Daemon

No podía creer que me había disparado, estaba tan enojado. Sabía que fui muy bruto con ella hace unos minutos atrás pero no podía controlar la rabia de verla cerca de ese infeliz. Cuando subí a la habitación no podía dejar de pensar en que ellos han estado juntos todo este tiempo mientras yo la buscaba desesperadamente por todo el puto planeta, sin contar que el hijo de puta es el padrino de mi hijo, mi hijo al cual no conozco en gran parte por mi culpa. Su voz me saco de los oscuros pensamientos.

-Por fin solos, te lo voy a decir para que te tranquilices de una maldita vez. Entre Stefan y yo no hay ni hubo nada más allá de una amistad en esto últimos años- Sabia que no me mentía conocía sus gestos cuando lo hacía y me estaba diciendo la verdad- Si me crees o no allá tú, lo de ser su padrino fue idea de Martín, él lo quiso así - Suspiro- Dime Daemon ¿Qué es lo que quieres? -

- A ti y a mi hijo conmigo - Ella fijo su vista en un punto de la habitación y tarde unos minutos en vol