—¡Entendido! Justo cuando Mateo estaba a punto de bajar corriendo las escaleras para buscar a Mariana, recibió de repente una llamada de uno de sus subordinados. El subordinado, con desespero le dijo: —Señor Ramírez, hemos perdido de vista a la señora…Mateo apretó los puños, lleno de furia.—¡Inútiles! En ese momento, Mariana estaba emocionalmente destrozada, y si no había nadie para cuidarla, no se atrevía ni imaginar lo que podría suceder. Mientras estaba agobiado, él recibió una inesperada llamada de su madre. —Mateo, hijo, hoy recibí una foto de tu esposa. ¡Qué barbaridad! No te imaginas lo inapropiada que es. Una mujer tan voluble como esa no tiene cabida en nuestra familia. Deberías echarla ya.Gabriela esperaba que Mateo aceptara su sugerencia de inmediato, pero en lugar de eso, escuchó la frialdad en la voz de su hijo. —Mamá, deja ya de fingir, sé que tú has planeado todo esto. Gabriela nunca había escuchado a Mateo hablarle con tanta dureza como ese día y se puso algo n
Los gritos de "¡Diosa! ¡Diosa!" resonaban sin parar. Ella era, sin duda alguna, la estrella más brillante de la pista de esa noche. La figura de la mujer rodeada por la multitud, con su postura y curvas perfectas, se parecía muchísimo a las de Mariana. Poco a poco, la imagen de esa persona que le mostró el dedo en el monte Sombraviva comenzó a superponerse en la mente de Mateo. ¿Podría ser realmente ella? Mateo se abrió paso entre la multitud.—Quiero competir contigo. La apuesta es muy simple: tú y yo de esta noche. ¿Te atreves?Mateo se plantó frente a la diosa de las carreras. La mujer frente a él se quedó sorprendida al escuchar esto, y hasta la multitud enmudeció atónita por unos segundos. Apostar a sí mismo, eso sí que era una jugada bastante arriesgada.—¿Quieres decir que, si gano, tú serás mío? —le preguntó la diosa, con un tono de voz diferente al de Mariana.—Exacto. Pero si pierdes, esta noche serás mía —respondió Mateo, lentamente palabra por palabra.La diosa soltó una r
Un grupo de fanáticos agitaba pancartas con el nombre de la "Diosa" y celebraba con gran entusiasmo, mientras los gritos eufóricos de la multitud retumbaban en los oídos. Mateo sentía una mezcla de frustración y enojo, como si le hubieran robado en ese momento a su estrella.—Felicidades, ganaste. Esta noche, soy todo tuyo.Mateo atravesó ansioso la multitud mirándola con deseo evidente, como si quisiera desnudarla con la mirada.Mariana lo miró con frialdad y una pizca de sarcasmo. Mateo era en serio un mujeriego. Había seguido a la "Diosa de las Carreras" desde el monte Sombraviva hasta el monte Penumbra. A pesar de ser tan infiel, aún no quería divorciarse de ella. Si él supiera que ella era la famosa diosa de las carreras, ¿cómo reaccionaría? Mariana se rio para sí misma al imaginar la expresión de sorpresa de Mateo. Luego se quitó con altivez el casco, dejando caer su cabello negro como una cascada, ondeando al suave viento. Su rostro hermoso quedó al descubierto por competo. El
Quería ir a ver a su abuelo. Desde que Mariana se fue la última vez, el abuelo incluso empezó a comer menos, y Mateo estaba muy preocupado por su salud. Al abrir la puerta, se sorprendió mucho al ver que su abuelo también estaba viendo las noticias sobre Mariana, con una mirada llena de admiración. Mateo observó la expresión del abuelo y parecía que no estaba nada sorprendido de que Mariana fuera casualmente la diosa de las carreras. —Abuelo, ¿acaso ya sabías algo? —Le preguntó Mateo. Ezequiel, sin ni siquiera voltear a verlo, respondió con desgano: —Llevas años casado con Mariana y no sabes en absoluto nada de ella. Entonces ¡¿qué puede saber un anciano como yo?! Había un tono de disgusto en sus palabras:—Mariana es como una flor que terminó creciendo en un montón de basura. ¡¿Cómo es posible que en nuestra familia haya salido alguien tan inútil como tú?!—Abuelo, de verdad sé que me equivoqué. ¿Sabes algo más sobre Mariana? —Mateo estaba desesperado por saber todo lo que pudier
Tomás era un gran admirador de Jerónimo. Las historias legendarias sobre él incluso se habían convertido en grandes series de televisión, como "La Leyenda del Rey de los Juegos" o "El Rey de las Apuestas y sus Tres Mil Amantes". Desde muy pequeño, Tomás había soñado con ser descubierto por Jerónimo, convertirse en su aprendiz, dominar por completo los casinos y hacerse rico de la noche a la mañana, viviendo una vida llena de lujos y derroche.Pero la realidad era otra: su trabajo lo tenía agotado y ahora hasta buscar información sobre una persona era como buscar una verdadera aguja en un pajar, siempre al borde de ser despedido si no cumplía a cabalidad con su tarea.Al día siguiente, antes del amanecer, Mateo ya estaba esperando afuera de la casa de Mariana. Era una casa antigua donde ella había vivido cuando era niña; en ese entonces, su madre aún estaba viva, y Mateo la recordaba con claridad: una mujer de larga cabellera, muy dulce y hermosa.Mirando esa casa familiar, Mateo record
La gente en la empresa no podía creer lo que sus ojos veían. En los últimos días, habían estado recibiendo una avalancha de noticias impactantes. Primero, se enteraron de que Mateo y Mariana estaban casados en secreto. Esto fue un gran asombro para todos, ya que Mariana nunca había aparecido por la compañía en los años que llevaban casados. Apenas estaban asimilando esa noticia cuando de repente se difundieron rumores sobre su divorcio, dejándolos a todos aún más desconcertados.Pero la sorpresa no terminó ahí. Justo cuando el rumor del divorcio comenzaba a circular, surgió otro escándalo: Mariana, con su identidad recién revelada, había echado de manera cruel a sus padres y a su hermana, la "princesa del violín", de su casa de una manera humillante. Los empleados aún no habían terminado de asimilar esta noticia, cuando de repente apareció la revelación de que Mariana era en realidad la famosa Diosa de las Carreras. Esto provocó un sinfín de comentarios y especulaciones al respecto. E
Mariana no podía creer que no solo el abuelo le hubiera cedido las acciones, sino que incluso Mateo le había transferido la mayor parte de las suyas.—¿Qué significaba esto? ¿No decías que no te importaba? Ahora tienes las acciones de mi abuelo y las mías. Ahora que soy todo tuyo, ¿aún quieres divorciarte? —Mateo se acercó a ella, acorralándola coquetamente poco a poco.—¿Así que todo esto fue un plan tuyo? ¿verdad? Para evitar el divorcio, ¿estás dispuesto a renunciar a toda tu fortuna?—¿No es mejor así? Puedes seguir siendo la señora Ramírez, y compartir la gloria de la familia Ramírez.—¿Mejor? Mateo, ¿crees que no me doy cuenta? ¡En realidad, todo esto lo haces por tu maldito orgullo! No puedo creer que seas tan despreciable como para usar esto para amenazarme. Si lo firmo, todos sabrán que me he aprovechado de la familia Ramírez y que aun así quiero divorciarme. Al final, la que será criticada y cruelmente tratada por todos seré yo. Después del divorcio, podría incluso recibir me
Viviana estaba muy furiosa al ver cómo Mariana, sin el menor esfuerzo, conseguía todo lo que ella tanto deseaba: la atención de Mateo y una reputación envidiable. ¿Cómo no iba a estar llena de rabia?Durante este tiempo, ella casi no salía de casa para evitar que el escándalo creciera aún más. Pero justo cuando comenzaba a adaptarse de nuevo a su situación, Gabriela mencionó en una conversación la transferencia de acciones. Esto la llenó por completo de resentimiento. Incluso llegó un día antes a buscar a Mateo para persuadirlo de que no hiciera tonterías, pero Gabriela, que siempre lograba complicar demasiado las cosas, se había confundido con la fecha. Cuando Viviana llegó a la empresa, todo ya estaba decidido. Y justo al entrar en la oficina de Mateo, se encontró con una escena tan apasionada de ambos abrazados, creando una atmósfera de intimidad que la hizo hervir de ira.Viviana apretó los puños, hasta que sus uñas casi se clavaron en la palma de su mano, pero no podía mostrar su