y e
—Nos volvemos a encontrar, princesita —murmuró una voz que me crispó la piel—. No intentes nada y métete en el auto —ordenó.Miré con desesperación a cada persona que pasaba por mi lado, pero nadie notó mi miedo, nadie intentó ayudarme.Con el corazón latiéndome en la garganta, me giré y entré a la Tahoe negra que estaba estacionada frente al banco. Mario estaba sentado a la derecha y Anton se deslizó a la izquierda, junto a mí.El conductor puso el auto en marcha, rumbo al infierno. No esperaba menos del lugar al que me llevarían.—El Don está muy enojado contigo, Natalie —siseó Mario—. Fuiste muy valiente al dispararle a Leo, pero no hiciste un buen trabajo.Un nudo apretado bajó por mi garganta. Leo estaba vivo y lo menos que quería era verlo de nuevo, lo
Un Año Después…Regresé a L.A. dos días después de la llamada de Carrie, cuando los agentes de la D.E.A. confirmaron que el cargo por posesión de drogas fue desestimado.Hyde había puesto en contacto a Carrie con el FBI y a su llegada a L.A. la escoltaron hasta una de las oficinas para interrogarla. Carrie le dijo dónde encontrar la droga y la información del cártel. Le ofrecieron inmunidad a cambio de cooperar. La usaron de señuelo para llegar a Leo y a su padre, pero solo lograron capturar a Leo. El Don logró escapar y Carrie entró al Programa de Protección a Testigos. La reubicaron, le cambiaron el nombre… la alejaron de mí.Maldije a Hyde, a Leo… a su jodido padre. Ella no merecía aquel destino, ella tenía que estar conmigo.Carrie se fue sin saber que Henry era su tío, que la estuvo buscando por a
—Hyde. Salió en las noticias. ¿Lo viste? Necesito que hables con tu contacto, necesito saber dónde está Carrie.—Peter... —pronunció con la voz cansada—. Ella no va a volver. Ella dijo que…—¡Hablaste con ella! ¿Cuándo? ¿Qué te dijo?—Soy su abogado, Peter.—¡Maldito imbécil! ¿Por qué carajos nunca me lo dijiste? ¿Dónde está? —le exigí.¿Cómo pudo ocultarme su paradero? Él sabe que la estoy buscando, que es mi único propósito en la vida.Todos me miraban consternados. No tenían idea de lo mucho que deseaba traspasar el teléfono y matar a golpes a Liam Hyde.—Escucha, Peter. Sé cuánto deseas verla, pero ella me dijo que no volvería jamás porque nunca perdonarías
Chris se encargó de hablar con Hyde mientras yo esperaba noticias de Carrie. La contusión requirió una intervención quirúrgica, tenía hemorragia intracraneal.Mi cerebro trabajaba en distintas direcciones. Pensaba en Rosie, quería saber todo de ella, cómo era, cuántos meses tenía, quién la cuidaba, ¿estaría llorando por su mamá? ¡Dios! Estaba tan angustiado que no podía ni respirar con normalidad.También pensaba en Carrie y en lo que me había dicho. La sola idea de imaginarla angustiada, pensando que había causado la muerte de Kaili, me hacía doler el corazón.¿Quién le metió esa idea y por qué? ¡Fue Leo!, concluí sin mucho esfuerzo, la manipuló para que se alejara de mí. Sabía que eso la destrozaría. ¡Maldito imbécil!
17 Años después…—Yo quiero una boda así, sencilla y hermosa —dijo Rosie mientras miraba el álbum con las fotografías de nuestra boda.—Sí, en unos… veinte años más o menos—interpuso Peter.Rosie giró los ojos con disgusto. Su padre era demasiado celoso, tanto que, a sus diecisiete años, no había traído ni un pretendiente a casa. Ni decir de amigos, eso era tabú para Peter Keanton.—Cuéntame de nuevo. ¿Cómo hiciste para que mamá se enamorara de ti por segunda vez?Nuestra hija era muy inteligente, sabía cómo desviar la atención de los temas escabrosos, como en el caso de su futuro con algún chico. También era una cantante talentosa, eso lo heredó de Peter. A mí que ni me digan, porque desafino más que un gallo mañanero.
No podía dormir sabiendo que Carrie corría peligro, que ese degenerado quería, no solo saciar sus deseos carnales con ella, sino torturarla hasta que recuperara sus recuerdos, sin reparar en el daño físico y mental que le estaba causando.Yo solo deseaba cuidarla, cobijarla en mis brazos y hacerla sentir segura. Anhelaba besarla con devoción, acariciarla con ternura… cantarle canciones de amor al oído.Necesitaba a mi musa, la necesitaba tanto que mi vida se volvía más oscura con cada segundo que transcurría sin ella.Ella era mi luz.Ella le dio sentido a mi miserable vida.Ella era todo para mí.¿Cómo haré para recuperarla? Con Henry convaleciente, y con mi maldita ceguera, no había mucho que pudiera hacer. No confiaba en nadie más que en Henry y, hasta unos días atrás, en Gerard. ¿Y l
CARRIEAtrás había quedado el horror que viví con Leo todos aquellos años. El FBI ingresó al edificio donde me tenían sometida, arrestó a Leo, a Mario y Anton. Gerard y Andrew nunca estuvieron ahí, creo que fue una trampa para Leo como un castigo.Todo fue planeado. El FBI ya tenía la información y la ubicación de la droga que escondí en un depósito. Solo necesitaban que sirviera de señuelo para atrapar a El Don y desmantelar el cártel.—¿Estás segura de esto? —insistió Hyde.—Es lo mejor para Peter —afirmé. Pero mi corazón estaba tan destrozado que me costaba mantenerme en pie.Todo tuvo sentido cuando recordé el accidente. Yo vi a Peter gritando, lo vi buscando a su hija. Vi a Kaili a un lado de la carretera, inmóvil. Yo causé todo aquello. ¡Yo le qu