Capítulo 1941
—Alejandro— Odalys se levantó y se acercó a él con una sonrisa muy radiante.

—Odalys.

—El cervatillo en tu casa estaba herido. No te lo dije y lo vendé por mi cuenta. Espero no haber infringido las reglas de la familia Hernández, ¿no me culparás por esto, ¿verdad? — Odalys inclinó sus ojos llenos de afecto.

Su voz era muy suave y melodiosa, con un ligero tono ascendente que sonaba muy gentil.

Alejandro mostró gran indiferencia en su mirada, manteniendo así su distancia. —No me importa. Odalys, ayudar a un animal es un acto de bondad. Debería agradecerte en nombre de la familia.

—Cuando trabajaba como médica sin fronteras en Israel, curaba heridas a soldados y civiles. Nunca pensé que mi habilidad pudiera ser útil también para los animales heridos— Odalys suspiró ligeramente mientras negaba con la cabeza.

Los ojos oscuros de Alejandro reflejaban emociones muy tumultuosas.

De repente, recuerdos lejanos y vagos volvieron a su mente, envolviéndolo como niebla.

En aquellos días en el campo
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