Capítulo398
La primera vez que Noa irrumpió torpemente, se movía como una mosca en sopa, siendo arrastrada por los clientes ebrios, incluso algunos hombres intentaron tocarla. A duras penas logró escapar, solo para ser señalada y maldecida por los ebrios allí presentes.

Todos se rieron a carcajadas, emocionados como si estuvieran viendo una película de los tres chiflados.

—¡Qué tonta! ¿No ha crecido desde la preparatoria? ¡Jajajaja! —exclamó Jimena, riendo mientras señalaba la pantalla y temblaba de risa.

—Leona, estoy realmente curiosa, ¿dónde escondiste ese pedazo de oso viejo? — preguntó Jimena.

—Lo escondí en... — Leona se rio y le susurró al oído.

Jimena escuchó y se rio descontroladamente. —¡Qué ingeniosa eres! Esa idiota nunca lo encontrará, incluso si busca hasta el amanecer, jajajaja...

Leona revisó debajo de todas las mesas, sin saber cuántos golpes había recibido accidentalmente de los clientes. Sus brazos y piernas estaban magullados.

Se quedó parada en su lugar, temblando mientras se
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