Rodrigo y Alejandro se encontraron en un lujoso bar recién abierto. En la sala VIP, Rodrigo el joven rico, pidió una mesa llena de bebidas de lujo y agarrando una botella de alcohol, cantó a todo pulmón la canción triste más popular del momento.Alejandro estaba sentado en un sofá de rojo terciopelo, sosteniendo con una mano su vaso de güisqui, con una actitud noble y arrogante, como si estuviera sentado en un trono.Las luces parpadeaban, y aunque él se escondía en la oscuridad, todavía tenía una presencia fuerte que no podía ser ignorada.—¡Morir de amor, incluso si duele hasta lo más profundo! —Rodrigo gritó, haciendo que la cara de Alejandro se pusiera negra como la noche, y casi aplastó el vaso con la mano.¡Qué cercana debe ser su relación para que él esté sentado aquí escuchando esa voz tan desagradable!Rodrigo terminó de cantar a todo pulmón, y Alejandro tomó un trago de su güisqui con la cara rígida.—Hermano—Rodrigo se acercó con los ojos entrecerrados y se sentó a su lado,
—Lo siento, señora y señorita. No puedo acompañarlas más. —Aarón suspiró con pesar. —Bueno, me voy ahora, pero señora, si tiene algún problema, asegúrese de contactarme a tiempo, ¡iré de inmediato a ayudarle!—De acuerdo, ya lo sé. Eres más terco que una anciana. Ve ahora—Clara lo empujó suavemente para que se fuera, y él se fue después de mirar profundamente a sus ojos. Inés miró la interacción entre ellos, suavemente juntó sus labios y sintió un sabor amargo en su corazón como si estuviera sumergido en un barril de vinagre. Pero ella no estaba celosa de su hermana, porque en sus ojos Clara era la mujer más perfecta del mundo, y era natural que Aarón la amara. Ella se sentía débil e insignificante, sin características especiales que pudieran atraer a Aarón. Pero entonces, ¿por qué su excuñado estaba dispuesto a divorciarse de su hermana? ¿Acaso tenía una enfermedad terminal y no quería arrastrarla en su vida futura? ... Clara reservó una habitación VIP, y las dos hermanas acababan
—Urp... ¡Eres Bestia! —Clara sonrió con la cara sonrojada y blanca como la nieve, feliz y emocionada.El hombre sonrió con una ligera sonrisa en los labios, la frialdad en sus ojos se desvaneció, su brazo izquierdo seguía enganchado en su cintura, y levantó su mano derecha para empujar sus gafas con un dedo largo y delgado.Hacía mucho tiempo que nadie lo había llamado así.Ni siquiera su padre lo llamaba así, pero sorprendentemente, Clara era igual que cuando era niña, un potro salvaje, libre y sin restricciones, sin inhibiciones.—Después de quince años, todavía eres tan hermosa como antes.—Jeje... ¡No estás mal tú tampoco! —Clara entrecerró los ojos, levantó la mano y le dio una palmada en la mejilla, su comportamiento era coqueto y arrogante, pero no lo hacía sentir incómodo en absoluto.Si fuera sumisa y obediente, y siguiera las reglas, entonces ella no sería la Clara de su corazón.Clara tapó su boca y eructó de nuevo, tambaleándose mientras trataba de mantenerse en pie.El hom
—¿Puedes prometerme, por favor, que no te pondrás de impulsivo ni enojado después de escuchar esto...?—Ve al grano. César tragó saliva nerviosamente y dijo—Acabo de ver... a la señora Pérez siendo empujada hacia una habitación por un hombre con gafas...Alejandro sintió como si un trueno estuviera explotando en su cabeza y sus ojos se volvieron rojos de inmediato. —¿En qué habitación? ¡Llévame allí!Compraron rápidamente una pastilla para la resaca.Pol tomó el frasco de pastillas de la mano de su secretario y le dio de beber a Clara personalmente, preparando agua tibia para que se enjuagara la boca.El secretario estaba sorprendido al ver esto. El señor siempre había sido implacable y astuto en su trabajo, y durante tantos años ninguna mujer había podido acercarse a él. ¿Quién era esta chica para hacer que su jefe la tratara con tanta atención y servicio? ¿Acaso el señor se había interesado en ella? Realmente los machos bien machos caen fácilmente ante mujeres hermosas. Mas quien sab
Pol se quedó atónito por un momento y su corazón se apretó.Clara tenía las mejillas moradas de la ira tan grande que sentía en aquel momento, clavando su mirada furiosa en los ojos oscuros de Alejandro. —¡Alejandro! ¿Cómo puedes ser tan desvergonzado y actuar como si tu comportamiento tuviese alguna justificación posible? ¡Suéltame... ¡No iré contigo, aunque me lo pidas de rodillas!No importaba cuánto luchara y maldijera, para Alejandro, parecía que no había nadie más en este mundo que le importara. En ese momento, su única intención era llevársela con él.Verla compartiendo una habitación con un extraño, completamente borracha, sin ningún sentido de vergüenza, hizo que Alejandro mordiera sus dientes con fuerza. No podía soportarlo más.—Alejandro, ¡De veras que no eres más que un bastardo... suéltame...ya!—Sin previo aviso, este hombre de gran energía la levantó sobre su hombro, sujetando su cintura con sus fuertes brazos y se fue caminando con un rostro frío como el jade.—¡Bájame.
—¡Yo tengo! —Alejandro dijo de repente con los ojos enrojecidos, sin importarle que al decirlo se tragase para sí mismo su orgullo y compostura.—¿Tienes? Jaja... ¡De veras que ya este medio loco! —Clara lo tiró con fuerza, su galante rostro se volvió aún más seductor por su estado de ebriedad. —¿Tú tienes nueva novia y no me permites tener un nuevo amor? ¿En qué cabeza pensante cabe eso?Cada palabra era como una daga al corazón, hiriéndolo de a poco.Alejandro recordó cómo estaban tan cerca el uno del otro con el hombre de gafas blancas, el aire estaba lleno de una evidente tensión sensual.En ese momento, todas sus percepciones se cerraron como por arte de magia.Solo quedó el deseo de poseerla, un deseo loco que rodeaba todo su ser.—¡Tienes una vida privada muy colorida! ¿Cierto? —Alejandro se rio amargamente, con una mezcla de dolor y celos, generando una emoción indescriptible, más fuerte que el alcohol. —Un hombre y una mujer solos en una habitación, ¿tienes miedo de no haber t
Clara regresó al bar, medio sobria después de vomitar el alcohol, pero su buen humor ya se había desvanecido.Después de tanto esfuerzo por salir a una reunión con su hermana, ¿cómo podía encontrarse con ese patán?Si tuviera tiempo, tendría que ir al templo a rezar para no encontrarse con cosas malas por la noche.En ese momento, una pareja de cálidas manos agarró su brazo.Clara abrió los ojos con tristeza y al ver a Inés, hizo un gran esfuerzo por sonreír.—Hermanita ... Estoy bien, el hombre que te estaba acosando antes ... ¿no es tu excuñado? —Preguntó Inés preocupada mientras rodeaba la cintura de Clara para sostenerla.—Sí. —Clara respondió en voz baja y sin fuerzas.—¡Es tan guapo! —Los ojos claros y brillantes de Inés se iluminaron mientras exclamaba sinceramente: —Ya pensé que nuestros hermanos eran lo suficientemente guapos, pero resulta que el excuñado tampoco no se queda muy atrás que digamos, ¡incluso tiene mejor atractivo visual! ¿Realmente es el presidente de una empres
Inés no podía apartar la vista de la pelea, ¡La lluvia de puños y patadas era más emocionante que cualquier película de acción! —¡Hermana, ánimo! —exclamó involuntariamente.Clara logró esquivar los golpes del hombre, y se quedó sin palabras por completo. ¿De veras es este el momento indicado para animarla? —¡Inés, mejor llama a la policía de inmediato!—Oh, —Inés se distrajo, sacando apresuradamente su móvil.El hombre de ropa negra nunca imaginó que esta mujer, que aparentaba ser frágil y hermosa, tenía habilidades de combate y no era débil en lo absoluto.Viendo que no podía dominarla en ese momento, el hombre decidió atacar a Inés y, de repente, se balanceó y cambió su objetivo hacia ella, atacándola ferozmente.El teléfono de Inés cayó al suelo, asustándola tanto que se quedó paralizada en su lugar y cerró los ojos con fuerza.—¡Ahh!Cuando Inés abrió los ojos asustada, vio a Clara parada frente a ella, habiendo bloqueado la puñalada de un afilado cuchillo con su propio brazo. L