EnzoCaminaba de un lado a otro de la habitación, con los pensamientos revueltos. El peso del teléfono en la mano me pesaba cada vez más. Había ensayado la conversación con Tim una docena de veces, pero cada versión me parecía inadecuada."¿Qué quieres, Enzo?", murmuré para mí. "Solo dilo".Pero la
Entonces, surgió un tema sobre el que tenía algunos conocimientos.Sin pensarlo, intervine con una respuesta rápida, ofreciendo una solución al problema en cuestión."Si me permiten", dije, "creo que el asunto podría resolverse con un simple tratado. Los Silverfang y los Evenwind podrían repartirse
Nina"Nina", dijo mi madre acercándose a mí justo cuando empezaba a subir las escaleras hacia mi habitación, "no olvides que vas a necesitar un vestido para la gala".Fruncí el ceño y me detuve en las escaleras. "¿No puedo ponerme el que llevé en la última fiesta?".Mi madre se rio, enlazando su bra
Nina"Nina... Creo que le entregaré el control de la manada a otra persona".Las palabras de Enzo me abrieron un hueco en el corazón. Di un paso atrás, con los ojos muy abiertos, mientras agarraba involuntariamente el extremo de una de mis trenzas, apretándola con fuerza. "Estás bromeando", dije con
Nina"No creo que sea buena idea traer a tus amigos aquí, al reino de los hombres lobo".La confesión de mi madre me dejó totalmente desconcertada, como un rompecabezas al que le faltan piezas y que se niega a encajar. La miré fijamente, con los ojos muy abiertos, mientras intentaba encontrarle sent
EnzoTome la decisión de volver a Montaña Vista y hablar con mi manada. Fue un día largo, lleno de revelaciones y decisiones, y necesitaba reunirlos a todos para hablar de nuestra próxima visita al Festival de la Diosa de la Luna.Era una idea absurda, y quizá un poco extraña, pero no podía negar qu
NinaEnzo se fue anoche para reunir a nuestra manada y, aunque la distancia entre reinos me ponía nerviosa, estaba muy ocupada ayudando con los preparativos de la gala del Festival de la Diosa de la Luna como para pensar mucho en eso.Polly y yo estábamos sentadas en la cocina, ensartando guirnaldas
NinaDespués de ver a mi madre alejarse con las manos cerradas en puños, no pude evitar ponerme la mano en la barriga. Sus palabras resonaban en el fondo de mi mente y me dolían."Si ni siquiera puedes ser responsable con tu hermano de diecinueve años, ¿cómo vas a serlo con un... con un... bebé?".S