Capítulo1338
Luisana también estaba llena de rabia, con las mejillas enrojecidas como si estuvieran ardiendo: —Al principio, nuestros hermanos tenían la ventaja, pero no esperábamos que Ismael tuviera refuerzos. Esos tipos son hábiles, armados y están decididos a exterminar a nuestros hombres. ¡Es un gran logro que nuestros hermanos hayan regresado con vida!

Rodrigo golpeó furiosamente la mesa con el puño, haciendo ruidos secos con sus articulaciones. Estaba lleno de resentimiento y descontento. Para él, el hecho de que no capturaran a Ismael y que sus hombres casi fueran aniquilados era como pisotear su rostro bajo las suelas de los zapatos.

—Uh... ¿Qué te pasa, hermano Rodrigo? ¿Alguien te ha enfadado? —Todos se sorprendieron y miraron hacia la entrada de la escalera.

Noa no sabía cuándo apareció allí. Llevaba un vestido de tirantes blanco arrugado y sostenía el osito de peluche que Clara le regaló. Estaba frotándose los ojos adormilados, con una expresión de inocencia e ignorancia hacia el mundo
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