*Narra Anónimo 1*

Me acerco lentamente a la vampiresa que sonríe con satisfacción, igual que yo mientras observamos el cuerpo de la cazadora incapaz de moverse. Incapaz de luchar mientras esta recostada sobre mi cama, semidesnuda, atada y extendida de pies y manos; sus ojos cansados se cierran poco a poco, su lucha esta llegando a su fin porque el momento de su muerte se acerca. Y la poca sangre que le queda esta a punto de ser drenada por mí.

Todavía puedo saborear su deliciosa esencia, sonrío de nuevo, pero esta vez dejo escapar una carcajada《¡malditos cazadores! Todos deberían estar muertos》Aunque no puedo negar que la sangre de ésta cazadora fue revitalizante, por el hecho de ser dulce y virginal. Disfrute cada gota a pesar de sus molestos gritos pidiéndome misericordia.

《Pobrecilla, era su primera misión y terminó cazada por mí. Ah la vida, es un hilo tan delgado. ¿Y qué es misericordia? Como si yo pudiera sentir aquel sentimiento por alguien, ni por mi único hijo pude sentir aque