FranchescaAl despertar hoy suplique al cielo que no fuera uno de esos días en los que terminaba siendo culpada por la muerte de una persona o de alguna desgracia.Acepte sin muchas ganas la invitación a la celebración de su cumpleaños que había propuesto Max, de todos modos, solo serian pocas personas por lo que me comento.Durante el día fui a trabajar, pero en la tarde me fui al salón de belleza, ya que me presentaría a su familia opte por estar lo más presentable, hace unos días compre un vestido, el cual me encanto, pero no estaba segura de que le quedaría bien a mi cuerpo.Luego de estar peinada con su cabello suelto en ondas, el cual antes había sido cuidado con mascarillas nutritivas y con un maquillaje sutil regrese al restaurante.Deseaba confirmar que todo estuviera bien, en realidad su personal era muy eficiente y de confianza, por lo cual todo ib
(...)Esto es algo que nunca había sentido, verlos atentos a mí, como conviven entre ellos y trataban de hacerme partícipe. En ningún momento me preguntaron por mi familia lo cual agradecí a montones, quizás Max les dijo que no preguntaran.Esta si es una familia, los platos estaban exquisitos, hicieron carnes asadas, papas preparadas al horno que estaba deliciosas, ensaladas, jugos naturales. Me dijeron que prepararon cuatro jugos porque no sabían que sabor iba a preferir o cuál se me antojaría, al igual que carnes, prepararon pavo, costillas de cerdo y vacuno. Definitivamente, hoy engorde tres kilos.Mientras me contaban anécdotas de ellos, me dieron unas ganas de ir a hacer pis, es verdad que las embarazadas van mucho al baño, y eso lo estoy comprobando desde ayer.–Max –le susurro al lado.–Dime.–Quiero ir al baño–digo bajit
–Vamos, nos esperan, llevamos mucho tiempo acá y las mujeres ya deben estar planeando la boda– trato de sonar cómico para que ella me dé una sonrisa.Lo consigo– vamos entonces.–Espera– recuerdo algo que deseaba desde hace mucho– me permites hacer algo.Ella asiente, lo que significa que confía en mí. Yo me arrodillo frente a ella, dejo mis manos en su cintura y le doy un beso a su pancita, es pequeña, pero ya es notoria.–Mi bebé, papá te está esperando, pero por el momento cuidará muy bien de mamá– vuelvo a dejar un corto beso y me pongo de pie.–Ahora sí, vamos...–Vamos.Volvemos y llegamos hasta la sala, tiene música de fondo, al llegar nadie hace bromas lo cual agradezco, amo a mi familia y a la familia de mi amigo, en realidad somos una sola familia. Pero en ocasiones son algo indiscretos.
Escucho que se abre la puerta, miro en esa dirección y sale el doctor Erick, mi colega.Me pongo de pie de inmediato y llego al frente de él mis padres me siguen– ¿Cómo están?–Tranquilo, todo está bien.Siento como si cien kilos se hubieran ido de mi cuerpo.–Tuvo una amenaza de aborto, pero se pudo controlar, ahora como sabrá lo recomendable es reposo absoluto, aún está el riesgo, pero con los cuidados necesarios todo estará bien, usted comprenderá.–Claro, ¿puedo pasar?–En estos momentos está durmiendo, pero claro que pueden pasar y felicidades– me da una sonrisa.–Gracias.Pasamos los tres y yo voy de inmediato a su lado, su piel está más blanca de lo normal y su cuerpo se encuentra frío.–Mamá busca otra frazada por favor, debe tener frío.Ella va a buscarl
Max.Teniéndola cerca me siento confiado, así puedo ver que esté con todos sus cuidados correspondientes, cualquier cosa si yo no estoy hay alguien que la cuida.Por ejemplo, ahora, tuve que venir a atender un parto de emergencia, así que el deber llamo.Al menos el parto no fue tan complicado, el pensar que en pocos meses tendré a mi bebé entre mis brazos me emociona.Al regresar a casa veo a una muchacha que estaba vendiendo flores a los autos, le hice una seña y le compré tres, obvio una para Fran, otra para mi mamá y una para nana Martina.Cuando llegué a mi habitación me di cuenta de que estas tres mujeres estaban tejiendo y riendo entre sí.En un momento la mirada de Fran se fija en mí, me emociona cuando me da una sonrisa y me muestra su tejido, se ve tan linda, se ven tan lindas estas tres mujeres reunidas.&nd
FranchescaPodría culpar a las hormonas, pero... quizás si jugaron a favor, pero la verdad es que tenerlos semi desnudo frente a mí y tan cerca si me movió el tapete.Era la primera vez que hacía esto, la verdad sí me gustó, además puede escuchar claramente que a él le gustó.Al hacerlo terminar él me ayudó a ponerme de pie, sus labios atraparon los míos. Al ya no poder respirar chocamos nuestras frentes.–Eso… eso estuvo genial si solo pudiera–arruga su frente y da un fuerte suspiro–cuando estés mejor te…–no puede terminar la frase.Me encanta callarlo a besos, luego al terminar el beso paso por su lado y voy a buscar el bálsamo, pongo un poco en mi mano y agrego en mi pelo, no sé por qué, pero en este momento me siento una diva.Por su parte él me observa,
Esta mañana es muy especial, así que me levante temprano y le prepare el desayuno a Fran, no seré un chef como ella, pero unas tostadas, huevos revueltos, jugo de naranja recién exprimido, algún pastelillo de los de ayer y un té no pueden quedar mal.Al llegar a la cama con la bandeja la veo aún dormida, la despierto con besitos y ella se va despertando con una sonrisa.Le encanto el desayuno, el cual era para los dos, pero al final ella se comió todo, opte por no decirle que era para los dos, ya que las mujeres en ocasiones con la revolución de hormonas que tienen en este estado inician a darles muchas vueltas a un asunto.Nos fuimos a duchar luego, por separado, de lo contrario nos demoraríamos más, ella fue la primera, porque... bueno las mujeres se tardan más.Cuando yo salí de la ducha ella ya estaba vestida de forma sencilla para ir a su trabajo, tomo su cabello por c
Franchesca¿Por qué cuando todo va bien en mi vida tiene que pasar algo?¿Por qué tienen que volver a mi vida?–¿Qué quieren? –mi voz tiembla, al igual que mis piernas y manos.–¿Por qué tan asustada primita? No somos unos desconocidos para que nos temas.–Para mí hasta los desconocidos me dan más confianza.–¿Así que ahora nuestra primita tiene dinero? –responde Jays, que recuerde el más perverso de los dos, aunque era por poco.–No es justo que nuestros padres la mantuvieran por tanto tiempo y ahora no sea capaz de retribuir –la voz fría de Meison me dice que quizás ambos igual de perversos.–¿Mantuvieron? Ustedes saben que me trataron como una basura, no vengan ahora a decir que sus padres fueron unos santos conmigo.–A ver francesi